Llega hoy 20 de julio, La Peregrinación de Querétaro al Tepeyac Por el Pbro. Juan González, en 19866. Es la primera peregrinación de la diócesis de Querétaro al Tepeyac. A las seis de la mañana ya la muchedumbre se aglomeraba en el atrio de la Insigne Colegiata. Pocos minutos después se abrió la puerta del costado y penetraron los visitantes; sin pérdida de tiempo la columna se organizó en esta forma: A la cabeza marchaba el Sr. Cura del Sagrario, Pbro. Francisco Figueroa, conduciendo en alto, un lujoso estandarte de raso, que ostentaba los colores nacionales, recamado de oro y en cuyo centro, en letras del mismo metal, se leían estas palabras: “La Iglesia de Querétaro”.
La vista de esta enseña bastó para conmover los corazones de los queretanos. Enseguida iban los peregrinos, la Comisión del Seminario Conciliar de la diócesis, compuesta de profesores y alumnos en crecido número, bajo la dirección del Vicerrector Pbro. Daniel Frías, el Pbro. José Ma. Orihuela, decano del clero de esta diócesis, el Sr. Canónigo Magistral Florencio Rosas y la Comisión del V. Cabildo acompañando al Ilmo. Sr. Obispo revestido de ornamentos pontificales. Al iniciar la marcha los seminaristas comenzaron entonando el ya muy querido y hermoso himno local el “Pues concebida, fuiste sin mancha, Ave Marís…”
Cuan dulcemente y con que abundancia corrían las lágrimas de todos, sacerdotes, abogados, médicos, propietarios, comerciantes, mujeres, y niños y con robustas voces se continuaba el canto.
La procesión recorrió las naves laterales hasta llegar al presbiterio donde depositando el estandarte de la Iglesia de Querétaro a la madre de Dios signo inquebrantable con que venera el portento del Tepeyac.
El pbro. José Arias dio principio al rezo del rosario, al mismo tiempo que el Pbro. Queretano Esteban Magaña, segundo sacristán de La Colegiata distribuía el pan de los ángeles a los peregrinos, habiendo sido consumidas más de seiscientas formas.
Serían las nueve cuando se entonó La Hora Sexta en el coro de los señores capitulares y habiéndose presentado poco después el Ilmo. Sr. Arzobispo de México D. Pelagio Antonio Labastida Dávalos que bondadosamente se prestó a cooperar con su presencia al mayor esplendor de la festividad, dio principio la procesión, que habría el portiguero, seguían varios alumnos del colegio de infantes de La Colegiata, La Comisión de el V. Cabildo y el Canónigo Florencio Rosas, los señores canónigos de la Colegiata revestidos de capa; Una imagen de la Virgen de Loreto conducida en andas, el Ilmo. Sr. Arzobispo y por último la Comisión de seglares compuesta por el Dr. Manuel Septién, Dr. Ponciano Arriaga, D. Antonio Sánchez, Lic. Alfonso Ma. Septién y otros respetables caballeros de la ciudad de Querétaro.
Ofició de pontifical el Ilmo. Sr. Camacho y asistió el Ilmo. Sr. Arzobispo asistido por el Abad de La Colegiata