Templo y convento de Santo Domingo

Iglesia de Santo Domingo tesoro capitalino

El altar mayor, obra atribuida a Manuel Tolsá, es de estilo neoclásico, en el se encuentra el Cristo del Noviciado, que data del siglo XVI.

Organización Editorial Mexicana

Fernando Ríos

Considerado como uno de los tesoros artísticos y arquitectónicos de la época colonial construido en la capital del país, la Iglesia de Santo Domingo de estilo barroco, formó parte del primer convento dominicano en la Nueva España.

Su fachada principal rodeada de doce columnas, conserva aún las figuras esculpidas de Santo Domingo y San Francisco ubicadas a un costado del portón y en el centro un bajo relieve de la Asunción.

Rodeado de edificios como el que albergó el Palacio de la Santa Inquisición, el antiguo Edificio de Aduanas y frente a su entrada principal, los portales o Plaza de Santo Domingo.

Los primeros frailes dominicos que llegaron a la Nueva España, se albergaron en la casa que les regaló una familia de apellido Guerrero, la cual estaba ubicada donde posteriormente se construyó el Tribunal de la Inquisición y que hoy es el Museo de Medicina.

Durante la epidemia -posiblemente de viruela-, quedaron con vida solo tres frailes quienes recibieron a otros siete para ayudarles en su tarea de evangelización.

En 1527 los frailes decidieron construir su primer convento, ayudados con la donación de dos terrenos y la compra de otros cuatro ubicados en donde hoy se encuentra el actual inmueble.

Al principio, las obras abarcaron un enorme solar limitado por las calles de República de Brasil, Belisario Domínguez, República de Chile y República de Perú.

Posteriormente, en 1553 iniciaron las obras de construcción que concluyeron en 1585, aunque la iglesia funcionaba desde 1571.

A lo largo del siglo XVII, los frailes se concretaron a mantener y embellecer su templo con la construcción de cuatro capillas.

Sin embargo, al registrarse una inundación en 1716, el convento y la iglesia fueron afectados de manera grave, por lo que aprovechando los cimientos de la construcción se edificó el actual edificio iniciando los trabajos en 1716, los que concluyeron en 1754.

Destaca en la fachada en relieve de cantera el santo tutelar de la orden recibiendo de San Pedro el báculo de caminante y de San Pablo las epístolas de predicador. En la parte superior, entre los dos ventanales del coro, se encuentra una imagen de la Virgen María en su advocación de la Asunción.

En el interior, el altar mayor, obra atribuida a Manuel Tolsá, es de estilo neoclásico, en el se encuentra el Cristo del Noviciado, que data del siglo XVI, elaborado con pasta de caña de maíz que según la leyenda, fue donada por un par de ángeles y que sustituyó a uno anterior que cuentan era de puro oro.

A los costados en la nave que cruza a la principal, se encuentran dos altares de Santo Domingo en estilo churrigueresco. El de la izquierda, es dedicado a la Virgen de la Covadonga y el de la derecha en honor de la Virgen del Camino.

Existen además 11 capillas; el coro en forma de herradura se encuentra situado en la parte posterior de la construcción, donde destaca su sillería labrada, además de las pinturas de la Trinidad, en medio la Virgen María y más abajo al centro Jesús crucificado.

El Señor del Rebozo es una imagen muy venerada en esta iglesia, y los fieles le ofrecen un rebozo cuando les cumple su petición. Las imágenes de la Virgen del Rosario y San Martín de Porres, también son muy concurridas.

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