Más horas de clase y menos profesores

Aguirre pide a los profesores madrileños un «mayor esfuerzo» ante la situación «crítica» del país

«Los comercios cierran, las empresas despiden y los jóvenes van al paro», les dice en una carta en la que apela a la crisis y a su «sentido del deber» para convencerles de que trabajen dos horas más

EL PAÍS

Ayer lo hizo de viva voz la consejera madrileña de Educación, Lucía Figar. Hoy, es la propia presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, la que hace pedagogía de una medida impopular: la ampliación en dos horas de la jornada laboral para los 18.000 profesores de Secundaria, Formación Profesional y Bachillerato, que va aparejada con la supresión de unos 3.000 puestos de interinos que, según cálculos de los sindicatos, estarán en la calle a partir de septiembre. La presidenta ha enviado una carta a los docentes en la que explica a los docentes de la región que, si les pide que hagan un «mayor esfuerzo», recogido en las instrucciones que se han dado de cara al próximo curso, es porque es «necesario» dada la situación «crítica» del país.

* Claves del pulso

* Nuevo curso: más clases, menos profesores

* Los directores de instituto exigen que se revise el recorte de 2.500 docentes

* Educación pagará las ‘horas extras’ a los profesores de instituto

* Educación suprime las horas de tutoría en la secundaria

* Docentes, alumnos y padres proponen una huelga y una manifestación el primer día de curso

* Educación pagará las ‘horas extras’ a los profesores de instituto

Frente a los argumentos esgrimidos ayer por Figar, que prometió como contrapartida un incremento salarial «significativo», cuyo importe no precisó, la presidenta ha apelado a valores como la «generosidad y sentido del deber» de los profesores para evitar que el curso se inicie con una huelga. La presidenta justifica la medida en la crisis y la necesidad de recortar el gasto, asegura que supondrá un ahorro de cerca de 80 millones de euros y que permitirá no tener que aplicar recortes en otras partidas. En su carta, en la que no se hace referencia al pago de estas horas extra, la dirigente madrileña asegura ser «plenamente consciente» de que con estas instrucciones, que han puesto en pie de guerra a sindicatos y comunidad educativa, suponen que todos los profesores de Secundaria tendrán que «completar su horario» para llegar a las 20 horas lectivas semanales, en lugar de las 18 actuales, y se les está pidiendo «un mayor esfuerzo».

«Es indispensable que las administraciones públicas ahorren»

«Pero pueden estar seguros de que ese esfuerzo no se les pediría si no fuera totalmente necesario, dada la situación crítica por la que atraviesa nuestro país», señala Aguirre, al tiempo que dice que «basta con mirar alrededor o leer la prensa diaria para comprobar cómo los comercios cierran, las empresas despiden, los jóvenes van a engrosar las listas del paro y cada día hay más familias con todos sus miembros desempleados». Aguirre, quien destaca que este inicio de curso se hace en «medio de una de las situaciones económicas más difíciles por las que ha pasado España en las últimas décadas», apunta que tanto los analistas como los responsables políticos están de acuerdo en que «para superar esta situación es indispensable que las administraciones públicas ahorren y reduzcan su nivel de gasto y de endeudamiento».

Justifica la medida en el ahorro de cerca de 80 millones que va a suponer y que va a permitir a la Comunidad «no aplicar recortes en otras partidas esenciales para mejorar la calidad de la enseñanza y mantener gastos en otros servicios importantes para los ciudadanos». Además, les asegura que «parte de ese ahorro también irá destinado a incrementar la retribución de los jefes de departamento, de los coordinadores TIC (responsables de Tecnologías de la Información y la Comunicación) y de los profesores tutores en todos los institutos madrileños».

Para terminar, la presidenta madrileña les expresa su «absoluta convicción» de que la manera «más eficaz de combatir esta crisis económica y de prevenir las futuras es mejorar el nivel de nuestra educación» y que en esto, los profesores de Educación Secundaria «tienen un papel esencial». «Sé que es difícil pedirles que se entreguen más aún a su vocación de profesores pero las circunstancias del momento son especialmente graves y confío en que ustedes sepan entenderlas y responder con generosidad y sentido del deber», reconoce Aguirre. En este sentido, les indica que los profesores y el Gobierno regional comparten «la responsabilidad inmensa en la formación» de los jóvenes. «Con el sentimiento de esa responsabilidad compartida, les envío a todos un fuerte abrazo», concluye la carta. Según han informado fuentes de Consejería, la carta, que lleva fecha de hoy, se ha enviado junto con la nómina de agosto a todos los profesores de instituto.

¿Convencerá Aguirre a los profesores?

Mañana, los cuatro sindicatos que los representan celebran una asamblea para decidir sobre el calendario de actuaciones propuestas para contestar a lo que califican de «recortes educativos», que incluye encierros, caceroladas y una huelga general en la enseñanza el próximo 14 de septiembre, coincidiendo con el inicio de curso en Secundaria.

En opinión de UGT, CC OO, ANPE y CSIF, los cuatro sindicatos de la mesa sectorial, la calidad de la enseñanza se va a resentir «y mucho», informa Pilar Álvarez. Hasta ahora un profesor repartía sus 37,5 horas de jornada semanal, según estimaciones sindicales, en 18 horas lectivas, 10 horas complementarias -guardias, reuniones de departamento, organización del curso…- y el resto para corregir exámenes, preparar las clases o documentarse, entre otras tareas. Las horas de trabajo al cabo de la semana seguirán siendo las mismas. Sin embargo, «si el profesor tiene que estar más tiempo en el aula estará menos preparando esas clases», explica Francisco Melcón, responsable de ANPE en Madrid, segundo en representatividad.

«Un profesor no solo está en el aula, también vigila a los estudiantes, se reúne con otros profesores para ver cómo avanza el curso, se forma para dar mejores lecciones. Eso es lo que se va a resentir», augura Melcón. El cambio afecta también a la impartición de asignaturas en las que se divide la clase en dos grupos, según UGT. «En las prácticas de laboratorio o en algunas de FP se separa el grupo en dos para poder atender a los estudiantes de forma más individualizada y eso, a partir de ahora, será imposible», explica el responsable del sindicato de Educación en Madrid, Eduardo Sabina, que también señala problemas en el programa estrella de la Comunidad de Madrid: el aprendizaje de inglés. «Las clases de conversación tampoco podrán dividirse en dos».

Esta entrada fue publicada en Mundo.