G G M Contado por sus amigos…

 Gabriel García Márquez contado por sus amigos.

Al menos 25 de los personajes más cercanos a él dieron un testimonio que habla del Gabo que pocos conocen, el escritor amigo, jefe de una tribu, con un poco de guajiro, que toca el tiple (el instrumento nacional de Colombia), del amor por sus raíces y por su familia.

Esos son los ingredientes del documental Buscando a Gabo, del cineasta Luis Fernando Pacho Bottía, que ya se estrenó en el canal de televisión pública de Colombia y que abrió el homenaje que recibió el premio Nobel de Literatura el lunes anterior.

Al planear el documental como parte de esta serie de homenajes «quisimos que se enfocara en el lado humano del personaje, que la literatura, el cine, el periodismo, en general su oficio de escribir, se viera a través de su lado íntimo y no mediante un análisis literario, cinematográfico o periodístico», dice Pacho Bottía, en entrevista con La Jornada.

«Hacer este documental significaba que García Márquez iba a ser visto a través de sus amigos, de las personas allegadas a él, no de las personas que lo hubieran estudiado o interpretado, si no las más cercanas y que fueran testigos únicos de los acontecimientos que íbamos a tratar: si íbamos a hablar de la entrega del Premio Nobel significaba hablar con quienes estuvieron ahí.»

El resultado de este ejercicio son 55 horas de entrevistas a personajes como Alvaro Mutis, Plinio Apuleyo Mendoza, Meira Delmar, «que me contó cosas como que Gabo toca tiple y llegaba a tocar tiple a su casa;

Astaba también Lisandro Luque, Jaime Humberto Hermosillo, que ha hecho dos películas con guiones sobre obras suyas y me dijo que cuando Gabo escribió Cien años de soledad daba clases en la escuela, no sé si en el CUEC, y él era su alumno. Carlos Monsiváis. Mauricio Vargas, hijo de su amigo Germán Vargas;

Enrique Santos uno de los codirectores de El tiempo, que trabajó con él cuando Gabo practicaba el periodismo militante».

El viaje por la vida de García Márquez fue de Aracataca a Barranquilla, Sucre, Zipaquirá, Bogotá, Cartagena, San Antonio de los Baños y la ciudad de México.

El primer reto que vimos, añade Pacho, es que sobre Gabo se ha hablado demasiado y «pensábamos que no diríamos nada nuevo, pero hablando con su familia y algunos de sus hermanos me di cuenta de algo que a lo mejor ni en la misma Colombia hemos percibido, y es su profunda ascendencia guajira, que es ante todo una parte indígena, aunque no tiene ascendentes de esa etnia.

En la zona de la guajira hay toda una cultura de amistad, de la familia, por eso es que su hermano dice ‘nosotros somos una tribu y tenemos un palabrero’, que es Gabo, por eso le dan el bastón de la palabra y del humor.

«De sus amigos, todos ochentones, me sorprendió su vitalidad, todos fuertes, lúcidos. Me di cuenta de que un punto vital es la importancia de la amistad, la amistad incondicional, que es una cosa guajira, y en todo el recorrido con sus amigos vi que la amistad es sagrada, y la complicidad es una virtud muy apreciada; el amor por las raíces como base de la creación y de la familia.»

Su literatura y su obra lo hacen universal, pero también que García Márquez se pone siempre en el lado del otro, «y eso lo hace entender a la persona, a las personas, con quien está. Tiene una sabia sencillez, porque premios Nobel ha habido muchos, pero él es un personaje particular.

«Ahora, este documental tiene un valor extracinematográfico, y es que significa lo mismo que sería si tuviéramos a los amigos de Cervantes o Shakespeare», señaló.

El documental, que contó con el apoyo del Ministerio de Cultura, Radio y Televisión de Colombia, y la Universidad de Magdalena, ya se transmitió por el canal Señal Colombia, mientras que se trabaja para llevarlo a otros países, entre ellos México. Ericka Montaño

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