Jaime Torres Bodet – 1902-1974
“Uno no es como acaba, sino como fue en el mejor momento de su vida…”.
Adentrarse en la lectura de Jaime Torres Bodet, es adentrarse en su vida y, sobre todo, en un mundo sin pararelo de emociones llevadas de la mano por la inteligencia al esplendor de un nuevo día
Un escritor que a la vez humanista, intelectual y docente, también decidió volcar su encomiable lucidez al servicio de la nación, siendo uno de los funcionarios públicos más ilustres que haya tenido México.
En su desempeño como Secretario de Educación Pública pocos se le comparan; tuvo una actuación díficilmente olvidable: no solamente le debemos la invención de los libros de Texto Gratuitos que
Cifras publicadas indican que en tan sólo dos años consiguió que un millón doscientos mil mexicanos aprendieran a leer y a escribir.
“la fe que puse en el fervor humano/ y en la eficacia del esfuerzo puro”, aunque no excento de un matiz pesimista, llegó al mediodía de su carrera al convertirse en el único mexicano en ser nombrado Director General de
Iniciado en la literatura con la publicación de Fervor (1918), su primer libro, cuando apenas contaba con deiciséis años de edad, haría de ella una de las más destacadas vocaciones en la historia de las letras mexicanas del siglo XX, al lado de los Contemporáneos; renovando las fronteras del lenguaje de la poesía, anteponiendo el rigor programático en el quehacer del escritor e iniciando la crítica de las artes: pintura, cine y teatro. Traduciendo libros o implementando revistas, a él le tocó vivir, ser parte de una transición cultural del país
No nos diremos nada. Cerraremos las puertas./
Deshojaremos rosas sobre el lecho vacío/
y besaré, en el hueco de tus manos abiertas/
la dulzura del mundo que se va, como un río…”
“¡Oh, qué sueño el de mi frente dulcemente desmayada/
sobre el ritmo de tu seno fatigado de gemir, entre el férvido perfume de tu carne acariciada,/
mientras la hora como lúbrica amapola deshojada/
desfallece en las guirnaldas opulentas del vivir!... .
“Torres Bodet realizó como canciller lo que Castañeda no ha hecho en dos años: resolver magistralmente y sin que se note las relaciones internacionales de México”.
En 1964, se retira de la vida política definitivamente; pero no de la cultural, puesto que se consagra a escribir los volúmenes de sus memorias y es acreedor a dos reconocimientos por su obra: el Premio Nacional de Letras (1966) y el Premio Mazatlán de Literatura (1968).
Diez años después de su jubilación, la tarde del 13 de mayo de 1974, y nueve desde que le diagnosticaron cáncer de colon, al sentir sus facultades menguarse con el paso del tiempo, decide dar por concluida la existencia disparándose un tiro en la garganta, rodeado del silencio de los libros de su biblioteca particular, en su domicilio de Lomas de los Virreyes de la capital mexicana.
Escritor, ensayista y poeta Torres Bodet ingresó en
Las novelas y relatos de Torres Bodet -siete volúmenes publicados entre 1927 y 1941- pertenecen a la época de interés por las nuevas direcciones de la prosa narrativa francesa y españolas. Desde la perspectiva actual, son obras sobre todo representativas de la búsqueda de una nueva sensibilidad y un nuevo estilo novelesco que se realizaba por aquellos años.
Junto con otros intelectuales formó parte del grupo Los contemporáneos. En sus ensayos y estudios de crítica literaria —publicados inicialmente y en su mayoría en la revista que dio nombre al grupo, y reunidos luego algunos de ellos en un solo volumen (1928)— unía Torres Bodet un conocimiento pleno y siempre renovado de letras antiguas y modernas a un espíritu alerta y a un estilo dúctil y de transparente riqueza. Su crítica rectificó, en su tiempo, el valor de algunos falsos brillos y contribuyó singularmente a la formación literaria de las nuevas generaciones.
Sus escritos relacionados con sus cargos públicos: discursos y mensajes entre los que se encuentran páginas admirables—como la oración a la madre, el discurso académico sobre la responsabilidad del escritor y el pronunciado en la inauguración del nuevo Museo Nacional de Antropología—, están dedicados a elucidar los problemas de la cultura, la educación y la concordia internacional de México y el mundo.
