El doble relato de la historia de México y España

El doble relato de la historia de México y España

¿Hispanidad? El 12 de octubre se enseña en América hablando de asaltos y colonización

La llegada al Nuevo Mundo no fue un descubrimiento, fue una conquista

Preguntamos a periodistas de varios países americanos

Oficialmente, el 12 de octubre se celebra en España el Día de la Fiesta Nacional, aunque también se conoce como el Día de la Hispanidad. En realidad, lo que se conmemora es el descubrimiento de América por Cristóbal Colón en 1492. Un momento… ¿descubrimiento? Y aquí empieza el desacuerdo. La historia que hemos aprendido a este lado del Atlántico habla de viajeros y descubridores que llegan al Nuevo Mundo capitaneados por un aventurero que muchos pensamos que también era español. Esa lección dejaba a un lado a los nativos que ya vivían en América antes de que llegaran los españoles, el saqueo de los recursos naturales e incluso la verdadera nacionalidad de Colón, que era genovés.

Sin embargo, la historia que se enseña en América es distinta. Hemos querido preguntar a varios periodistas y corresponsales americanos para que nos digan cómo entienden en sus países el 12 de octubre:

Argentina

Por Federico Rivas

En Argentina ya no es obligatorio saberse de memoria los nombres de las tres carabelas de Colón. Mucho menos que el genovés obsequió cristales de colores a los indígenas que lo recibieron en una pequeña isla de las Antillas. Esos datos sí quedaron en la cabeza de todos aquellos que se educaron durante la dictadura militar (1976-1983) y los primeros años de la democracia.

A Colón todo el mundo lo estudia pero ¿y a los hermanos Pinzón? Ridolfo Ghirlandaio

Ya en la década del 90, el discurso escolar cambió poco a poco la palabra «descubrimiento» por «encuentro de culturas», sobre todo cuando el debate iniciado por los 500 años del desembarco de Colón disparó todo tipo de corrientes revisionistas. Pero no fue hasta 2010 cuando el 12 de octubre dejó de llamarse oficialmente «Día de la Raza» por ser «ofensivo y discriminatorio». Un decreto firmado por la presidenta Cristina Fernández en 2010 cambió el nombre por el de «Día de la Diversidad Cultural Americana»

El cambio de nombre obligó al Estado a cambiar los contenidos obligatorios escolares. La efemérides se utiliza ahora para recuperar la memoria precolombina y se han dejado de lado los detalles históricos de la conquista. Los niños cambiaron el dibujo de las carabelas y Colón por la wiphala, la bandera multicolor que representa la diversidad cultural.

Brasil

Por Tom C. Avendaño

El 12 de octubre es festivo en Brasil pero no tiene nada que ver con Colón y de hecho Europa solo sale de refilón en la historia. Lo que se celebra es el día de Nuestra Señora de la Concepción Aparecida y recuerda la historia de Guarantinguetá, un pueblo brasileño que en 1717 esperaba la visita de un conde. Tres pescadores se hicieron al río Paraiba del Sur para tener comida con la que agasajarle: echaron sus redes una vez y encontraron una figura de terracota descabezada, la de la Virgen de la Concepción.

Con los años esta Virgen se fue haciendo más y más popular (muchos creen que fue porque era negra, como casi toda la población brasileña que necesitaba un milagro). Se le construyó un altar, luego un templo, y, en 1930, el Papa Pío XI la nombró patrona de Brasil.

El país se evita así asociar el día a un pasado que aún incomoda a algunos y cuyo recuerdo no es para nada el mismo en todo el país. Por regla general (y resumiendo burdamente) cuanto más conservador es el colegio, más idílica es la forma en la enseña la colonización, mientras que los colegios progresistas tienen a centrarse más en las problemáticas raciales y culturales.

El estudio de historia afrobrasileña solo se introdujo en la enseñanza básica por una ley aprobada en 2003. Ahora (y aquí también estamos hablando de forma muy general), a los niños pequeños se les cuenta el cuento del conquistador Pedro Álvares Cabral (el primero europeo en pisar tierras brasileñas) y, según van avanzando cursos, se les empieza a cuestionar el relato y a hablar de la esclavitud (que en Brasil perduró hasta 1888).

