El Señor del Santo Entierro
José Félix Zavala
En boca del arqueólogo Dr. Carlos Viramontes Anzures, investigador del INAH y dedicado a la localización de zonas prehispánicas, pinturas rupestres y petroglifos dichas este 6 de diciembre del 04, con las investigaciones que lleva realizadas en
El Camino Real de Pozos a La ciudad de México pasaba obligatoriamente por Casas Viejas, en
El Juego de Barras, los cerros del Puma, Cerro Alto y Las Iglesias le sirven de escenografía a San José Iturbide, nuestro Casas Viejas, donde la cúpula de el templo parroquial de San José, La de
Reconoceremos lo nuestro con el recuerdo del barrio Colorado, por el color de su tierra o de los “Cazueleros” ubicado en lo que ahora son las calles de Moctezuma y Dr. Hernández.
Por El Caracol o Plazuela de Echegaray, lugar donde se construyó un pozo para alimentar de agua limpia a la población, recordando con nostalgia a los “aguadores” que con su aguantador nivelaban el peso de los dos botes alcoholeros, para surtir de agua al vecindario.
El rumbo de
El Pozo de Las Gueras en la calle de Morelos entre
El Corralón, el famoso Mesón que estaba donde se bifurcan los caminos de
El Portal de
El Placer, otro rumbo de nuestra comunidad en <Ocampo e Iturbide, lleno de veneros de agua, de lavaderos públicos, una alberca para los nadadores.
Pozo Blanco, el lugar ubicado en las calles de Abasolo e Iturbide, lugar de saciar la sed las bestias de carga y el ganado de paso.
Las Atargeas, un lugar de Plaza Cívica, en las calles de Degollado y Josefa Ortiz De Domínguez.
En 1821 se crea el primer Ayuntamiento en Casas Viejas, siendo su primer presidente Juan José Gómez.
En 1822 se suprime el municipio de Xichú de Indios (Victoria) y Casas Viejas toma la jurisdicción de Tierra Blanca, Santa Catarina y Cieneguillas.
En 1849 Casas Viejas es elevada a la categoría de Villa con el nombre de San José de Iturbide.
De
1810 son 6 mil los habitantes de San José Iturbide y es tiempo de su destrucción por los insurgentes. En 1871 San José Iturbide tiene 26 mil habitantes y por el año de 1900 tiene ya 30 mil habitantes.
En 1862 San José Iturbide es tomada por los liberales al principio del año y en ese mismo año por noviembre la ciudad es saqueada por el conservador Tomás Mejía, originario de
En 1865 el 27 de septiembre se inicia el templo actual del Capulín y en 1866 comienza la última edificación del templo que conocemos como
25 de abril de 1866 se da comienzo la reconstrucción del templo parroquial de San José y el 5 de febrero de 1875 se inauguran los juzgados municipales.
El año anterior 1874 se inauguran los servicios de los telégrafos y de teléfono, para San Miguel y Guanajuato respectivamente.
1875 muere el cura de San José, P. Domingo Rodríguez e iniciador del la reconstrucción del nuevo templo parroquial.
En ese año de 1875 llega como cura de la parroquia de san José el insigne Nicolás Campa.
En 1875 se cambia de responsable de la obra del templo parroquial. Por Arcaute se designa al albañil Vicente López.
Existen en la población ya la escuela lancasteriana, un asilo para niños pobres y una escuela para niñas, por la generosidad de Agripina Veytes, se crea la escuela del Padre Nicolás campa.
Entre 1968 y 70 inicia Sabino Maldonado y un buen número de familias iturbidenses la industria del tejido llegando a haber un taller con 400 obreras y tres turnos con 35 máquinas tejedoras.
En 1960 desaparecen los exvotos del señor del Santo Entierro, que se contaban por miles y de gran valor de todo tipo y se construye la ermita a su devoción sobre la carretera 57 y el entronque a San José Iturbide.
