Los benedictinos, Europa y el año Paulino…2008-2009

La Cultura europea es benedictina

Los Benedictinos de Cluny

En el año 910 surge en la Galia el monasterio de Cluny, cuyos primeros santos abades buscaron manifestar por medio de la liturgia, el trabajo manual y la caridad, su búsqueda de la Belleza de Dios.

La alabanza se convirtió en el centro de su vida monástica. (El canto de las horas)

Cluny formó una gran Congregación de monasterios, y fue durante varios siglos un foco de la cristiandad y de cultura para Europa.

Algunos de sus monjes, entre ellos Hildebrando, luego San Gregorio VII, ocuparon la cátedra de Pedro.

Los Cistercienses 

En toda Europa continúan surgiendo monasterios, y nacen nuevas familias religiosas inspiradas en la Regla de San Benito: Camaldoli, Valleumbrosa, los Silvestrinos, Monte Oliveto. Pero de todas ellas, cupo un papel preponderante al Cister.

Fundado por San Roberto( uno de los tres monjes rebeldes) en 1098, se afianza y se expande con San Bernardo de Claraval (1090-1153), quien le da su contenido doctrinal y su cohesión como Orden, extendida rápidamente por toda Europa. 

El IV Concilio Lateranense de 1215, prescribe reuniones trienales de los abades de monasterios de una misma región, y visitas periódicas para velar por la observancia.

El papa Benedicto XII reagrupa los monasterios en provincias.

Así surgen las primeras Congregaciones Benedictinas: Melk (Austria), Sta. Justina de Padua (Italia),  Bursfeld (Alemania), Valladolid (España), Pannonhalma (Hungria).

El Concilio de Trento en 1563, dio a estas Congregaciones un carácter canónico, y estableció normas para el noviciado y las visitas canónicas. 

Entretanto llega el monacato a tierras americanas por medio de la Congregación Benedictina de Portugal, primera en establecer monasterios en el llamado nuevo mundo.

En 1581 se funda el primer monasterio de toda América: São Sebastião do Bahia (nordeste del Brasil), y le siguen rápidamente fundaciones en Rio de Janeiro (1586), Olinda (1590, Paraiba do Norte (1596) y São Paulo (1598).

En 1596 se constituye la Provincia brasilera de la Congregación Benedictina de Portugal.

En Francia, en 1618 surge la Congregación de San Mauro (uno de los tres monjes rebeldes).

El trabajo intelectual de sus monjes, dio a la «lectio divina» y al estudio un lugar importante en la vida de los monasterios.

Los trapenses

En esta misma época comienza una nueva reforma dentro del Cister, el abad Rancé, del monasterio de La Trappe  enFrancia, impulsa un retorno a la Regla de San Benito, en espíritu de penitencia, oración y trabajo manual. 

Nace así la Orden Cisterciense Reformada ó de la Estricta Observancia, más conocida como Los Trapense.

Custodia de la tumba de San Pablo

La presencia de una comunidad monástica benedictina en la tumba de San Pablo, se remonta al papa Gregorio I, Magno entre el  año 590 y el 604.

Pero es el papa Gregorio II quien constituye de manera estable la comunidad benedictina, aún existente en San Pable extramuros o junto a la tumba del apóstol de los gentiles, Pablo.

En el 936 Odón de la Abadía de Cluny emprende la reforma monástica y desde entonces el abad toma el nombre de “abbas et rector Sancti Pauli”, Abad y rector de San Pablo extramuros.

El abad más célebre es el monje Hildebrando de Soana, (uno de los tres monjes rebeldes) quien, tras haber trabajado en la renovación de la Basílica y de la vida de su monasterio, fue elegido Papa con el nombre de Gregorio VII, lo fue de 1073 a1085 y emprende la reforma de la Iglesia, llamada reforma gregoriana.

La abadía controlaba entonces un amplio patrimonio feudal.

Conocerá esta abadía periodos de gran esplendor espiritual, pero también periodos oscuros, hasta la confiscación de sus bienes en 1870, los monjes, sin embargo, jamás abandonaron el oficio junto a la tumba del Apóstol.

La actividad monástica reanudó con vigor antes de los comienzos del siglo XX, dedicándose de manera especial al ministerio de la Penitencia y a la obra de la unidad de los cristianos.

En esta Basílica de San Pablo y en la abadía, el papa Juan XXIII anunció el 25 de enero de 1959 la convocatoria para el Concilio Vaticano II.

Su Biblioteca, muy antigua, posee más de 10.000 volúmenes del siglo XV al siglo XVII. Con ediciones de los maurinos y bolandistas, mientras que la moderna posee más de 100.000.

El 31 de mayo de 2005 un “Motu proprio” del papa Benedicto XVI reorganiza completamente la administración de la Basílica, con todo su complejo extraterritorial, en camino hacia el siglo XXI.

El Papa pone al frente de la basílica a un Arcipreste, y nombra para este cargo al Cardenal Andrea Cordero Lanza di Montezemolo, quien emprende una serie de obras importantes.

Hoy, como en el pasado, estas obras dependen de la generosidad y de los donativos de los fieles y peregrinos procedentes de los cuatro ángulos de la tierra.

