San Miguel Tlaxcaltepec,
un pueblo otomí
Nobilísimo Señor San Miguel:
Tú que eres la boca del Señor
Tú que eres los labios del Salvador
Tu que eres príncipe tres veces santo
Tú que eres espejo de
Tú que eres el defensor
Tu que eres el emperador de la milicia celestial
Tú que eres el sumo ministro
Tú que eres el fidelísimo secretario
Tú que eres el sublime archiserafín
Tu que eres entre los ángeles el más honrado
Ruega por nosotros
Mientras se oye el susurro de los rezos a santo patrono de la guerra los otomíes de San Miguel Tlaxcaltepec, se encaminan en peregrinación al cerro del Picacho, para honrar a los antepasados, allí existen cráneos que pertenecen a los fundadores del pueblo.
Tú que eres el ilustrado de los santos
Tu que eres el juez y recibidor de las almas
Tú que eres el príncipe gloriosísimo
Tu que eres custodio de los arcángeles
Tu que eres custodio de los hombres
Tú que eres tutor de la fe
Tú que eres nobilísimo asesor de Dios
Ruega por nosotros
El Mayordomo de Las Animas prepara la ofrenda a los antepasados: tamales, café, pan, mazorca, miel, veladoras, flores, lleva a los cantores para que entonen himnos a los antepasados chichimecas, para que se respete la costumbre.
Tú que eres el gran celador
Tú que eres el mayordomo de Dios
Tú que eres el promulgador de la ley
Tú que eres lumbrera del orden
Tú que eres protector del cielo
Ruega por nosotros