La ciencia, la educación y la cultura vista desde Querétaro

La Cultura, la Ciencia y la Educación, Vista Desde Querétaro

 

José Félix Zavala

  La Ciudad de Querétaro, centro de atracción regional, turística, de servicios, académica-estudiantil, comercial y víctima de una mal entendida globalización. Querétaro ciudad cara o engañosa para quienes solicitan sus servicios educativos, sin previa valorización de quienes esperan una educación de acuerdo a los altos costos que cobran esas instituciones, obteniendo una gran decepción.  

No es de ahora, sino desde hace mucho tiempo, que los medios de comunicación locales, no tienen una sección, como la tan lucrativa llamada de sociales, que se dedique a informarnos diariamente, quiénes son los maestros, investigadores y promotores de la ciencia, la educación, la cultura y de los recursos que disponen en nuestro estado y ciudad de Querétaro, así como los avances de sus investigaciones y sus repercusiones en nuestra sociedad local. 

Aparecen solo algunas referencias sobre la educación, la investigación o la cultura, en nuestros noticiarios escritos o electrónicos, en forma superficial y entreverados, sin la debida importancia que pudieran o no tener, mediatizadas entre muchas otras notas informativas, pero nunca una lista detallada y pormenorizada de lo que realiza la UAQ, el ITQ, el ITESM, y  las múltiples empresas instaladas en nuestra ciudad que se anuncian como prestadoras de estos servicios. 

Nunca ha habido denuncias del mal uso que se da a nuestra infraestructura cultural con eventos comerciales, burocráticos o lucrativos de cualquier tipo que no le corresponden, ejemplo de estos lugares pueden estar muy claros en el Centro Cultural Gómez Morín y en el Auditorio.

Pareciera que Jaime Torres Bodet y Agustín Yáñez hubieran sido agentes de Stalin, cuando el gobierno mira con suspicacia el destino de recursos públicos a las universidades, a las artes y, en general, a toda empresa cultural y científica, y prefieren mantener en ayunas a los museos, las editoriales, o cualquier iniciativa que desde su muy particular punto de vista será mejor, “más libre”, si la apoyan dineros privados.

Habría que preguntarles a los fieles opositores del intervencionismo estatal dónde estarían la educación nacional, las letras, el cine, la museografía, las ciencias sociales, las universidades públicas, si el estado, en otros tiempos, no hubiera promovido el conocimiento y las artes.

No ha sido posible hacer entender a la autoridad que la única inversión de largo plazo, que seguro rinde frutos, es la que se destina a la generación de conocimiento y a la formación de capital humano.

 Así lo prueba la historia de países que lograron reconstruirse después de grandes devastaciones, gracias a que su población estaba educada.

Ya no se admite el mecenazgo del estado en la cultura, la ciencia y la educación, sino por lo contrario es la indiferencia y desconfianza hacia la ciencia y la cultura, la actual actitud de las autoridades y de los medios de comunicación y ver exclusivamente como negocio el ofrecer carreras donde ni maestros, ni instalaciones, ni resultados garantizan el servicio que ofrecen. 

El comportamiento del gobierno respecto a la ciencia y la cultura, da el mensaje de que estos rubros son irrelevantes, se pretende construir grandes obras, para después destinarlas a otras actividades “redituables”, pero no se supervisan los resultados en la sociedad, las actividades que las escuelas públicas y privadas, los centros de investigación o los de cultura dan. 

Contraviniendo nuestra historia y la actuación inclusive de la educación en Norteamérica, la ciencia y la cultura no es asunto público para el actual gobierno en todos los niveles, sino de particulares, según el comportamiento del gobierno. 

Este comportamiento que desdeña a la ciencia y a la cultura es clásico de los gobiernos de derecha, entiéndase ésta como quien privilegia a los dueños del dinero y deja para un segundo o tercer plano a los pobres, a los trabajadores, se diría a la ciudadanía en general. 

Los maestros son el horror del actual gobierno, porque exigen, porque se manifiestan, porque son incómodos, pero nunca se analiza la posibilidad de que junto con ellos se llegue a un país con una población enterada, con conocimientos e impulsada con la ciencia y la tecnología a un bienestar seguro y no a las tendencias que la globalización marca. 

El sistema de educación pública es desconfiable para el estado, por considerarlo como control ideológico, no se le tiene como una infraestructura estratégica para lograr el cometido de llevar la educación, la ciencia y la cultura a los queretanos y a los mexicanos que tanto la necesitamos para salir adelante.

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