Las Rosas, Conservatorio de música en Morelia

El Conservatorio de Música de las Rosas.

 

Este debe “reflejar más la diversidad social»

 

 

De estilo barroco, el Templo de Santa Rosa y el edificio anexo donde funcionó el Colegio de Santa María, datan del siglo XVIII.

Desde 1738 y hasta su clausura en el siglo XIX fue colegio de niñas.

A fines de la década de los cuarenta se instaló la Escuela de Música que funciona hasta la fecha y es sede del internacionalmente famoso Coro de los Niños Cantores de Morelia.

El templo sigue funcionando y en su interior se pueden apreciar varios retablos de madera dorada, de estilo churrigueresco.

Javier Álvarez, el nuevo titular del Conservatorio de música de Las Rosas en Morelia dice: Aspiramos a poder producir artistas, no sólo tocateclas ni empujaarcos, sino “quitar los estigmas de conservadurismo que pudiera tener la misma institución, así como propiciar una flexibilidad estética .

Dice el Padre Benjamín Vega Director del Conservatorio de música De Querétaro:

“Además de su trayectoria como compositor y promotor de la música mexicana dentro y fuera del país, Javier Álvarez Fuentes se enfrenta al reto de reforzar la participación del Conservatorio de las Rosas, de Morelia, en las corrientes creativas de vanguardia, al tiempo de revivir la tradición de la música antigua que lleva como sello la primera institución musical de América”.

En su primera entrevista como rector de la máxima casa de estudios musicales en Michoacán, Álvarez Fuentes visualiza a la institución, en un futuro no muy lejano, como un centro de estudios “con una actividad concertística más consistente, que abarque otros repertorios; y no me refiero sólo a la música contemporánea, sino más experimentalismo en la programación, más propositiva, que refleje más la diversidad de nuestra sociedad.

“El aspecto integrador es fundamental en la educación, no sólo en las instituciones de instrucción musical, sino como concepto de avance; pero al integrar eso (a una educación musical) lo primero que debemos hacer es abrir los criterios: quitar los estigmas de conservadurismo que se pudieran tener, propiciar una flexibilidad estética, porque me resulta inverosímil que una institución del siglo XXI no cultive el jazz, por ejemplo. “Como músico profesional no puedo negar que el jazz tiene una importancia fundamental. La integración de las nuevas tecnologías es otro caso: son herramientas que permiten avanzar a un concepto más coherente de la modernidad y de la posmodernidad.”

Álvarez Fuentes señaló que la música antigua de Morelia también debe vivir ese proceso de integración, pues “me gustaría poder ampliar el aspecto de la música antigua, porque encontramos muchos elementos conceptuales que nos acercan a la época en la que vivimos, en términos de su aspecto crítico, en su preocupación humana”.

“Es fundamental que el conservatorio pueda y sepa comunicar el impacto que tiene en la sociedad, saber enriquecernos con la crítica de los actores de la comunidad, de maestros, alumnos y de todos los interesados en el arte y la música.

“Podemos buscar vinculación con instituciones que no sólo hagan música, pero cuyo radio de acción pueda entrar en el mundo de la música: ¿por qué no involucrarse con el cine, con los artistas visuales? Aspiro a que en el impacto social podamos producir artistas, no sólo tocateclas ni empujaarcos ni sólo ganadores de premios.

Esa orientación interdisciplinaria, reconoce, implica una restructuración académica en la que se involucran elementos “logísticos y metodológicos”, y expone que la costumbre de los intérpretes por orientar los conocimientos adquiridos en una sola dirección se contrapone con la necesidad de aprender de otras expresiones artísticas.

Subraya que el Festival Internacional de Música de Morelia Miguel Bernal Jiménez será un medio importante para revitalizar expresiones que tuvieron auge en la ciudad gracias al conservatorio, y que están en desuso, como la ópera y la música para órgano.

Erick Alba