La palabra escrita
Netzahualcoyotl, el poeta Tlatoani
¿ A donde iremos
donde la muerte la muerte no exista?
Por esto
¿Viviré llorando?
Que tu corazón se enderece.
Aquí nadie vivirá para siempre.
Aún los príncipes vinieron a morir
A la gente se le incinera
Que tu corazón se enderece
Aqui nadie vivirá para siempre
Por fín lo comprende mi corazón:
Escucho un canto,
contemplo una flor
¡Ojalá no se marchiten!
No acabarán mis flores,
no cesarán mis cantos
Yo cantor los elevo,
se reparten, se esparcen
Aún cuando las flores se marchiten y se amarillén
serán llevadas allá
Al interior de la casa
del ave de plumas de oro.
Con flores escribes, dador de la vida
con cantos coloreas y sombreas
cada letra
Con cantos escribes los nombres
de los que han de vivir en la tierra
Después destruirás
a los caballeros Aguila
a los Caballeros Tigre
Solo en tus escritos vivimos aquí sobre la tierra
Con tinta negra borrarás lo que fue La Hermandad,
la comunidad, la nobleza.
Tú escribes los nombres
de los que han de vivir en la tierra
Solo allá en el interior del cielo
Tú inventas La Palabra
¡Dador de la vida!
¿Que determinarás?
¿Tendras fastidio aquí ?
¿Ocultas tu fama y tu gloria a los habitantes de la tierra?
¿Que determinarás?
Nadie puede ser amigo del dador de la vida
¿A donde pués iremos?
Enderecense
que todos tendremos que ir al lugar del misterio
¿Eres tú verdadero, tienes acaso principio?
Solo quien todas las cosas domina.
puede ser El dador de la vida.
¿Es esto verdad?
¿Acaso no la es como dicen?
¡Qué nuestros corazones no tengan tormento!
Todo lo que es verdadero, lo que tiene raices
dicen que no es verdadero
que no tiene principio
Que el dador de la vida solo se muestra arbitrario
¡Qué nuestros corazones no tengan tormento!
Porque él, es el dador de la vida.
Traducción: Miguel León Portilla
adaptación
José Félix Zavala