«Una vueltecita por el Oveder» de Mario Rodríguez

“AQUELLOS TIEMPOS”.

 

 

Mario Rodríguez Estrada

 

 

“UNA VUELTECITA POR EL OVEDER”.-

 

 

Tratando de ganarle espacios a los cientos de viajeros mexicanos, que por estas fechas acuden como moscas a las “atrayentes” tierras del “oveder”…el otro lado, salí desde la semana pasada, de Queretarín, encontrándome con que la cola para obtener el permiso de internación por tierra, en la aduana americana de Laredo, estaba completamente alargada, tardando sus buenas cuatro o cinco horas para obtenerlo, después de pasar por la farragosa  y un tanto complicada exposición de papeles y documentos, que demostrasen a los “desconfiados” gringos, que somos personas muy alejadas de ser un “wet back” más, y que solamente íbamos a pasar unos cuantos días, con unos ídem dólares para ayudarles a afianzar su “mermada” economía.

 

 

Como vieja “chucha cuerera” en el asunto, cargué con los papeles hasta del perico blas de mi casa, faltándome solamente mi acta de defunción, la que afortunadamente fue el único papel que no me pidieron…así que me “concedieron” graciosamente su venia mediante el pago de seis dólares…llegamos a Austin tardísimo, ante el nerviosismo de mis queridos parientes, los que a punto estuvieron de pensar en que algo nos hubiese ocurrido…por fortuna cargamos con nuestro telefonito celular, el que solo uso en casos de extrema urgencia…así Tina, mi cuñada y su hijo el “Puma”, descansaron cuando me vieron llegar y ayudarme a cargar con mi enorme velíz, flaco como otro Agustín Lara, pues solamente contenía una poco ropa, y los dulces de la “Mariposa” que siempre me piden les lleve…el que al paso de los días engorda y engorda con las compras “tontas” con las que mi querido hermanito me acusa, las que no obstante son gratamente apreciadas por mi biblioteca, ya que en su mayoría son libros…despreciados por los americans…pues son los de precio más bajo que pueda encontrar en las “half price books”…y que en gran número se encuentran en los cargados estantes de los “clearences”…rebajados…por ser “used”…usados, o de antiguas ediciones…o en lenguas “foreignes”…extranjeras…algunos de gran valor…lo que aprovecho.

 

 

Por fortuna, aparte de la familia de mi hermano, cuento con la amistad de una de mis más queridas compañeras de mi generación de “Profes” de Educación Física de la ENEF ( 1958), que reside en un bello pueblo cercano a Austin y San Antonio llamado Boerne… Aurora es el de mi amiga y su apellido de casada es el de Halgunseth…su bella hija Pilar y su caballeroso marido, Gary…me hicieron el honor de invitarme a presenciar las “2010 Clyde Littlefield Texas Relays”…unas bellas competencias de atletismo, con la presencia de los principales equipos de afamadas y deportivas Universidades…incluyendo, claro está, la de Texas…el costo de entrada al bello Estadio Mike A. Myers fue de diez dólares…habíamos cerca de cinco mil espectadores…los que maravillados asistimos a un evento perfectamente bien llevado, incluso cronometrado al segundo en cada una de las pruebas programadas y anotadas en un bello programa de mano…varias disciplinas se efectuaban al unísono, ocupando todas y cada una de las secciones de la pista y del campo…el interés no decayó en ningún momento…pues los resultados aparecían en una pantalla gigante a los cinco segundos de terminada cada una de las competencias…algunas ya las quisiéramos en México…en plena primera fuerza, y aquí eran solamente jovencitos y jovencitas…y con tristeza recordé que en nuestro Querétaro, hace muchos años no se dan unas competencias de este tipo…como las que en los años cincuentas los equipos de la Universidad de Querétaro, animados por su Rector, el Maestro Fernando Díaz Ramírez, y los del PRI, animados por Don José Luis Herrera Pimentel, efectuados en nuestro viejo Estadio Municipal, con sus tribunas a rebosar…y organizadas por el recordado viejo Maestro Don Miguel Caviedes Robles…ahora apenas pasan muy poco animadas y casi, casi desapercibidas…tal vez “Aquellos tiempos” fueron mejores…les saluda su casi Texano amigo…Mario RE.