Rafael Sanchez Ferioso: «ganar y perder;usurpadores»

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Rafael Sánchez Ferlosio

 

“En el castellano de hoy en día, ‘felicidad’ y ‘satisfacción’ vienen a usarse como palabras casi sinónimas, lo cual me hace pensar si no será que en un mundo de sujetos cada vez más dominados por el paradigma competitivo del ‘ganar y perder’, el lugar de la felicidad viene siendo usurpado y colmado por la satisfacción como única forma conocida de contento humano.”

Rafael Sánchez Ferlosio

Rafael Sánchez Ferlosio (1927), no sólo es uno de los grandes escritores de la segunda mitad del siglo xx, sino también uno de los más radicales y lucidos de la lengua española. En 1951 publicó su primer libro, Industrias y andaduras de Alfanhuí; en 1955 obtuvo el Premio Nadal y el Premio Nacional de la Crítica por su novela El Jarama.

Su obra narrativa continuó con El escudo de Jotán, El geco (cuentos y fragmentos) y El testimonio de Yarfoz.

Ha publicado también El alma y la vergüenza, Ensayos y artículos I y II y Vendrán más años malos y nos harán más ciegos, que ganó los premios Nacional de Ensayo y Ciudad de Barcelona.

Ferlosio ha otorgado a sus ensayos la fuerza y la arquitectura necesarias para convertirlos en imprescindibles.

Un argumento poderoso y una palabra aguda como filo de puñal se han alimentado mutuamente en las grandes incursiones reflexivas de un escritor ajeno a la retórica y a las componendas.

Sus libros más recientes son El alma de la vergüenza, La hija de la guerra y la madre patria y Non olet.

Por el conjunto total de su obra recibió en 2005 el Premio Cervantes de Literatura, cuya concesión fue una de las mejores noticias para el mundo literario en mucho tiempo, porque representa el reconocimiento a la obra de un hombre riguroso, de un intruso que ha dedicado buena parte de su vida a desmontar las escenografías de la mentira.

Su discurso fue denso, largo, brillante, literario; un discurso más para leer que para oír, un ensayo de creación pura, lleno de digresiones, hallazgos, viajes en el tiempo, reflexiones y sutil intención política.

Miguel Ángel Muñoz

 Rafael Sánchez Ferioso

Hijo del político y escritor cauriense Rafael Sánchez Mazas y de la italiana Liliana Ferlosio. En 1950 se hizo novio de la también escritora Carmen Martín Gaite, con quien se casó en primeras nupcias en octubre de 1953 y de la que terminó separándose amistosamente en 1970. Juntos tuvieron una hija, Marta, que falleció en 1985 a la temprana edad de 29 años.

En el ámbito literario, Ferlosio fue miembro del Círculo Lingüístico de Madrid, junto con Agustín García Calvo, Isabel Llácer, Carlos Piera y Víctor Sánchez de Zavala

Junto a autores como Ignacio Aldecoa, Jesús Fernández Santos, la propia Martín Gaite y Alfonso Sastre, fue fundador y colaborador de la Revista Española.

Todos ellos compartieron una poética realista que presentaba notables influencias del neorrealismo italiano, y Sánchez Ferlosio contribuyó con una de las obras más significativas de la literatura española de posguerra: El Jarama, (1955), aunque su primera novela fue Industrias y andanzas de Alfanhuí (1951), narración de sesgo fantástico en la que cuenta la historia de un niño expulsado de la escuela por escribir en un alfabeto ininteligible y que va componiendo su propia realidad a través de extrañas andanzas que lo alejan de la órbita de la norma y el castigo.

A lo largo de su larga trayectoria profesional Ferlosio también ha obtenido el Premio de Periodismo Francisco Cerecedo (1983), el de la Comunidad de Madrid (1991), en 1994 el Premio Nacional de Ensayo que concede el Ministerio de Cultura y el Mariano de Cavia de Periodismo (2002).

En diciembre de 2004 fue galardonado con el Premio Cervantes, el más importante de las letras hispánicas.

El discurso de recepción del premio llevó por título Carácter y destino.

Digo la tara, y no me entiende nadie; digo la tara y la rejama, y ya me entienden muchos; digo por fin la tara y la rejama, el tomero y el romillo y veo que me entienden todos.  

El injusto poder de convicción de los sistemas viene del hecho –por lo demás, epistemológicamente necesario- de que el cerebro humano sea tan inercialmente, tan formalísticamente, analógico y combinatorio.

Rafael Sánchez Ferioso