LA CASA DE ORO O CAPILLA DEL ROSARIO EN PUEBLA

 La Casa de Oro o Capilla del Rosario en Puebla 

 

La Capilla del Rosario, que se encuentra dentro del Templo de Santo Domingo, en la ciudad de Puebla, constituye una obra maestra de la arquitectura poblana.

Por mucho tiempo se ha considerado a la Capilla del Rosario la «Octava Maravilla del Mundo»; algunos otros la llaman también Domus Aurea o Casa de Oro.

Sin duda uno de los más espléndidos ejemplos del barroco mexicano, construida en 1690.

Es una Capilla llena de simbolismos, en donde cada elemento representa algo, y es también una de las Joyas más impactantes del arte barroco mexicano.

Ubicada dentro del Templo de Santo Domingo, la Capilla del Rosario, muestra perfecta del estilo barroco mexicano más puro, fue la primera capilla dedicada a la Virgen del Rosario que se ha construido en México, como signo de la gran devoción al Rosario que los Dominicos profesan.

Los Dominicos fueron una de las primeras órdenes religiosas que vinieron a la Nueva España junto con los Franciscanos y Agustinos para “evangelizar” a los «indios».

Esta orden fue fundada por el fraile español Domingo de Guzmán en 1216, se caracterizó además de ser una orden de predicadores y por la gran opulencia de sus templos, iglesias y capillas.

El Templo de Santo Domingo en Puebla se empezó a construír en 1550 y su Capilla del Rosario se empezaría a construír hasta 1650, 100 años después, y tardaron 40 años en terminarla.

El templo se dedicó al arcángel san Miguel, por lo que su imagen se emplea en el centro de la portada principal. Sobre él se colocó a Santo Domingo y la cruz y con flores de liz, el escudo de la orden. Cuatro perros con antorchas en las bocas y globos en los pies aparecen como los emblemas heráldicos del santo, quien antes de nacer fue soñado por su madre como un cachorro con esos objetos.

La interpretación que se hizo del sueño fue que el niño y luminaria con su luz al mundo. Además, las palabras latinas:  ”Dominis canis”.

La idea original fue de Fray Juan de Cuenca, seguido por  Fray Agustín Hdez., Fray Boecio de Zeballos, fueron los promotores de esta construcción que fue concluida finalmente por Fray Diego de Gorozpe.

El 16 de Abril de 1690 se inauguró la maravillosa Capilla del Rosario, dando paso a 9 días de festejos

La devoción del Rosario y llegó a México desde el siglo XVI y fue introducida por fray Tomás de San Juan, quien después de un gran enfermedad, cuenta el cronista de Ávila Padilla, recibió una revelación donde la Virgen de comunicaba que debía predicar esta práctica.

Se fundaron las primeras cofradías del Rosario en nuevos conventos Dominicos de México, Coyoacán, Puebla y Antequera de Oaxaca. Tal fue su labor, que antes de morir en 1561 ya no se le llamaba Tomás de San Juan, sino Tomás del Rosario.

A partir de entonces, los dominicos no hispanos fueron apasionados de votos del Rosario, y Fray Luis Dávila Padilla instituyó la costumbre de que sus hermanos de religión en América llevarán el rosario descubierto por encima del escapulario.

Los dominicos fueron los primeros en construir una capilla del Rosario, tan suntuosa, la obra se inició por fray Juan de Cuenca.

El interior de la capilla responde a estos postulados iconográficos, que podríamos distribuir en tres grandes grupos temáticos:  

En los muros se representan los misterios del Rosario y los personajes relacionados con la Virgen y con Cristo.  

En los techos son los temas teológicos los que tienen su asiento, tales como la Trinidad, las virtudes, los dones del espíritu Santo.  

En el ciprés o tabernáculo, donde está la venerada Virgen del Rosario, se hace un programa propagandístico y apologético, tanto de la devoción a esta práctica, como de la orden de Santo Domingo. 

Su interior, en el crucero izquierdo de la nave del templo, presenta planta de cruz latina, aunque con los brazos muy cortos.  

En la bóveda se pueden ver representadas las tres virtudes teologales, enmarcadas por tupidos follajes; y en la cúpula se encuentra la Gracia, acompañada por los dones del Espíritu Santo y por un grupo de 16 santas dominicas.  

En la parte superior de los muros de la nave se muestran seis grandes lienzos  del pintor José Rodríguez Carnero, con temas alusivos a los Gozos de la Virgen, mientras que en la parte baja los muros llevan un bello lambrín de azulejos del tipo talavera.  

En el crucero hay otras pinturas con temas relacionados también con la vida de la Virgen, al igual que otra más de gran tamaño que corona el ábside de la capilla y que está dedicada a la Glorificación y Triunfo del Rosario. 

Al final de la planta encuentra el altar a la dirige el rosario, y sobre ella una cúpula en media naranja sobre un tambor, en este lugar se encuentra 16 ventanas, intercaladas con las figuras de dieciséis mujeres santas dominicas, son como una corona y una síntesis todas las virtudes y de todas las gracias y forman un cortejo que exaltan las glorias de María.

En las pechinas de los arcos orales que sostienen la cúpula cuatro ángeles que con letras de oro tienen inscrito: Dios te savle hija del padre, Dios te savle madre del hijo, Dios te savle esposa del espíritu Santo, Dios te savle templo de la Santísima Trinidad.

Al final, en la bóveda se encierra el aceite, y aparece un relieve labrado en oro con en anagrama HIS (Iesus Hominum Salvatore) .

La segunda persona de la Trinidad, Dios hecho hombre, Sierra la cadena de símbolos y dogmas expresados en el techo.

 

La Virgen del Rosario es la protectora de los navegantes y benefactora de la Ciudad de Puebla.

 

La Capilla está decorada con yesería sobredorada, trabajo exquisito y minucioso, en el que se observa la gran habilidad de los artesanos poblanos.

Toda la ornamentación se hizo a base de harina con clara de huevo y agua, recubierta con láminas de oro de 24 kilates

 El Rosario, llamado originalmente corona de rosas y salterio marial es la representación de Cristo, rosal florido.

A través de sus quince misterios se rememoran las vidas de Jesucristo y de la Virgen, distribuidas en tres grandes apartados.

De los misterios gozosos que recuerda los hechos de la gestación, nacimiento e infancia de Jesús, son: la encarnación del verbo, la visitación de María a Isabel, el nacimiento de Cristo, la purificación de la Virgen y el hallazgo del niño perdido en el templo.

Los misterios dolorosos aluden a los pasajes de la pasión de Cristo y son: la oración del huerto, la flagelación, la coronación de espinas, la cruz a cuestas, y la crucifixión.

Finalmente, los misterios gloriosos conmemoran hechos que la tradición cristiana en el ámbito ultra temporal: la resurrección, la ascensión de Cristo, la venida del espíritu Santo, la asunción de la Virgen y su corazón como reina del cielo.