«Dulcísimo nombre de Jesús»; Convento…Querétaro

Teresitas

 

Convento de Carmelitas descalzas de Santa

 Teresa de Jesús en Querétaro

 

“Dulcísimo nombre de Jesús”

 

 

 

 

 

Antonia Gomez Rodríguez Pedroso y Soria de Pedroso, Marquesa de Selvanevada, viuda de Manuel Rodríguez de Pinillos López Montero y García Cortez, renunciando a su título y al mayorazgo a favor de su hija mayor, entró de criada al convento de San Jerónimo, en la ciudad de México.

 

 

 

 

Más tarde cedió su caudal de más de ciento cinco mil pesos para fundar en Querétaro un convento y enseguida tomó el hábito en el convento de Regina Coelli, también en la ciudad de México.

 

 

 

 

El 25 de junio de 1802 se expidió la cédula real para la fundación de dicho convento, iniciándose provisionalmente en una casa rentada en la calle de Posadas, junto al Mesón de San Antonio, las gestiones habían comernzado desde 1797..

 

 

 

 

Además de la marquesa de Selvanevada, entonces llamada sor Antonia De Los Dolores y posteriormente, Sor María Josefa de Santa Teresa, vinieron como fundaoras además de la marquesa las carmelitas,  Sor María Bárbara de la Concepción, Sor María Ignacia de San Elías, María Eufrosina de San Juan Bautista y Sor María Clara de San Eliseo.

 

 

 

La celebración de la noticia del nuevo convento se celebró en Querétaro el 22 de octubre de 1802, con repiques de campanas y el 22 de abril de 1803 llegaron a Querétaro estas monjas fundadoras de “Teresitas”, alojándose en el Convento de Santa Clara y después llevadas solemnemente a su convento provisional por el clero secular y regular y la población entera.

 

 

 

El día 21 de junio de 1803 se colocó la primera piedra de convento definitivo con asistencia del Arzobispo de México, Francisco Xavier de Lizana. Los planos para el futuro convento fueron realizados por el arquitecto Manuel Tolsá y enviados a la corte española con una carta del virrey Miguel de la Grúa Talamanca y Branciforte el 20 de noviembre de 1797.

 

 

 

Manuel Tolsá era director de escultura de la Academia de San Carlos, en cuya junta ordinaria del 31 de octubre de 1797, fueron aprobados los planos del proyecto del mencionado convento, con un costo inicial de 57 mil 897 pesos y 7 reales

 

 

 

El proyecto de Manuel Tolsá, realizado sin saber siquiera donde iba a ser edificado nuca se realizó, sino que se contrató al arquitecto  Pedro Ortiz, para realizar otro y ejecutarlo, la presencia del arquitecto Eduardo Tres Guerras, fue para la decoración que existe.

 

 

 

Entre ellas los frescos del coro, las pintura de ábside entre los ventanales, el apostolados de la sacristía, entre otras muchas obras más

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