“Despojada de prodigios y hechos sobrenaturales, queda descubierta la red de intereses económicos y políticos que configuraron la región, la lucha por adueñarse del trabajo de los indios, de los tributos, de los privilegios y de las posesiones”. Nos dice la historiadora Guadalupe Zárate sobre la obra: “La Versión Histórica de la Conquista y la Organización del Pueblo de Querétaro”. Son varios los documentos ya, que nos indican claramente la procedencia prehispánica de Querétaro para los pocos creyentes en las fuentes de origen mesoamericano, una de ellas, la tradición oral nos lo ha venido diciendo, para los científicos de la arqueología ha ido despejando poco a poco esta verdad, que les cuesta a muchos aceptar, sobre todo a los acostumbrados a creer en el etnocentrismo occidental. Alonso Poalcin, Señor del Pueblo de Querétaro, junto con los caciques e indios principales y naturales, llamaron y atestiguaron ante el escribano Cristóbal de Tapia, un Primero de Agosto de 1554, en la labor de Luis de Quesada, para darle Poder a éste y representarlos ante las autoridades españolas por la forma y condición por las que Conín adquirió el carácter y título de Gobernador del Pueblo de Querétaro. Fue traductor de los mencionados Chichimecas, Juan Madaleno. Se dijo también que el pueblo, llamado en Náhuatl Tlachco, tenía origen y población Chichimeca, se habló sobre los conflictos que resultaron con la llegada de Conín al frente de un contingente Otomí. Explica el Señor de Querétaro, Alonso Poalcin, que sus padres y abuelos fueron Señores naturales de este Altepetl, y que al igual que muchos otros principales y Macehuales, tenían en Querétaro hechas sus casas, cultivos y vivían en él pacíficamente, tendiendo por cabecera a Xilotepec. El documento de Tepeaca al que hago mención, nos dice entre otras cosas que Conín llegó a vivir a estos lugares por el año de 1526, y que el grupo de Otomíes venido con él tomaron y ocuparon por la fuerza Querétaro, obligando a un proceso de convivencia a los Chichimecas con los Otomíes, expulsando a los opositores y repartiendo tierras a la gente que venía con él. La historia precolombina en el caso Querétaro, apenas está comenzando a ser escrita, se están encontrando sus vestigios y se sabe que su nombre en español de Juego de Pelota se mantuvo bajo el dominio hispano en su traducción al Tarasco y permanece hasta nuestros días y es el de Querétaro, dejando de lado la lengua Otomí donde se traduce Maxei y la Náhuatl que lo traduce como Tlachco. Este estudio lingüístico no es menor y ha sido uno de los pasos importantes para esta historia prehispánica regional. Sigüenza y Góngora nos dice que los Mexicas conquistaron Querétaro para contener las incursiones Tarascas y Chichimecas, sin embargo nos negamos a una relectura al tenor de la voz de Guillermo Bonfil Batalla. Las confrontaciones entre Chichimecas y Otomíes han sido una constante desde mucho antes de la invasión occidental en Querétaro y los documentos nos han ido comprobando y sopesando sus dimensiones, haciéndonos pensar en una relación entre ellos de tensiones y confrontaciones que llegan hasta la época de las incursiones de Conín, precursor de la españolización de esta ciudad, que será plenamente de ellos para el Siglo XVII. Nos dice Miguel León-Portilla que no obstante la abundancia de testimonios y fuentes, son muchos los peligros y obstáculos capaces de desviar el origen prehispánico de Querétaro señalando que para esos “solo merecen, a la luz de la historia universal fugaz consideración dentro de los capítulos dedicados a los viajes y descubrimientos de finales del siglo XV y principios del XVI, y que la única significación del principio de nuestra ciudad se deriva del hecho de que la hayan habitado y conquistado los europeos” Por su parte Ignacio Urquiola Parmisán al referirse al estudio de los documentos recientemente estudiados por él y a otros ya del dominio público, todos escritos más o menos a mitad del siglo XVI dice: “nos remiten a los años previos que transcurrieron en las décadas comprendidas entre 1520 y 1550. De esta forma la historia del pueblo de Querétaro, se hace más visible en referencia de diversa índole que se abre como abanico desde la segunda mitad del siglo XVI” El fraile franciscano Alonso de la Rea, queretano de origen y primer cronista de la Provincia de San Pedro y San Pablo de Michoacán, en sus crónicas no nos aporta datos relativos a la fundación del Convento Franciscano de Querétaro, origen del dominio español sobre esta población. Pero si nos deja explícita la importancia que se otorgaba al culto de la cruz que se encontraba en la cima del cerro que hoy conocemos por Sangremal y que perdura hasta nuestros días a pesar de que nuestra ciudad y obispado lleva la advocación de Santiago Wigberto Jiménez Moreno y David Wright también tienen una visión crítica sobre los que tradicionalmente se ha dicho de los inicios de Querétaro, nos hablan de la reubicación de los Otomíes después de la caída de Tenochtitlan en varias partes del actual estado de Querétaro y nos da bases para reconstruir una versión alternativa de sus inicios. Por otro lado se confirman las expediciones de la gente de Nuño de Guzmán en su recorrido por el Río Lerma y sus incursiones hacia Oxtipa, resultando de ello un pleito entre Xilotepec y Acámbaro por la tributación de Querétaro.
Todos los documentos nos hablan de la relevancia que adquirió Conín en su papel de autoridad y los problemas que resultaron de ello, y nos dejan claro el asiento prehispánico de Querétaro.