Para la mitad del siglo XVIII, cuando se solicita
Fueron primeramente los Agustinos, por 1522, desde Xilitla, posteriormente los Franciscanos, después los Dominicos en el semidesierto y en
Es por ello que se puede dar la visita pastoral, a la parroquia de Xichú de Indios, ahora llamada Victoria, del Arzobispo de México, a donde pertenecía
El Culto al Señor del Santo Entierro es otra de las posibles pruebas de la preexistencia de una buena y abundante población en Casas Viejas de gente principalmente chichimeca y la conservación de esta a base de tradición oral como era la costumbre científica de las escuelas mesoamericanas y los antecedentes prehispánicos, clásicos para la fundación de templos y reducciones de indios, como lo fueron más tarde las regiones de Jalpan, Concá, Tilaco, Tancoyol y Landa, donde surgieron las llamadas Misiones de
Los documentos que nos dan para la construcción de la actual parroquia nos hablan de capillas ya existentes en el lugar y en la región, como lo demuestran los cimientos de
No es posible la falta de intentos de fundación de templos o capillas desde 1522 con la incursión de Cortés en
Es claro según el historiador local Jesé Luis Morelos que la vicaría fija de Casas Viejas no fue donde se encuentra la actual sede parroquial y que la separación y secularización en ese tiempo de las parroquias exigía un templo expreso para el fin del Arzobispo de México.
El Señor del Santo Entierro es de estatura natural con goznes en los hombros y en el cuello, con venda negra bordada, colchón y almohadas de raso, cojín de raso y seda bordado, sábanas y sobrecama de seda, corona de espinas de plata, clavos también de plata, cendales de seda y lino, según lo describen y recostado en un colchón dentro de una urna y establecido en el templo de
A más de dos mil metros de altura sobre el nivel del mar, resguardado por el cerro de las Aguilas, recostada sobre montañas, escondiendo sus zonas prehispánicas, su origen milenario de mineros chichimecas, sobre el valle de Galomo , se encuentra el antiguo Casas Viejas, el actual San José Iturbide, la estación obligada del oro y la plata, que venidos de Pozos hizo de Casas Viejas una comunidad próspera y con el paso del tiempo una ciudad agrícola y posteriormente, un pueblo de tejedores que visten al frío de colores.
Esta Estancia y luego parte del mayorazgo de Luís de Luyendo, fue el lugar escogido por la comunidad que en ella habitaba desde tiempo inmemorial, más sus recién avecindados, después de la guerra de exterminio, encargada por el virrey a José de Escandón en 1750, quien trajera el último reducto de valientes guerreros, Jonaces Chichimecas, desde el Cerro de
Siendo el territorio de
Para 1754 el cura de Xichú y el Alcalde mayor de San Luís de
Diego de Izeta, bachiller y presbítero, será el vicario fijo, tomando posesión de la ayuda de parroquia el 5 de mayo de 1756. Esta ayuda de parroquia debido a su numerosa población fue elevada a la categoría de Parroquia en 1774, 18 años después, quedando bajo el patrocinio del Señor San José que ya lo era de la llamada Nueva España, siendo su primer cura José Ma. Rodríguez.
Se encuentra al decir de los que saben y a la vista del archivo parroquial, el libro de partida de casamientos desde 1756, de defunciones, de matrimonios, de bautizos, de Providencias diocesanas, separando debidamente los correspondientes debidamente a los españoles, a los de indios, a los de criollos, mestizos y a las otras castas, siendo el último fechado en 1778, fueron los libros primeros de cada especie.
Nuestros ancestros en esta región, donde se ubica el actual San José Iturbide, tuvo que pasar por amarga experiencia de la conquista, donde la gran cultura mesoamericana, fue sometida a exterminio y sus “colonizadores” obtuvieron de los habitantes de la región la mano de obra requerida para la minería, la agricultura y la obra pública de manera coercitiva.
Una de las interrogantes más importantes para entender los orígenes de los habitantes de San José Iturbide actual, será una de los caminos el adentrarse al origen del culto al Señor del Santo Entierro, que junto con otras devociones en el país del mismo estilo, se enmarcan dentro del sistema usado por los misioneros y fue llamado de “sustitución” y donde ya existía un culto paralelo.
