México: Carestía y pobreza, las principales preocupaciones
En estos últimos meses, la principal preocupación de la población mexicana ha girado alrededor del alza en el precio de los alimentos. Desde abril, grupos civiles, encabezados por la red Información y Acción por el Derecho Humano a Alimentarse (FIAN, por sus siglas en inglés), sección México, advirtieron que el país ya presentaba signos de crisis alimentaria como la que padecen al menos 37 naciones más, de acuerdo con parámetros de la Organización de Naciones Unidas (ONU). La situación es de alto riesgo debido a que la importación de comestibles básicos ha alcanzado el 35 por ciento del total de alimentos que consume el país.
De acuerdo con un diagnóstico preliminar del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) hecho público en junio y titulado «Precios de los Alimentos, Pobreza y Política Social en México», en los últimos dos años, un millón 800 mil mexicanos más se encuentran en pobreza extrema y un millón 300 mil más en pobreza de patrimonio (en la que no se alcanza a satisfacer necesidades de vivienda, transporte y vestido).
Para este mismo plazo, un reporte todavía más alarmante del Centro de Estudios de las Finanzas Públicas de la Cámara de Diputados («Impacto del incremento en los precios de los alimentos en la pobreza en México»), concluyó que la población mexicana en pobreza extrema aumentó al menos en 7 millones de personas a causa del alza en los precios de los alimentos, para pasar del 13.7 al 20 por ciento del total nacional (más de 21 millones de personas).
Las respuestas gubernamentales fueron fuertemente cuestionadas por actores sociales. A finales de mayo, líderes agrarios afirmaron que las acciones en apoyo a la economía familiar anunciadas por el gobierno eran “demagógicas”, “insuficientes” e “ineficaces”. Señalaron que la liberación de los aranceles, parte del plan, tendrá poco efecto para reducir los precios de los productos agropecuarios ya que gran parte de las importaciones vienen de Estados Unidos y por tanto ya no son sujetas a ningún tipo de arancel.
A mediados de junio, legisladores, dirigentes sindicales y campesinos consideraron que el control de precios de algunos alimentos anunciado por el presidente Felipe Calderón, también resultaba “insuficiente” y más que todo “tardío”, pues la mayoría de los precios actuales ya incluían las alzas que se venían señalando.