El palacio de gobierno de Chihuahua

Tres pisos de historia

Vista panorámica de su patio y su perfecta arquitectura.

Fotos: El Heraldo de Chihuahua.

Palacio de Gobierno

El Heraldo de Chihuahua

Sin duda alguna esta una de las mejores edifi caciones realizada para la ciudad de Chihuahua en el siglo XIX, y actualmente se erige como una gigantesca cápsula del tiempo que encierra los inicios de la Patria y la evolución del estado y su ciudad capital. Una de las grandes ventajas de las que goza esta joya de la arquitectura es su ubicación, lo que permite que el acceso para cualquier visitante sea fácil, ya sea en vehículo o a pie. El edificio se encuentra ubicado en el centro de la ciudad de Chihuahua, entre las calles Libertad, Aldama, Neri Santos y la avenida Venustiano Carranza.

Al sur es vecino de la Plaza Hidalgo, que de inmediato recuerda la Independencia de México. Al norte, colinda con el actual Centro de Patrimonio Cultural Casa Chihuahua, el antiguo Palacio Federal. Y al este, la vista se abre hacia la Plaza Mayor, donde cada 15 de septiembre miles de gargantas chihuahuenses se afi – nan para dar el tradicional grito. Mas lo interesante del edifi cio se encuentra en sus entrañas, que si bien albergan gran parte del sistema administrativo del estado, están abiertas para los amantes de la historia, precisamente como eso, una lección de historia pura que se eleva a lo alto de tres pisos. Así por ejemplo, en uno de los costados del patio de Palacio se encuentra instalado el Altar a la Patria para conmemorar el lugar exacto en donde fuera fusilado don Miguel Hidalgo el 30 de julio de 1811, hecho que marcaría para siempre el devenir histórico de México al sellar la culminación de la primera etapa del movimiento independentista e iniciar una segunda que sentaría las bases de lo que hoy es México. Aunque si de historia se trata, en la misma planta baja se encuentran los magnífi cos murales realizados por Aarón Piña Mora que resumen a cabalidad la historia del estado de Chihuahua, comprendiendo del siglo XVI hasta la Revolución.

Nadie como el michoacano para captar cómo es que a lo largo de casi medio milenio se fue forjando la reciedumbre del carácter en el chihuahuense, gracias a esa perfecta mezcla de orgullo rarámuri y pujanza española de conquistar las indómitas tierras desérticas del septentrión novoshispano. En esas paredes están narradas con imágenes distribuidas a la perfección, cómo la sangre del cura Hidalgo fecundó una de las más nobles causas de la historia de México, o cómo casi medio siglo después México mismo se refugiaría en un desierto, o cómo en los albores del siglo pasado la nación despertaría de su letargo para quitarse el yugo de la dictadura y renacer como país. Casi hacia donde se mire hay lecciones de historia en el lugar. Baste subir al tercer piso, recién agregado en 1944 luego de que un incendio arrasara casi completamente el edifi cio y una buena parte del Archivo Histórico del estado.

En ese lugar se encuentra el Salón 25 de Marzo, en cuya entrada se encuentra la imagen de una campana fracturada. Tanto la fecha como el objeto reproducido recuerdan una de las gestas heroicas más importantes durante la intervención francesa, pues en el año de 1866 la capital era rehén del ejército invasor, que se mantenía atrincherado en Catedral, sabedor de que era un edifi cio intocable para el ejército comandado por don Luis Terrazas. Sin embargo, la artillería republicana no se amedrentó y lanzó una descarga contra Catedral con tal puntería y efectividad que la única bala disparada atravesó limpiamente una de sus torres, dañando únicamente la campana y la moral de los franceses, que tuvieron que entregar la plaza horas después. Por eso el nombre del salón y por eso la campana. Cabe señalar que el edifi cio ocupa parte de la que fuera la antigua Escuela de Loreto, construida por los Padres Jesuitas en el año de 1717.

En el año de 1790, el Colegio de Jesuitas fue designado como hospital militar llamado «Hospital Real», poniendo en la parte poniente el cuartel de artillería y en el patio oriente el cuartel de infantería. En el año de 1859 el edifi cio pasó a ser propiedad de la nación (gobierno liberal del presidente Benito Juárez). El gobernador Luis Terrazas inició la construcción del actual Palacio de Gobierno en 1881, concluyéndose la construcción del segundo piso en 1892 e inaugurándose el 10 de julio del mismo año. Las lecciones de historia podrían seguir en cada estatua y cada rincón de este edifi cio, pero lo mejor es visitarlo y vivir esa historia en vivo y a lo largo de los tres pisos que tiene el Palacio de Gobierno de Chihuahua.

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