Estudios Nació en
Antes de los veinte años enseñó literatura en
Como jefe del Departamento de Bibliotecas, en 1922, organizó la revista El Libro y el Pueblo y varias bibliotecas populares.
Unido ya por entonces al grupo de escritores de vanguardia, junto con Bernardo Ortiz de Montellano dirigió la revista literaria
Como Secretario de Educación Pública. Reorganizó y dio nuevo impulso a la campaña alfabetizadora, creó el Instituto de Capacitación del Magisterio, organizó
De
Diplomático La siguiente etapa de su vida, a partir de 1929, estuvo dedicada a servicios diplomáticos en Madrid,
De
Secretario de Relaciones Exteriores durante la gestión del Presidente Miguel Alemán Valdés de
Estudió en
Fue secretario del rector José Vasconcelos (1921).
Dirigió la revista Falange (1922-1923).
Fue secretario de educación pública varios períodos.
Promovió
Desempeñó también una carrera diplomática importante.
Compartió la dirección de la revista Contemporáneos (1928-1931).
Miembro de
Doctor Honoris Causa de varias universidades.
Es un poeta fino, elegante, pero también de gran fuerza expresiva.
Debido a una larga enfermedad, cometió suicidio en 1974.
Torres Bodet entró muy joven en la literatura con un libro de versos: Fervor, (1918), prologado por González Martínez. Sus gustos eran todavía convencionales, respetuosos del simbolismo francés y del modernismo hispánico. Poco a poco, en diálogo con los “contemporáneos”, y hojeando
De
Escribió ensayos (Contemporáneos, 1928), pero a sus pasajes de empeño los encontramos en forma de narración: Margarita de Niebla (1927), en la que un mínimo de argumento sostenía juegos de sensibilidad y fantasía entre dos muchachas y un joven profesor, que es quien cuenta; Proserpina rescatada (1931), también Aarte deshumanizado, donde los personajes andan como bengalas y arden en frases chisporroteantes; y Nacimiento de Venus y otros relatos (entre 1928 y 1931, pero publicados en 1941), cuyas primeras páginas sobre la náufraga Lidia, tienen la fría y bella luz de una vidriera en una elegante tienda, en la avenida más lujosa de la ciudad.
Después, Torres Bodet ha viajado por todo el mundo, con importantes cargos oficiales y ha seguido escribiendo libros de versos (Sin tregua, 1957), de ensayos (Tres inventores de realidad, 1955), de memorias (Tiempo de arena, 1955). Pero sus mejores momentos fueron aquellos humorísticamente frívolos, irónicamente líricos, referidos a estados muy agudos del espíritu. Era una literatura de tono menor, más europea que mexicana, sin contaminaciones de la política o la moral.
La escena del naufragio de Lidia, en el cuento que va a leerse, está inmovilizada: no es acción humana lo que ha de encontrarse, sino un despliegue, en abanico, de frases muy cultas e imaginativas que hay que saber gustar, una por una.
Libros publicados
- Fervor (1918)
- El corazón delirante (1922)
- Canciones (1922)
- La casa (1923)
- Los días (1923)
- Nuevas Canciones (1923)
- Poemas (1924)
- Biombo (1925)
- Poesías (1926)
- Destierro (1930)
- Cripta (1937)
- Sonetos (1949)
- Fronteras (1954)
- Sin tregua (1957)
- Contemporáneos (1928)
- Tiempo de arena (1955)
- Autobiografía (1955)
- Balzac (1959)
- Tolstoi (1965)
- Darío (1966)
- Proust (1967)
- Memorias (cinco volúmenes) (1961)
Artículos publicados:
- «Muerte de Prosperina», en Revista de Occidente, 1930
Diplomático La siguiente etapa de su vida, a partir de 1929, estuvo dedicada a servicios diplomáticos en Madrid,
De
Secretario de Relaciones Exteriores durante la gestión del Presidente Miguel Alemán Valdés de
Escritor, ensayista y poeta Torres Bodet ingresó en
Las novelas y relatos de Torres Bodet -siete volúmenes publicados entre 1927 y 1941- pertenecen a la época de interés por las nuevas direcciones de la prosa narrativa francesa y españolas.