Chile

Por Cristian Gallegos

La definición del 12 de octubre en Chile es ambigua. Para algunos es el Día del Descubrimiento de América, otros lo llaman el Día de la Resistencia Indígena y, aunque oficialmente se llama el Día del Encuentro de Dos Mundos, es más conocido como el Día de la Raza. Lo que está claro, es que nadie lo llama el Día de la Hispanidad o el Día de Colón.

Lo del nombre quizás pasa a segundo plano cuando existe un motivo para tener una jornada libre. Pese a ello, la forma en que en las escuelas enseñan y/o celebran los días previos al 12 de octubre es pintoresca y folclórica, con actos y con mucha demanda de trabajos y tareas escolares sobre el tema. Hay, sin embargo, dos elementos en común de los estudiantes chilenos, o por lo menos de los estudiantes de los años noventa: el material bibliográfico del Icarito, la revista de recortes de historia indispensable en las casas chilenas, y del libro azul típico de Historia de la editorial Santillana y los actos de disfraces.

Pero la recreación del acto de la llegada de Colón es sin lugar a dudas lo más interesante. Recuerdo cómo el método de las educadoras era simple y no muy ingenioso. En mi escuela separaban las clases en dos grupos: los indígenas y los españoles. Los disfraces que usaban no tenían mucha producción y el guion del acto tampoco. A los indígenas los vestían con ponchos de lana (complejo en estas fechas por el calor primaveral en Santiago), con un cintillo en la cabeza y sin zapatos. Los españoles vestían con armaduras de cartulina o de cartón, dependiendo del presupuesto de la escuela. La espada era esencial.

El chico que elegían como Colón no se parecía en nada al de las fotos del Icarito. Las carabelas se hacían manualmente por las profesoras y todo esto finalizaba en un acto presenciado por los padres, en el que ambas partes se enfrentaban en una gran batalla. Aunque también se leían pasajes bíblicos, pero lo divertido era esa pelea caricaturesca de la conquista.

Actualmente, las escuelas toman esta celebración como un encuentro entre las diferentes culturas de la región y realizan actos con atuendos de los diferentes países de Latinoamérica.

La estatua de Colón en Detroit no salió muy bien parada el año pasado.

Colombia

Por Sally Palomino

Algunos libros que se usaban en las clases de primaria en los colegios de Colombia han tenido que archivarse. Aunque la historia es la misma, ha cambiado la manera cómo se enseña a los estudiantes lo que se ha conocido como el descubrimiento de América. Las opiniones de los maestros parecen coincidir desde algunos años cuando hablan de que el histórico hecho no solo fue un “asalto” a la riqueza del país, sino también a las costumbres, a la cultura. La fecha se celebra ahora con el nombre de Día de la Raza y se destaca el respeto por los indígenas.

En las escuelas, el 12 de octubre ya no se hace énfasis en la conquista porque en el centro del discurso está la exaltación a las raíces culturales. Los alumnos hacen representaciones en las que narran la vida de los pueblos y sus costumbres. Además, en la misma fecha se celebra el Día Nacional del Árbol, establecido por decreto. En los colegios han intentado que ese día también sirva de excusa para hablar de la riqueza natural. En algunas instituciones los estudiantes siembran árboles durante esa jornada.

Atrás parecen haber quedado los actos que se hacían hace años en las escuelas, cuando los estudiantes tenían que ingeniárselas para hacer representaciones de La Pinta, la Niña y la Santa María. Ahora, los relatos de indígenas (que cada vez son menos en Colombia) son el foco de la conmemoración. Hablar del «encuentro de dos mundos» más que de una conquista parece haberse impuesto en las clases de historia que reciben los colombianos.

Estados Unidos

Por Nicolás Alonso

El poema 1492, que relata las hazañas de Cristóbal Colón y sus viajes de exploración, es utilizado por muchas escuelas en Estados Unidos para enseñar a las nuevas generaciones los logros de la llegada a América. Los versos detallan los descubrimientos de territorios, la presencia de nativos y el comercio de oro.

Pero en Estados Unidos se cuestiona cada vez más el relato de las aventuras de Colón y existe una creciente división entre aquellos que celebran el legado del explorador y quienes lo desprecian por su conquista de comunidades indígenas. En numerosos municipios y ciudades del país, entre ellas Minneapolis y Seattle, el día ha pasado de llamarse Columbus Day (Día de Colón), a Día de los indígenas.

Arranque del poema ‘In 1942’. Sus primeros versos dicen: «En mil cuatrocientos noventa y dos / Colón navegó el océano azul.// Tenía tres barcos y partió de España / Navegó bajo el sol, el viento y la lluvia.// Navegó de noche; navegó de día/ Usó las estrellas para encontrar su camino.

