La actual catedral de Morelia no ha sido la única catedral que ha tenido la ciudad, ya que en 1580, cuando los poderes civiles y eclesiásticos de Michoacán fueron trasladados de Pátzcuaro a Valladolid (anterior nombre de Morelia), se inauguró una catedral, muy inferior a la actual en tamaño y valor artístico. Esa construcción se ubicaba en la esquina de las actuales calles de Corregidora y Abasolo. Sin embargo, debido al crecimiento que experimentó la ciudad a finales del s. XVI e inicios del XVII, así como por causa de un incendio que en 1584 afectó severamente el anterior edificio catedralicio, se hizo necesario pensar en otro templo, más grande, sólido e importante. Por ello es que a inicios del s. XVII el cabildo catedralicio comenzó las gestiones para la construcción de la nueva catedral.