El estado de Oaxaca fue territorio propicio para el establecimiento y desarrollo de una de las primeras ciudades ceremoniales más destacadas de Mesoamérica: Monte Albán, fundada aproximadamente en el año 300 a. de N.E. El sitio se ubica a diez kilómetros de la capital del estado, sus edificios se elevan en la cima de una montaña, a casi dos mil metros sobre el nivel del mar. Monte Albán fue una ciudad político-ceremonial cuya ubicación estratégica permitió a los zapotecas dominar el valle y sus inmediaciones: este grupo conquistó extensos territorios que tocan zonas de lo que hoy conocemos como Oaxaca, Puebla, Guerrero, Chiapas y Veracruz. De los lugares conquistados crearon una confederación de pueblos que eran gobernados por una oligarquía sacerdotal y militar.
De acuerdo con los estudios realizados por diversos investigadores sobre el estilo arquitectónico de los edificios, de las tumbas y los trabajos artesanales en cerámica y joyería, se ha determinado que la historia de Monte Albán se divide en cinco épocas desde el 500 a. de N.E. hasta 1521. Las dos culturas prehispánicas más importantes que la habitaron fueron los zapotecas —quienes realizaron la construcción íntegra del sitio— y los mixtecas. Se sabe que en las primeras épocas los zapotecas tuvieron contacto con grupos mayas de Chiapas y Guatemala, así como con la ciudad ceremonial de Teotihuacán donde incluso se formó una colonia zapoteca.