El mismo dilema se presenta en las aulas. Hay Estados como Carolina del Sur o Texas, donde se presenta una imagen valiente y admirable de Colón. Pero en otros, como California o Colorado, los profesores optan cada vez más por explicar un retrato más completo del colonizador, que incluye su trato opresivo a las poblaciones nativas de los territorios a los que llegó.

México

Por Mónica Cruz

Los libros escolares de primaria y secundaria en México describen la llegada de Cristóbal Colón al continente como el inicio de las expediciones españolas de un nuevo territorio, pero también de la explotación de las poblaciones indígenas y los recursos naturales de la región. Este es un fragmento del libro de Historia para sexto de primaria de la Secretaría de Educación Pública:

“Como resultado de los viajes de exploración del siglo XVI, los europeos lograron una gran expansión económica debido al saqueo y a la explotación de recursos de América. Esto benefició a muchos europeos. Sin embargo, su llegada al territorio representó una tragedia para muchos pueblos y culturas. Basta pensar en los millones de indígenas de América que murieron tras la Conquista española”.

El libro de Historia I para segundo de secundaria de Ediciones Castillo (parte del currículo oficial) dice: «El proceso que este evento desencadenó duró siglos y tiene distintos significados según la perspectiva con la que se observe. Desde el punto de vista europeo fue una conquista, desde la perspectiva indígena se trató de una invasión”.

Perú

Por Jacqueline Fowks

Las escuelas en Perú han adoptado el enfoque por competencias (aprender a hacer) abandonando los ejes temáticos en la enseñanza, y en ese cambio, Cristóbal Colón parece haber perdido peso en la historia. Hace 35 años, una tarea típica en primaria era dibujarlo y colorearlo en el cuaderno, acompañado de las tres carabelas. “El 12 de octubre es una fecha cívica en el calendario escolar -como el día de la bandera, la batalla de Angamos o las fiestas patrias- pero unas fechas son más importantes que otras”, explica a EL PAÍS la directora de una escuela pública en el Cercado de Lima. No es un día festivo.

“Con Colón, todo bien, porque probó que la Tierra no era plana y fue una oportunidad porque conocieron un nuevo mundo: ese es el ángulo con el que se enseña en tercer grado de primaria, cuando los niños tienen unos ocho años. Pero así como descubrimiento es equivalente a Colón, conquista lo es a españoles. Uno de los profesores dice que los españoles vinieron a llevarse todo y a subyugarnos”, añade la directora.

Desde otra visión, una estudiante de 12 años de sexto grado de primaria en una escuela bilingüe y privada de Lima recuerda que vio el tema cuando era pequeña, en segundo o tercer grado. “Pero en mi colegio no se celebra el día ni vemos nada. Fue el inicio de la colonización de América por los españoles, trajeron caballos, se llevaron llamas, y los españoles transformaron el chicle (goma de mascar) en un producto que antes no conocían”, explica.

Investigadores, profesores y alumnos explican las contradicciones en las aulas sobre la conquista y el descubrimiento de América

P. FERRI

P. ÁLVAREZ

México / Madrid

12 OCT 2016 – 12:22

 OSCAR SÁNCHEZ

Los mexicanos emplean una palabra, malinchista, que indica amor o preferencia por lo extranjero. Es de uso coloquial, de burla y chanza. Un malinchista es, por ejemplo, el niño que lleva a la escuela unas zapatillas de deporte nuevas y dice: “Mira qué chingonas, son americanas”. El hecho de estar fabricadas en Estados Unidos las convierte en mejores a sus ojos.

Malinchista proviene de la Malinche, Malintzin, una de las indígenas que regalaron a Hernán Cortes cuando él y sus hombres llegaron al actual territorio de México en 1519. Fue el presente de un cacique: 20 mujeres que servirían de esclavas sexuales a un grupo de tipos barbudos que viajaban a lomos de bestias extrañas.

La Malinche destacó porque sabía hablar náhuatl, el idioma de los aztecas. Fue un personaje destacado en las guerras de Cortés por hacerse con los nuevos territorios. Traducía y aconsejaba. La Malinche fue clave en las alianzas que estableció el extremeño con los pueblos locales, las tribus que luego le ayudarían a derrocar el imperio de los mexicas. Pese a ser uno de los personajes más destacados en la historia que comparten México y España, la Malinche apenas aparece en los libros de texto escolares.