La escultura entera del Señor del Santo Entierro puede apreciarse que el trabajo del artista es esmerado en el rostro y deficiente en la anatomía del cuerpo, dando la impresión de habérsele adaptado y unido la cabeza a una armadura de yeso. Existe dureza en la textura y desproporciones desajustadas.
Pudiera ser obra esta imagen de dos personas distintas, la de la factura del rostro es de gran capacidad y la del cuerpo se nota la incompetencia en la escultura. Otro error es el habérsele puesto cabellera natural, ya que la tiene esculpida junto con el bigote y la barba.
Del 21 de junio de 1891 existe una descripción del Señor del Santo Entierro: Es una imagen de Jesús muerto, que es de estatura natural con goznes en los hombros, en el cuello y en los ojos, para poder ser usado en la crucifixión. Tiene cabellera de pelo natural, está colocado en una urna con vidrieras y respaldo de madera, con una venda negra, bordada de hilo de oro, su colchón y las almohadas son de raso y la funda blanca de punto y encaje, a la cabeza un cojín de raso encarnado bordado con seda de colores, sábanas y sobrecama de seda con ramos de flores de colores y una guía de flores alrededor de la urna.
Desde tiempos que deben ser estudiados veremos que el Señor del Santo Entierro, no tuvo el inicio de su devoción en la actual sede parroquial, se encuentran documentos de que estaba a la veneración en
Para 1821 en el mes de septiembre se da otra descripción del señor del Santo Entierro. Tiene goznes en los hombros, en el cuello y en los ojos, su urna tiene vidrieras, venda negra bordada de oro, colchón, cojín y varias almohadas, con guías de flores alrededor de la urna, una corona de espinas de plata, clavos con cabeza de plata, dos cendales en tela de seda delgada y transparente, puesto en una mesa.
En la mano de obra y el tributo la forma de explotación masiva, como intentos de exterminio de una de las más grandes civilizaciones que ha dado la humanidad, fue la forma en que occidente trató a los pobladores de mesoamérica, de
Los jesuitas tomaron para si la explotación de la llamada mina de Santa Brígida en el siglo XVl, inventaron las haciendas de beneficio para extraer el oro y la plata y además fueron precursores en la región de las grandes y haciendas y su prosperidad, como la de la llamada El Agostadero de Charcas.
Las capillas de
Para 1810 las haciendas que mantenía con vida a Casas Viejas, eran la de San Diego, El Capulín, San Jerónimo y la de Charcas. Entes económicos de invención mexicana a partir del despojo de sus tierras a los verdaderos propietarios, a partir de la llamada conquista y que después fueron estancias, mayorazgos y posteriormente haciendas. Era una organización “sui generis”, ya que no libraba a los originarios de América del trabajo coercitivo.
En 1862 el Papa Pío lX, por Bula “Deo Optimo Maximo” erige el obispado de Querétaro desmembrando la arquidiócesis de México, donde
Es importante el análisis histórico y social, al documento para edificar una nueva sede parroquial en San José Casas Viejas el 23 de abril de 1866:
“El cura y juez eclesiástico de esta feligresía Domingo Rodríguez, mirando con profundo sentimiento que la actual iglesia parroquial no es más que un cañón de adobe muy mal construido, muy débil y estrecho, incapaz de contener la numerosa confluencia de fieles que asisten frecuentemente y piadosamente a la celebración de los divinos oficios, que su debilidad y estreches solo fueron una exigencia de la época de erección en calidad de Ayuda de parroquia de idioma castellano, independiente del curato de Xichú de indios ascendía a la categoría de iglesia parroquial de Señor San José en el año de 1774 y que la edificación de un buen templo es ya una imperiosa necesidad del estado floreciente en que se halla esta feligresía, ya que excede de 25 mil habitantes”.
El actual templo de la parroquia de San José Iturbide es una de las obras finales del neoclásico en este país y pareciera inspirada en la idea del cura Nicolás Campa, sobre