Gustavo Dudamel: El Rockstar de la Música Clásica

Gustavo Dudamel: El Rockstar de la Música Clásica

Por Natt Félix

Gustavo Dudamel es el joven venezolano que con solamente 35 años de edad ha logrado ser reconocido alrededor del mundo y es considerado hoy en día uno de los directores de orquesta más importantes a nivel internacional. Actualmente dirige la Orquesta Sinfónica Simón Bolívar y la Orquesta Filarmónica de Los Ángeles, además de haber sido nombrado como una de las 100 personas más influyentes en el mundo por la revista TIME, se dice incluso que “Rodrigo”, el protagonista de la serie “Mozart In The Jungle” es inspirado en él. Sus conciertos, sin importar si se encuentra en América, Europa o Asia, representan siempre llenos totales que hacen que hoy en día sea el venezolano más nombrado en los periódicos del mundo después del fallecido presidente Hugo Chávez.

Además de todo, la vida de Dudamel no puede considerarse aburrida en lo absoluto, se puede igualar con la de cualquier rockstar, tiene giras alrededor del mundo, es asediado por fans y medios de comunicación, tiene llenos totales en sus conciertos, aparece en portadas de revistas y programas de televisión, es ganador de un Grammy, estuvo a cargo de dirigir la música de apertura y créditos de la séptima entrega de Star Wars, y  por si fuera poco este año se presentó en el medio tiempo del Super Bowl junto a su amigo Chris Martin de Coldplay.

Pero a pesar de todo el glamour que podría representar la carrera y vida de Gustavo Dudamel, su principal éxito no reside solamente en su popularidad y fama sino en el compromiso que ha mostrado siempre con la educación musical, especialmente con niños y jóvenes, ya que es uno de los principales impulsores del famoso programa educativo musical venezolano llamado “El Sistema” iniciado por el Profesor José Antonio Abreu y que ha dado formación musical a más de 700 000 niños de escasos recursos a lo largo de poco más de 40 años.

“El Sistema” ha sido imitado por más de 80 instituciones de 20 países alrededor del mundo y ha transformado la educación musical en la solución para lograr que la difusión y aprendizaje de la música clásica no sólo esté enfocada en sectores de clase alta como siempre se ha acostumbrado sino en comunidades en situaciones sociales adversas, permitiendo a la par un futuro altamente prometedor además de representar una respuesta a la exclusión y marginación social de muchos niños y jóvenes.

En palabras del músico: “Hay niños que viven en una permanente violencia en casa…Para romper esa espiral, les ponemos un violín en las manos. Así forman parte de algo más grande: una orquesta y sanan las heridas con música”.

Con todo este movimiento se ha causado una revolución cultural en Latinoamérica donde el público es capaz de reconocer la calidad artística cuando la escucha sin necesidad de pertenecer a ningún tipo de elite social ni intelectual, logrando así además un rejuvenecimiento de la música clásica, además de convertirla poco a poco en una industria redituable, donde los boletos de las salas de conciertos empiezan a agotarse con meses de anticipación.

Mediante este medio se crea un recurso totalmente nuevo en la industria musical, donde el compromiso y energía de los jóvenes que conforman estas orquestas sirve de ejemplo para que otros jóvenes y niños se contagien del espíritu creativo demostrando que el trabajo duro y la disciplina siempre resultarán en algo positivo que puede romper el círculo vicioso de la violencia y la pobreza.

La música como cualquier otra disciplina artística debe de verse como una profesión capaz de generar los recursos necesarios para que cualquier profesional tenga la capacidad y oportunidad de vivir con dignidad además de brindar una opción de crecimiento y un medio para el fomento de proyectos culturales de gran calidad que a la vez puedan ser comerciales como en el caso de Gustavo Dudamel, quien nos demuestra que no es necesario esperar a que las circunstancias sean las ideales, sino que es necesario tomar las circunstancias y convertirla en ideales, sumando esfuerzos y haciendo trabajo en equipo para finalmente lograr que la música se convierta en un medio de vida digno.

Con su trabajo Dudamel ha logrado mostrar con audacia, pasión y compromiso que el negocio de la música no tiene que verse como algo plástico y efímero, sino como una verdadera expansión masiva del arte que forme un sistema económico redituable en la industria y que además posea un efecto positivo en la sociedad, demostrando que la educación y la enseñanza artística logra transformar al mundo.

«Mi música es mi voz y mis orquestas tocan para toda la gente en el mundo que persigue un futuro mejor. Alzo mi batuta en pos de la oportunidad, la unidad y la esperanza. Escuchen atentamente y quizás puedan oír esta llamada también».  Gustavo Dudamel.