Pablo, un niño mexicano de 11 años, duda si es una persona o una cosa. Alejandra, de nueve y Fernanda, de seis, lo ignoran. En España ni siquiera aparece. ¿Cómo se cuenta la conquista en España? ¿Y en México? ¿Y el descubrimiento de América? ¿Qué se dice aquí y allí de Cortés, Colón, Moctezuma?

“Nos conquistaron”, ha dicho algún que otro alumno a Silvia Treviño, maestra de secundaria y preparatoria en México. A lo que ella responde: “¿Eres un indígena del siglo XVI para que te conquistaran?”.

Gibrán Bautista, asociado al Instituto de Investigaciones Históricas de la Universidad Nacional Autónoma de México, UNAM, explica que “en México se da mucha más importancia a la idea de lo colonial, y a cómo se desenvolvió México en esa sucesión de acontecimientos [pueblos prehispánicos, descubrimiento, conquista, colonia].

En España, [se le da preferencia] al proceso de la monarquía, al descubrimiento y a las colonias como parte de esa monarquía. Es decir, una historia de la monarquía y no de las sociedades que le dieron sentido en su momento”. Rodrigo Escribano, investigador del Instituto Universitario de Investigación en Estudios Latinoamericanos, IELAT, con sede en la Universidad de Alcalá de Henares (Madrid), lo detalla así: “Los historiadores del siglo XIX y el franquismo construyen una historia colonial, que subraya el papel civilizatorio de la nación española (…) Es una visión eurocéntrica, de caracteres paternalistas, imperialistas, que no está tan interesada en inculcar en los niños un mínimo conocimiento de lo que fueron el descubrimiento y la conquista, sino en fortalecer el orgullo nacional”.

Tras la transición española, el punto de vista cambió, según este especialista, “pero en vez de explicarlo como un proceso plural, es decir, un proceso en que no solo importan los elementos que venían de la península, sino las sociedades que existían en América, se ha practicado una política del olvido”. En México, profesores de primaria, secundaria y preparatoria cuentan que lo primero que se enseña en las escuelas es el descubrimiento de América, los viajes de Colón, el nombre de las carabelas… A secundaria llegan, a veces, con ideas viciadas.

“Nos conquistaron”, ha dicho algún que otro alumno a Silvia Treviño, maestra de secundaria y preparatoria en México. A lo que ella responde: “¿Eres un indígena del siglo XVI para que te conquistaran?”. En España, la política del olvido de la que habla Escribano se ve reflejada en las respuestas de los escolares.

Ante la cuestión de por qué había españoles que querían ir a América, un estudiante de secundaria de Madrid, responde: “Sobre todo, porque allí podría haber esclavos que les vendrían bien”

Ante la cuestión de por qué había españoles que querían ir a América, Diego Forteza, estudiante de secundaria de un instituto de Madrid, responde: “Sobre todo, porque allí podría haber esclavos que les vendrían bien”. El chico de 13 años, uno de los más brillantes de su clase, sabe que Hernán Cortés era un “explorador español”, pero dice que conquistó Brasil, Bogotá, Colombia… No sabe quién fue Moctezuma, el primer emperador mexicano que conoció a Cortés.

En México la Malinche es el “chivo expiatorio”, explica el profesor Xavier Aguirre, que da clase a alumnos de secundaria. Una mujer que regalan como esclava sexual y que luego “nos” traiciona porque ayuda a Cortés en la conquista. “En esta narrativa que nos han tratado de vender como la construcción del estado nación, ella es identificada como un personaje traidor. Es fácil hacerlo. Y tiene mucho que ver con el hecho de que sea mujer (…) Y creo que tiene mucho que ver con El Laberinto de la Soledad, de Octavio Paz y el término chingada”.

Una de las pocas palabras de uso común en México que aluden a la conquista, además de malinchista, es chingar. Aunque tiene cantidad de significados dependiendo de su uso, uno, hijo de la chingada, alude directamente a la Malinche, la chingada, la violada por Cortés. Aguirre lo refiere con ironía: “Bueno, ¿cómo le explicamos a la gente que nosotros mismos [en referencia a los diferentes pueblos que poblaban el actual territorio de México] nos traicionamos? ¡Ah, no! No es que nosotros nos traicionamos, es que ella nos traicionó”.