Interpretación indígena de La Guadalupana

 

Interpretación Indígena

de la imagen de Nuestra Señora

de Guadalupe  

Interpretación Indígena de la imagen de Nuestra Señora de Guadalupe    

En este apartado se presenta una síntesis de algunos de los datos que nos ayudan a entender el significado que los indígenas le dieron a la imagen de Nuestra Señora de Guadalupe.  

Los pueblos mesoamericanos trasmitían la memoria de su historia de generación en generación por medio de poemas y cantos, que al ser trascritos mediante figuras y símbolos en papel amate o en pieles formaban los llamados códices. Los expertos coinciden en que la Virgen de Guadalupe quiso mostrarse a los antiguos pueblos indígenas con un atuendo lleno de símbolos (a manera de códice) que los habitantes de estas tierras pudieron entender fácilmente.   

Para que desde nuestra visión moderna podamos comprender la profundidad del mensaje contenido en la imagen Guadalupana es necesario conocer el significado básico de los símbolos presentes en la Santa Imagen según estas culturas indígenas.  

Algunos elementos de descripción de la Imagen de la Virgen de Guadalupe 

La estatura de la Virgen en el ayate es de 143 centímetros y representa a una joven cuya edad aproximada es de 18 a 20 años.  

Su rostro es moreno, ovalado y en actitud de profunda oración. Su semblante es dulce, fresco, amable, refleja amor y ternura, además de una gran fortaleza.

Sus manos están juntas en señal del recogimiento de la Virgen en profunda oración. La derecha es más blanca y estilizada, la izquierda es morena y más llena, podrían simbolizar la unión de dos razas distintas.  

Lleva el cabello suelto, lo que entre los aztecas era señal de una mujer glorificada con un hijo en el vientre. 

Está embarazada. Su gravidez se constata por la forma aumentada del abdomen, donde se destaca una mayor prominencia vertical que trasversal, corresponde a un embarazo casi en su última etapa.    La flor de cuatro pétalos o Nahui Ollin: es el símbolo principal en la imagen de la Virgen, es el máximo símbolo náhuatl y representa la presencia de Dios, la plenitud, el centro del espacio y del tiempo.

En la imagen presenta a la Virgen de Guadalupe como la Madre de Dios y marca el lugar donde se encuentra Nuestro Señor Jesús en su vientre.      El Cinto marca el embarazo de la Virgen. Se localiza arriba del vientre. Cae en dos extremos trapezoidales, que en el mundo náhuatl representaban el fin de un ciclo y el nacimiento de una nueva era. En la imagen simboliza que con Jesucristo se inicia una nueva era tanto para el viejo como para el nuevo mundo.     

 La Virgen está rodeada de rayos dorados que le forman un halo luminoso o aura. El mensaje trasmitido es: ella es la Madre de la Luz, del Sol, del Niño Sol, del Dios verdadero, ella lo hace descender hacia el “centro de la luna” (México en náhuatl) para que allí nazca, alumbre y dé vida.  

 

La Virgen de Guadalupe está de pie en medio de la luna, y no es casual que las raíces de la palabra México en náhuatl son “Metz-xic-co” que significan “en el centro de la luna”. También es símbolo de fecundidad, nacimiento, vida. Marca los ciclos de la fertilidad femenina y terrestre.     

 Un ángel está a los pies de la Guadalupana con ademán de quien acaba de volar. Las alas son como de águila, asimétricas y muy coloridas, los tonos son parecidos a los del pájaro mexicano tzinitzcan que Juan Diego oyó cantar anunciándole la aparición de la Virgen de Guadalupe. Sus manos sostienen el extremo izquierdo de la túnica de la Virgen y el derecho del manto.       Datos significativos de la fecha de las apariciones de la Virgen de Guadalupe 

Los indígenas eran hombres religiosos por excelencia, vivían atentos a la palabra de Dios, quien que les enviaba mensajes en el cielo y en la tierra. El 12 de diciembre de 1531, día de la estampación de la Virgen de Guadalupe en el ayate de Juan Diego, se reunieron en el cielo cuatro grandes símbolos para los indígenas 

a) El renacimiento del sol: En ese día los indígenas pudieron observar un fenómeno que sólo se puede apreciar un día al año: el nacimiento del nuevo sol en el solsticio de invierno. El sol moribundo que vuelve a cobrar vigor significaba el retorno de la vida, el resurgimiento de la luz, un nuevo sol. 

b) El regreso de Venus: El planeta Venus solamente cada ocho años retorna junto con el sol. Los indígenas lo interpretaban como el regreso de Quetzalcoátl, el Dios–hombre, representado por Venus. Su aparición marcaba el retorno de la luz, de la religión y de la cultura.  

c) Conjunción Sol-Venus: Ésta da origen al símbolo de la plenitud, el Nahui Ollin. Tanto Venus-Quetzalcoátl como Sol-Tonatiuh eran símbolos de Dios. Al conjuntarse ambos en el cielo ese día, podía observarse una plenitud de simbolismos divinos. 

d) La aparición del cometa Halley: El día 12 de diciembre de 1531 el cometa Halley iba llegando a la cima del cielo (cenit). 

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