PANORAMA DESALENTADOR EN INICIO DE
TEMPORADA ALTA DE MIGRACIÓN EN LA MONTAÑA
Se recorta de 300 a 200 mil el presupuesto para comedor comunitario.
Se estima que entre 9 y 10 mil jornaleros salgan hacia estados del norte del país.
Dependencias y organismos deben estar vigilantes para garantizar el respeto de sus derechos humanos.
Tlapa, Guerrero, México, a 1º de Septiembre de 2008.- En medio del desinterés de algunas dependencias gubernamentales, recortes presupuestales y la incertidumbre en la contratación de mano de obra que dejó el brote de salmonela que descubrió Estados Unidos en el tomate de México hace dos meses, hoy inició oficialmente la temporada alta de migración de indígenas nauas, na´savi (mixtecos) y me´phaa (tlapanecos) de La Montaña de Guerrero.
A la par también queda abierto el comedor comunitario que desde hace tres años funciona y que apenas hace un año comenzó a brindar alimentos calientes a mujeres, hombres y niños que se concentran en la Unidad de Servicios Integrales (USI) que está en Tlapa –y que depende de la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI)-, en espera de los autobuses que los llevaran hacia los campos agrícolas de Sinaloa, Baja California Sur, Chihuahua, Sonora, Nayarit, Michoacán y Morelos en donde se emplearán como jornaleros.
La temporada alta de migración anualmente se registra de septiembre a enero y se estima que este año salgan entre 9 y 10 mil jornaleros agrícolas provenientes de Tlapa, Metlatónoc, Cochoapa el Grande, Alcozauca, Atlamajalcingo del Monte, Atlixtac, Copanatoyac, Xalpatlahuac, Zapotitlán Tablas, Malinaltepec, Iliatenco, Tlacoapa, Acatepec, Olinalá, Huamuxtitlán, Alpoyeca y Chilapa de la región de la Montaña y de San Luis Acatlán y Ometepec de la región Costa Chica. También pasan por Guerrero algunos indígenas del estado de Oaxaca.
En 2007, el Consejo de Jornaleros Agrícolas de la Montaña –integrado por jornaleros, Tlachinollan y representantes de dependencias en el ramo, tanto estatales como federales– registró la salida de 9 mil 500 mujeres, hombres y niños indígenas que provenían de 300 comunidades que presentan bajos índices de desarrollo humano.
No obstante, estas cifras no son del todo reales debido a que unos 3 mil jornaleros migraron de manera independiente o fueron trasladados casi de manera clandestina por los contratistas. Se avizora que en este año habrá unos 5 mil en algunas de estas situaciones.
Margarita Nemecio Nemesio, coordinadora del Área de Migrantes de Tlachinollan lamentó que aún cuando el fenómeno de la migración es consecuencia de la falta de posibilidades reales de empleo en la región de La Montaña, el gobierno de Guerrero haya recortado de 300 a 200 mil pesos el recurso que otorgaba a través de la Secretaría de Asuntos Indígenas (SAI) para la apertura del comedor.
Criticó también la falta de interés de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol) de mantener su aporte económico para la adquisición de insumos del comedor comunitario -que fue resultado de una lucha de los mismos jornaleros- y el mantenimiento de la USI; así como de la Secretaría de Salud para que asigne un médico que brinde un servicio las 24 horas, pues el año pasado sólo se dio atención sólo por las mañanas y escasamente los fines de semana.
Posible reducción en la contratación de mano de obra: Tlachinollan
Aunado esta situación, Margarita Nemecio dijo que en los estados receptores de jornaleros agrícolas, es preocupante el panorama ante los efectos que va a generar el brote de salmonelosis que descubrió Estados Unidos en el tomate de México, pues diversos productores de Sinaloa han adelantado que va a reducir la contratación de mano de obra, ante una baja en la producción de este tipo de hortaliza.
Explicó que en esta actividad se emplea el 60 por ciento de la población jornalera que sale de Guerrero y añadió que el mismo problema también repercutirá en el salario de los jornaleros, porque muchos no podrán tener el incremento que cada año deben recibir y que oscila entre los 3 y 4 pesos.
Del programa Monarca que comenzó a aplicarse el año pasado para la erradicación de la contratación de mano de obra infantil, Margarita Nemecio indicó que aun cuando los empresarios han dicho que para este ciclo agrícola se va a incrementar de 23 a 33 el número de campos que aplicarán este proyecto, debe haber mayor vigilancia por parte de las autoridades debido a que varios jornaleros a su regreso denunciaron que a sus hijos no les dieron los uniformes, ni útiles escolares, ni las becas económicas o les daban alimentos caducados.
Frente a este contexto, nuestro centro de derechos humanos demandamos:
· Mayores recursos para el comedor comunitario y que esté se mantenga en el mismo lugar que hasta ahora.
· Un mayor involucramiento de dependencias estatales y federales como Sedesol, la SAI y CDI, para la adquisición de insumos.
· Una mayor vigilancia de las subsecretarias o direcciones del trabajo así como de las comisiones de derechos humanos en los estados receptores de jornaleros agrícolas para vigilar las condiciones en que son contratados y laboran.
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Elena Cannie – Coordinadora del Area Internacional
Centro de Derechos Humanos de la Montaña Tlachinollan
Mina # 77, Colonia Centro, CP 41304
Tlapa de Comonfort, Guerrero – Mexico
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