Tañen campanas de Catedral «a duelo» por la ley pro aborto
Este tipo de repique -Triple doble de campana- sólo es utilizado en la muerte del Papa, de un obispo o canónigo. Foto: El Sol de México
Organización Editorial Mexicana
29 de agosto de 2008
Judith García / El Sol de México
Ciudad de México.- Durante una hora tañeron las campanas de la Catedral Metropolitana. En esta ocasión no era un adiós a un papa o a un obispo, tañían en señal de luto: la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) había refrendado la ley del aborto en la Ciudad de México.
El diácono Rafael Parra, responsable de las torres y campanarios de la Catedral, señaló que este tipo de repique -«Triple doble de campana»- sólo es utilizado en la muerte del Papa, de un obispo o canónigo. Pero, en este día -dijo- hicimos sona r las campanas durante una hora en señal de luto por tantas vidas inocentes que serán liquidadas».
A través de un comunicado breve, la Arquidiócesis de México manifestó su profundo desconsuelo por los millones de niños que serán sacrificados ante el ‘amparo’ de la inicua ley de los hombres una vez que la SCJN emita su voto resolutivo en torno a la ‘legalidad’ del aborto.
«Ley que hace legal lo que nunca podrá ser moral, como es el asesinato de niños inocentes e indefensos en el vientre de su madre y para lo cual el Estado prestará su aparato de salud para estos execrables crímenes, instituciones que en otros tiempos buscaron defender el principio de la vida».
Contemplamos con pesar el egoísmo y mezquindad humana que defiende la muerte antes de la vida y por ello elevamos nuestras súplicas a través de la oración y del sonido de las campanas para que, en señal de dolor, luto y penitencia por la matanza indiscriminada de infantes, pidamos perdón a Dios por quienes han promovido, votado y ratificado esta ley asesina.
Por la tarde, el presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), Carlos Aguiar Retes, llamó a la sociedad en su conjunto para luchar por proteger a todo embrión humano, porque el derecho inalienable a la vida de todo individuo desde su concepción debe ser un elemento constitutivo de la sociedad civil y de su legislación.
Nuestra sociedad -comentó- tiene sed de un Estado de Derecho que proteja a todos los ciudadanos y anhela una cultura de la vida que haga de nuestro país un lugar de convivencia civil y positiva. Por ello, preocupémonos de que nadie, jamás, resulte excluido del desarrollo humano.
«La Iglesia fiel a su misión, ve en estos signos una extraordinaria ocasión para asumir su compromiso social en la formación de una conciencia cristiana que contribuya en la construcción del bien común».
Convocó a la sociedad a trabajar para garantizar el derecho a la vida de todas las personas, sin el cual no cabe la existencia ni disfrute de todos los demás derechos, de los cuales depende el futuro de nuestro México.