De lo poco que nos quedó en Querétaro

Las pocas Cajas de Agua que nos

quedaron en Querétaro 

José Félix Zavala 

Las Cajas de agua, de donde se surtían los queretanos menos favorecidos con la fortuna, agua limpia venida de La Cañada a través del Acueducto, se fueron destruyendo con el “progreso” de nuestra ciudad, poco a poco. 

Ahora solo tenemos, como recuerdo, algunas de ellas que son ya símbolo de nuestra población y recuerdo de nuestro ser queretano; Como es la de “La Estampa”, en la esquina de Ocampo y Pino Suárez; la del “Ahorcado” en la calzada Zaragoza, casi esquina con la calle de Pasteur, éstas y todos los demás ejemplares de estas Cajas de Agua, son hermosas y dignas de ser visitadas. 

La primera que se realizó y que aún subsiste es la de Nuestra “Señora del Pilar”  sobre la Calle Manuel Acuña, al término del Convento de La Cruz, que era de donde comenzaba el reparto del agua limpia, le sigue la Caja de Agua llamada de “Cantolla”, en la calle de 5 de Mayo; la de “Mexicanos” en la calle de 16 de septiembre; la de “La Rinconada” en la calle de Gutiérrez Nájera. 

Esta para verse y recrearse la de “Santa Rosa de Viterbo” sobre la calle de Ezequiel Montes y en esa misma avenida está “La de Verdolagas” ya para llegar al río. 

Otra muy discreta es “La de Capulines” que la encontraremos en la esquina de la Avenida del 57 y Nicolás Campa. 

Nos quedarán por nombrar las “fuentes” o “pilas” como la del barrio de San Franciquito, llamada de “Los Dolores”, la  fuente de la “plaza de Los Fundadores”, en el antiguo mercado de La Cruz, la primera fuente que estuvo, en el Jardín Zenea, que ahora se puede ver en El Patio de “Los naranjos” en el Museo Regional, antiguo Convento de San Francisco, la sustituyó  la Fuente de Hebe, regalo de la familia Rubio. 

La pila del Tepetate, la fuente del barrio de San Sebastián, que ya son solo el recuero de las más de 50 Cajas surtidoras de Agua que existieron en la ciudad al llegar por el acueducto el agua limpia a mitad del siglo XVlll. 

Nos quedan hermosas  Fuentes  dentro de los antiguos conventos o de las Casonas del siglo XVlll, en el centro de nuestra ciudad, como la de “Los Perros” en la calle de Allende, al incomparable del convento de san Agustín, ahora Museo de Arte, entre muchas otras. 

En nuestras Plazas y jardines encontraremos la grandiosa fuente de “Neptuno”, en el jardín de Santa Clara; la monumental del jardín Guerrero, la muy moderna de La Plaza Constitución, la del jardín de San Antonio, la de La Plaza Mariano de Las Casas, la del “Hércules”, en la antigua fábrica de hilados, la del “tanque del agua”, la de la Alameda, la del Marqués en la Plaza de Armas, la de el Patio Barroco, las del convento de La Cruz, la del patio principal del ex convento de San Francisco, la de El Cerro de Las Campanas, la del exterior del templo de Santa Ana, la de Juan Caballero y Osio en la esquina de Pasteur y 16 de septiembre, la del patio principal del templo de Santo Domingo, la del patio interior del convento del Carmen, entre otras muchas.