En diciembre de 2006, el Cardenal-Arcipreste hizo que fueran visibles el sarcófago de mármol sin pulir, al que se puede acceder bajo el altar papal, y parte del ábside paleocristiano, visible a través de un cristal.

Pablo llegó a Roma en el 61, para ser juzgado. Fue decapitado entre el 65 y el 67, y su cuerpo enterrado a dos millas del lugar del martirio, en el área sepulcral que la cristiana Lucina poseía en la Vía Ostiense que formaba parte de un antiguo cementerio.

Fue posible enterrar al apóstol Pablo en una necrópolis romana, aun siendo cristiano, en cuanto ciudadano romano. Su tumba fue enseguida objeto de veneración, y sobre ella se edificó una “cella memoriae o tropaeum”, donde, durante estos siglos de persecución, iban a rezar los fieles y los peregrinos, sacando fuerzas para continuar la evangelización del gran misionero.

A 1,37 metros debajo del actual Altar papal, una lápida de mármol lleva la inscripción PAULO APOSTOLO MART….Esta formada por varias piezas. La que lleva el nombre PAULO posee tres agujeros, uno redondo y dos cuadrados.

Sobre un sarcófago macizo fueron edificados los sucesivos “altares de la Confesión”. Durante las últimas obras se abrió un hueco debajo del Altar papal para que los fieles puedan ver la tumba del Apóstol.  

La Basílica de San Pablo extramuros

Para dar fin a las persecuciones contra el cristianismo y con la promulgación de los edictos de tolerancia, a comienzos del siglo del IV, el emperador Constantino mandó realizar excavaciones en los lugares de la “cella memoriae”, donde los cristianos veneraban la memoria del Apóstol San Pablo, decapitado entre el año 65 y el 67, bajo Nerón.

Sobre esta tumba, situada en la Vía Ostiense, a unos dos kilómetros de la muralla aureliana que rodeaba Roma, mandó levantar una Basílica, que el Papa Silvestre consagró en el 324.

 

La Basílica fue reformada y ampliada entre el 384 y el 395, bajo los emperadores Teodosio, Valentino II y Arcadio, según un vasto proyecto de cinco naves que se abre a un cuadripórtico, y a lo largo de los siglos los Papas seguirán embelleciéndola y añadiendo partes, como la imponente cinta de fortificación levantada contra las invasiones a finales del siglo IX, el campanario y la maravillosa puerta bizantina del siglo XI, y también los mosaicos de la fachada de Pietro Cavallini, el hermoso claustro de los Vassalletto, el famoso baldaquín gótico de Arnolfo di Cambio y el candelabro pascual de Nicola d’Angelo y Pietro Vassalletto, del siglo XIII.

El periodo de la edad de oro de la Basílica de San Pablo extramuros, la más grande de Roma, hasta la consagración de la nueva Basílica de San Pedro en 1626. Sería lugar sagrado de peregrinación de la cristiandad y famoso por sus obras artísticas.

En la noche del 15 de julio de 1823 un incendio destruyó este testimonio único de épocas paleocristianas y bizantinas, del Renacimiento y del Barroco.

 

La Basílica fue reconstruida de modo idéntico, usando los elementos que se habían salvado del incendio.

En 1849 el Papa Gregorio XVI consagraba el altar de la Confesión y el transepto.

Se sigue reformando y embelleciendo.

En 1928 se añadió el pórtico de las 146 columnas.

Hoy es la tumba del Apóstol lo que ha salido a la luz, mientras que una serie de obras importantes se benefician, como en el pasado, de la generosidad de los cristianos de todas las partes del mundo.

La larga serie de medallones que reproducen la efigie de todos los Papas de la historia fue comenzada en el siglo V bajo el pontificado de León Magno y atestigua de modo extraordinario la “supremacía reconocida por los fieles de cualquier lugar a la Iglesia fundada y constituida en Roma por los dos gloriosísimos Apóstoles Pedro y Pablo”, según San Ireneo en Adversus haereses, III, 1, 3, 3, 2.

San Pablo extramuros es un vasto complejo extra territorial  según dice el Motu proprio del Papa Benedicto XVI, 30 de mayo de 2005, administrado por un Arcipreste, el Cardenal Andrea Cordero Lanza di Montezemolo.

Además de la Basílica papal, el conjunto comprende una abadía benedictina muy antigua, restaurada por Odón de Cluny en el 936, activa bajo la dirección de su abad.

Los monjes benedictinos de la antiquísima abadía, edificada junto a la tumba del Apóstol por el papa Gregorio II (715-731), favorecen el ministerio de la Reconciliación y la promoción de acontecimientos ecuménicos.

Aquí todos los años el 25 de enero, fiesta de la conversión de San Pablo, se clausura solemnemente la semana de oración por la unidad de los cristianos.

El 28 de junio de 2007 el Papa Benedicto XVI vino a la Basílica para proclamar “el Año Paulino” en el bimilenario del nacimiento de san Pablo.

El Año Paulino se celebrará del 28 de junio de 2008 al 29 de junio de 2009.

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