Somos lo que hacemos para cambiar lo que somos.
E. Galeano
Libertad de prensa,
¿La de 1951, con Alemán?
¿Limitarla o ampliarla?
¿Controlarla o liberarla?
¿Censura o autocensura?
¿Responsabilidad privada o pública?
¿Normarla o demandarla?
¿Parcialidad o medias verdades?
¿Falsedad o hechos?
¿Chismes o noticias?
¿Asuntos privados o de interés público?
¿Filtraciones o resultado de investigaciones?
Quiero abordar el tema relativo al papel protagónico que los medios de comunicación y sus hacedores, tienen en relación a lo que podríamos nombrar como: «creación de ciudadanía».
La evaluación crítica de los medios parte del presupuesto de que para construir ciudadanía, es decir para propiciar una ecuación de deberes y derechos, en favor de la condición de ciudadanía, se requiere de una mayor equidad, igualdad y libertad.
Por esa razón, entendiendo la importancia de los medios y la responsabilidad social que tiene su ejercicio, no se puede eludir, el ser exigentes con su ejercicio crítico.
Se requiere superar la ostentación de presentarlos genéricamente como «buenos» y benevolentes, porque cumplen con el rol de preservar la democracia y la pluralidad de opciones.
Ya que muchas veces incurren en comunicaciones perversas y en lugar de medios, se transforman en centros ideológicos, que aprovechados de su notoriedad, protagonismo y poder, buscan imponer sus criterios e intereses.
Y en relación con la idea de ciudadanía, concepto ligado a los derechos civiles (de opinión, expresión y asociación), políticos (a ejercer su voto y a ser representado en los poderes públicos) y más recientemente a los derechos de al trabajo, a la salud, a la educación, a un ingreso digno, a un medio ambiente sano.
El replanteo de los medios de comunicación debe centrarse en el horizonte de igualdad, libertad y equidad, porque el uso del espacio mediático, permite que se sean solo un actor frente a otros actores.
Este es el punto clave, porque cuando se piensa en generar ciudadanía y disminuir la exclusión social no puede obviarse que los medios de comunicación actúan dentro de un conjunto de posibilidades educativas, culturales, etc. en una palabra posibilidades ciudadanas, pero al mismo tiempo representan un riesgo, cuando se colocan al servicio de propósitos perversos.
Los medios masivos cumplen la indispensable labor de informar y de auspiciar la comunicación, claves de la democracia, pero al mismo tiempo, utilizados como vías de propaganda llegan a convertirse en fuentes de conflicto y de multiplicación de las tensiones.
El reto está en superar las comunicaciones perversas y en propiciar una comunicación al servicio de la ciudadanía, de la cultura de los derechos humanos fundamentales, y eso implica, por una parte, denunciar y criticar el uso abusivo de los medios.
Lo mismo que el afán recurrente de transmitir mensajes que se hacen pasar como opinión o información y son propaganda que incita al odio y a la violencia
Sino que deben los medios a mi real saber y entender apuntalar una comunicación que actúe conscientemente en beneficio de la sociedad, para crear diversos espacios de negociación de conflictos, para reconocer el protagonismo de muchos actores, y generar una sensibilidad que favorezca los valores de la democracia y de los derechos humanos.
Ahora que se discute la parcialidad de los medios de comunicación, faltaría una discusión ampliada que clarifique su papel social, estableciendo reglas explícitas, fijadas dentro de los límites del marco de la ley.
El debate ha llegado a centrarse en el cuestionamiento de que si los medios pueden evaluar al gobierno, a los consumidores, a los ciudadanos y a terceros.
¿Quién crítica o puede evaluar pues a los medios de comunicación?
No olvidemos que si hay malos en esta película, es por la concentración de su poder. Se necesita un juez y este es la ciudadanía organizada.
Para ello se requiere la creación de una lógica de empoderamiento ciudadano, de la participación de muchos, una red de redes de lo que ya se ha hecho común denominar: La sociedad civil.
El examen de la comunicación masiva resulta indispensable porque de muchas maneras incide en las representaciones sociales a partir de las cuales se puede construir la convivencia humana, pues para lograr acuerdos y entendimientos resulta indispensable que prevalezca la lógica del diálogo.
El problema está en que desde el campo mediático en demasiadas ocasiones en lugar de propiciar el acuerdo se estimula el conflicto, porque se intenta condicionar a través de las noticias e informaciones, y de sus emisiones, las soluciones que se deben adoptar para superar los conflictos, eso hace que muchas veces los medios sean parte, e incluso el centro de la disputa.
El Gobernador del estado de Querétaro en tiempos idos, al ser interrogado por un servidor sobre ¿Hasta donde le es posible a un simple periodista llegar en la denuncia? La respuesta fue “Hasta donde tu Director te lo permita”
Texto totalmente descontextualizado de Javier López por J.F.Z.