La Condición y la desigualdad

La condición y desigualdad  Genaro García, un intelectual mexicano del siglo XIX, reflexionó, escribió su tesis de abogado y se ocupó de estudiar la condición y la desigualdad femeninas, desde una perspectiva emancipadora.

La publicación de dos de sus ensayos es una rareza bibliográfica que está asequible  La publicación acaba con el mito de que en México la reflexión y el análisis sobre la condición femenina con una perspectiva revolucionaria era el gran ausente de la construcción intelectual de la sociedad mexicana moderna. Mucho tiempo se pensó que la movilización de las sufragistas, así como la difusión de los derechos de las mujeres, sólo estuvo en el borde de la difusión en revistas de la época.

Genaro García es, sin embargo, sólo relativamente conocido por su afán, casi obsesivo, por hallar documentos originales desde La Colonia y hasta la primera década del siglo XX.

Su biblioteca, incluso despreciada por José Vasconcelos, fue a dar a la Universidad de Austin en 1920, donde la exploró y analizó la historiadora Carmen Ramos Escandón, y está disponible para el análisis feminista.

En esa biblioteca, Carmen Ramos halló los dos únicos ejemplares de los textos de García. Uno, base de su tesis como abogado “Apuntes sobre la Condición Femenina”, y el otro, producto de su estudio y observación de la vida matrimonial, titulado “La desigualdad de la mujer”.

Ambos son una aportación importante y colocan a García como precursor mexicano del feminismo del siglo XX, a pesar de la poca difusión de su pensamiento, tal como puede leerse en la edición de noviembre de 2007, titulada “Apuntes sobre la condición de la mujer: La Desigualdad de la Mujer”, edición y prólogo de Carmen Ramos Escandón, con el sello compartido de la Universidad Autónoma de Zacatecas, el Centro de Investigaciones y Estudios en Antropología Social (Ciesas) y Porrúa, que llegó a la Feria en el stand del gobierno de Zacatecas.

La obra de García, dice Carmen Ramos, es semejante en importancia al clásico inglés John Stuart Mill que las feministas de los años 70 leímos denodadamente por la originalidad de su ensayo “La igualdad de los sexos”, que revolucionó el pensamiento y se le consideró un clásico a consultar sistemáticamente.

El tema de Stuart Mill, que escribió a dos manos con su esposa Harriet Taylor Mill, es precisamente la condición femenina en el matrimonio y la necesidad de que las mujeres accedieran a la vida pública. Stuart Mill llegó a presentar en Londres una iniciativa para otorgar el voto de las mujeres en 1873.

Carmen Ramos Escandón es autora de libros históricos fundamentales sobre el voto de las mujeres, la organización política de las mexicanas en la Revolución y otros. Ella señala, en la edición que comentamos, que García hace una observación que claramente revela su convicción de que las diferencias en las conductas de hombres y mujeres son de carácter cultural y no natural.

García basa su análisis de la desigualdad de la mujer en el hecho de que ésta se origina y recrea precisamente en el hogar. Para éste hombre del sistema porfirista, la desigualdad familiar, en la medida que es considerada como natural, se la ve como necesaria y no susceptible de cambio, lo que hace que García piense que es sumamente difícil que se desarrolle un movimiento emancipador en México. Movimiento, considera el autor, que “beneficiaría a las mujeres otorgándoles la vida verdadera, la vida de libertad”.

Hasta ahora se creía que las reflexiones feministas liberales eran potestad de los positivistas ingleses, y que su influencia y escritos eran la única herramienta a mano para el feminismo del siglo XX.

El libro, que puede ser adquirido durante la Feria, que cerrará sus puertas el 2 de marzo, además ofrece conferencias y presentaciones de libros; mesas redondas y análisis del nuevo pensamiento feminista y de género.

La rareza bibliográfica es siempre, para quienes son obsesivos bibliófilos, un hallazgo esperanzador. Genaro García no revela una concepción optimista de las capacidades analíticas de las mujeres y, mucho menos, de sus capacidades organizativas, pero sí le otorga a la sociedad de su tiempo esta capacidad de generar medios para la emancipación femenina.

Al igual de John Stuart Mill, su visión liberal detiene la acción desestructuradora de esta sociedad misógina e intolerante con la vida de las mujeres.

Algo más ofrece este pequeño e ilustrativo libro. Carmen Ramos cuenta cómo fue a dar la Biblioteca de Genaro García a la Universidad de Austin y señala que, mirar las anotaciones del autor en los libros de la época, no sólo de Stuart Mill, sino de Herbert Spencer, sus referencias a otros autores, su búsqueda en la historia, su lectura de Federico Engels, a pesar de su liberalismo, lo llevó a escribir una magnífica biografía de Leona Vicario, aún inédita.

La investigadora, una de las piezas claves para entender el pasado mexicano de las mujeres, invita a revisar a García, ya que éste brinca de su reflexión y argumentación teórica, a la praxis. Analiza la enorme prostitución en la Ciudad de México de su época, y señala que, de la observación de su entorno, está convencido de que la desigualdad es una forma de limitar el ejercicio de la libertad sobre la que él considera una condición ineludible para el buen funcionamiento de la sociedad.

La lectura no aportará al pensamiento desarrollado en los últimos 40 años por las feministas modernas e intelectuales, pero sí revela cómo el mundo, la época, la sociedad, es interdependiente y las ideas fluyen, confluyen e influyen. Vale la pena conocer, difundir, y reflexionar en voz alta. Visitar la Feria del Libro, es siempre u na posibilidad de hallar nuestra propia historia.  Sara lovera 

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