LA ULTIMA ROSA
“ Mi hábito tenía escapulario pero sabe usted … de aquellas cosas… hice un refajo con él y se acabó. Antes el hábito lo he conservado lavándolo, como aquí es caliente, nada más tengo uno, los otros se acabaron de viejos. Cualquier día me moriré. Si no me tienen miedo muerta, que me lo pongan, eso pienso yo. He conservado la toca y la soga y cuando podía lo lavaba, ahora ya no puedo.”
Después de 317 años, 23 de abril de 1670, de fundado el beaterio de santa Rosa de Viterbo, encontré a su única y última descendiente,
“Profesé a los 18 años, profesión solemne, aunque aquí los pueblitos están muy distraídos, no más me acuerdo, ustedes sí se han de acordar bien, andaban los cincos de oro. Nuestro convento estaba junto a la parroquia de Tolimanejo. Había clausura, un túnel donde pasábamos para la iglesia-. alcanzamos a no salir- la madre priora que puso la casa quería que fuéramos de la misma regla de la casa de santa Rosa de Querétaro. Nos volvieron a exclaustrar. Una monjas se fueron a Cadreyta, se llevaron las reglas, a i nada más me quedó una hoja. Tuve que trabajar, hacía amasijos, fruta de horno –me la encargaban-, yo nada más ponía el trabajo, me daban todo desde la leña. Seguía viviendo mi vida de religiosa, hacía mis horas canónicas. Sabe usted el oficio es grandecito. Yo me he conservado en religión todavía hasta hoy.”
Estaba
“ Como convento de monjas que fue, presenta igualmente paralelas a la calle sus dos portadas, que consisten en arcos clasicistas en cuyas claves se localizan unas conchas y sobre éstas, los monogramas de Jesucristo y de
El Santuario esta construido sobre una elevación de terreno, delante una gradería en semi círculo, atrio con balaustradas en cantera. La construcción es neoclásica. En su portada dos órdenes de columnas corintias, tres de cada lado de la puerta y otras tres a los lados de la ventana que ilumina el coro. Remata con un frontón sencillo, torre y cúpula. Cruz latina su formación.
“Cuando nos sacaron se murieron muchas de hambre, me platicaban que cada cual se mantenía. De Querétaro se vinieron a Tolimanejo, se murieron tres, hicieron capítulos, cambiaron de rectora, señalaron la necesidad de tener una Abadesa para que las proviera, pero pasaron muchas necesidades. Dicen que los soldados tiraban el frijol y la semilla a los caballos y por eso pasaron muchas hambres. Yo también las pasé, pero ya las había pasado desde niña.”.
Cada palabra que desde su lecho me iba diciendo en forma entre cortada
“ En Santa Rosa, las pinturas de los retablos, y las que se enmarcan sobre la reja del coro, no presentan firma alguna. Algunos historiadores las atribuyen a Cabrera y otros a Páes. Además, las pinturas que se encuentran en las pechinas, están firmadas por un artista del que solo conocemos su apellido, que es Roldán, cuya buena labor se ve reflejada en las mujeres célebres de
“ Lo que siento es solo cansancio, se me acabaron las fuerzas, caí a la cama. Del cuello hacia abajo, hasta la cintura, no tengo fuerza. En aquel tiempo yo estaba pegada a los médicos, porque anduve llevando a
En el templo de las Madres Rosas en Querétaro, hay cinco retablos barrocos laminados en oro, uno de ellos tiene a
“Celdas de Cenobios, relicarios de eucaristía y coros santos de oración, rompieron su impresionante quietud. Las monjas se incorporaron al mundo. Las madonas de Perrusquía, anduvieron vagando por las calles de sacrilegio. Los sufrimientos de la gran hermana se han tornado flores, dejando caer sus hojas de seda, para que sirvan de corporales.”.
En el templo de Santa Rosa De Viterbo, permanece en uno de los retablos, sedentes, con capa roja, El Rey De Burlas. En la sacristía un aguamanil –talla policromada -, donde están dos efebos entre conchas y un querubín sosteniendo la oración; “ Lavaré mis manos entre los inocentes… “, además una mesa taraceada en marfil, una bella Purísima estofada, en el nicho que remata con un Cristo de marfil.
– Eres tan vieja, que no conozco a nadie que te iguale. No me refiero a tu edad, sino a los 317 años que van de estar dando rosas el Real Colegio, del que fuiste la última. Enterraste a todas tus hermanas, muchas quedaron en el piso del coro bajo del oratorio, otras en el panteón de >san Francisco Tolimanejo, Tu las viste caer de una en una. Para el registro civil fuiste Pomposa y para mi Paz y para el mundo y la historia
En los retablos cercanos al presbiterio, de ambos lados a manera de cima, existen dos ángeles de atrevido vuelo, abajo coronas a manera de docelete y ángeles desplegando el cortinaje, mientras en guirnaldas medallones, en unos San Rafael y San Gabriel y en otro los desposorios de San José, que fueron contemplados a la hora de tercia, en las Vísperas y más tranquilamente en los Maitines, por las monjas Rosas de las que no sabemos fijaban preferentemente la vista.