Chametla, víctima del saqueo y el olvido
Irene Sánchez
La zona arqueológica ubicada en la comunidad Chametla, que fue habitada por la cultura aztatlán, nación indígena que se extendía desde el sur de Jalisco hasta el norte de Sinaloa, es uno de los sitios más saqueados de México, sostuvo Joel Santos Ramírez, quien encabeza trabajos de rescate en la región.
El investigador lamentó el saqueo perpetrado en Chametla, que es una región llena de vestigios, pero ha sido víctima de ladrones de piezas arqueológicas desde la década de los 50, situación que inició cuando se construyó la carretera que llega al pueblo.
La cantidad de hurtos fue tal que al momento apenas se exhiben 300 piezas en el museo comunitario, que se lograron rescatar a partir de que se integró
En el paraje Hacienda El Tamarindo, justo frente al poblado de Chametla, durante los trabajos de nivelación del terreno, se localizó una pieza completa que representa a un varón jorobado, hecha con cerámica roja y con un recubrimiento que sirve de pulimiento, que le da un color intenso. También se descubrieron urnas funerarias, de valor incalculable, señaló Joel Santos.
Los trabajos de exploración, en esta zona, apenas iniciaron a finales de junio, debido a que el Instituto Nacional de Antropología e Historia realizaba trabajos de rescate en el área de Malpica, de donde se obtuvieron nuevos informes sobre la cultura totorame.
De acuerdo con Santos Ramírez, los asentamientos en Malpica y Chametla fueron contemporáneos, por lo que consideró la posibilidad de que se pueda encontrar una relación cultural entre estos dos sitios, en los cuales se observan patrones similares en el tipo de cerámica, que data del año 700 de la era actual, así como en enterramientos que se realizaban en las faldas de cerros, y en las urnas funerarias, que contienen ofrendas en su interior.
Afirmó que la historia de la época prehispánica en el sur de Sinaloa está incompleta, pues no se conocen datos para su estudio, además que durante décadas, los arqueólogos no tomaron en cuenta la cultura indígena totorame, que actualmente habita la región y “tuvo sus ancestros en las culturas antiguas como la aztatlán, que desapareció en
El arqueólogo del INAH recordó que los conquistadores españoles no describen en sus crónicas a la cultura indígena que habitó Sinaloa, ni dejaron testimonios de las tumbas, de los enterramientos, de los dioses adorados en la zona, ni de la alimentación de los habitantes originales; tampoco de los asentamientos que existieron en Chametla, que fueron de los más grandes en lo que ahora es el territorio sinaloense.
“Lo que parece raro, es que esta parte tan importante se les haya pasado”, señaló.
Según el investigador,