Los Concheros en el siglo XXl

Los concheros en el siglo XXI

Danzas frente al templo de la parroquia de la Divina Pastora, San Francisquito. Foto Diario de Querétaro.

Diario de Querétaro

José Gerardo Bohórquez

Los habitantes originarios de México adoraban a sus dioses cantando y bailando delante de ellos. Siguiendo esta costumbre, la tradición conchera se originó en el Bajío, especialmente en Querétaro, y desde ahí «conquistan» el valle de México, Tlaxcala y hasta zonas chicanas de los EUA. Hay quien reconoce a Tlaxcala como matriz de los danzantes, pero no hay evidencia de ello. Entre ellos «conquista» significa la unión de palabras, la reciprocidad entre los grupos de la danza. El lema más común de los concheros es «Unión-Conformidad-Conquista». La palabra es obligación de por vida con la danza.

Dice la tradición que el 25 de julio de 1531 se da la refundación de Querétaro, con la ayuda de Santiago Matamoros cabalgando por aquel cerro y marcando su territorio con la cruz de Sangremal. Los chichimecas derrotados reconocieron a la cruz con el saludo de «Él es Dios» y le hicieron un mitote, danzando por primera vez ante ella. Una danza fue representada en el año 1680, en la dedicación del Templo de la Congregación de Guadalupe en Querétaro y la realizaron los indios chichimecas «montaraces». Desde el siglo XVI la Iglesia Católica prohibió que las danzas indígenas se efectuaran dentro de los templos. Esto permitió que su organización siguiera en manos de los propios danzantes.

A los danzantes, agrupados en mesas, se les llama «concheros» en alusión a sus instrumentos de cuerda cuya caja está formada con conchas de armadillo, aunque ahora pueden ser solo de madera. De la misma manera su vestuario ha cambiado, en las últimas décadas de la nahuilla, corona, carcax, arco, vara y flecha chichimecas, semejante a los matachines de los altos de Jalisco, hasta la actual usanza azteca, que tiene como instrumentos el teponaztli, huehuetl, caracol marino, y huesos de fraile, a manera de cascabeles. Algunas mujeres son llamadas «malinches» y pueden ser sahumadoras que con el copal saludan a los cuatro vientos y barren aquel espacio sagrado. Unos a otros se llaman «compadritos». Cultivan la danza y la música, la flor y el canto, en el xuchil, que elaboran con flores y frutas, simbolizando la fertilidad y la abundancia, y por medio de alabanzas y pregones.

En sus cuarteles, casas de sus capitanes, está depositada «la palabra», en la mesa, en el oratorio; es el lugar donde efectúan sus velaciones y se hacen presentes las ánimas de sus antepasados. Estas ánimas de los conquistadores de los cuatro vientos son llamadas a través de las «cuentas», que son ceras que al encenderlas mandan su mensaje, un augurio que es interpretado para realizar un trabajo que corrija y limpie o haga daño a alguien.

La principal fiesta conchera en Querétaro es la Santísima Cruz de los Milagros, que se celebra el 14 de septiembre, día de la exaltación de la Santa Cruz. Ésa es la tradición indígena (del 12 al 15 de septiembre ) que corresponde al VI etzalcualiztli en el calendario nahua, en el que celebran el brote del maíz tierno, xilotl, la xilocruz de la Diosa Xilonen, Chicomecoatl, la Santa Cruz de Nuestro Mantenimiento, que se entrelaza con el chimal chichimeca-otomí.

En las velaciones nocturnas la muerte y lo femenino están presentes; en las danzas diurnas, la vida y lo masculino, con el sol naciente. Precisamente al amanecer se dan las «barridas» o limpias de malas voluntades y envidias donde se usa la «cuenta» o vela blanca.

Tres familias se distinguen en Querétaro como las principales familias concheras: los Aguilar, los Rodríguez y los Sánchez, veamos ahora su situación.

Los Aguilar

En 1872 el compadre Atilano Aguilar, indio otomí chichimeca originario de San Pablo Tolimán, fue el conquistador de la palabra general «Él es Dios». Según la tradición, toma el mando de la «Santa Obligación», que a su vez está ligada a la cofradía de la Santa Cuenta, una sociedad que en época de conflicto, en la Revolución y en la época cristera, era secreta por la misma situación de revuelta. Para pertenecer a ella habría que ser danzante, curandero y nahual. Esta cofradía no debe confundirse con los grupos más recientes de la mexicanidad, aunque algunos afirman que se trata de rechazar toda la influencia doctrinaria de la dominación española. No todos sus miembros son indios; son, además de concheros, brujos-nahuales, sacerdotes indígenas a los que les es revelado un misterio. Afirman que pueden pasar de un espacio a otro en cortos periodos de tiempo y crean una forma animal. Son chamanes: hombres medicina. Conocen los secretos para descifrar y tender la «cuenta»; según algunos hay «cuentas» de colores: las velas blancas y las rojas, a las que se les pasa copal y flores para conseguir amores. Las negras no las utilizan en sus velaciones más abiertas, por tener un carácter negativo, porque se utilizaban para perjudicar a sus semejantes. En muchos grupos, sobre todo del Bajío, se pasaba entre los presentes una charola con mariguana, al tiempo que se cantaba la alabanza de Santa Rosita, que en su letra dice: «Santa Juanita, Mariguanita, es mi remedio…». Había además gajos de peyote, que sólo podían tomar los jefes principales.

El bastón de mando se otorga por herencia o por merecimiento dado por el consejo de capitanes. La familia Aguilar es muy amplia y tienen varias mesas. Por mencionar sólo algunas: Antonio (finado), que recibió un premio de la cultura y las artes, de ellos viven todavía Margarito, Andrés, Ramón, Candelario, Gregorio y otros. Una rama de la familia son los Luna Retana, hijos de Ignacio Luna Aguilar (finado), algunos de ellos son Pascual (finado), Ignacio y Manuela, que con su «Danza Azteca Chichimeca Santiago de Querétaro» ha participado en el Equinoccio, en la Zona Arqueológica El Cerrito, incorporándose de esta manera a las corrientes surgidas en el siglo XX.

En la Mesa Real de Conquista del Señor General Narciso Aguilar (finado), se asiste también con Cruz Maldonado Aguilar y Pascual Moreno de Dios a la velación del 14 al 15 de agosto que el grupo de danza de Sanjuaneros realiza en honor a la Virgen de San Juan de Los Lagos, en el Barrio de San Francisquito. Esta fecha se celebra en varios barrios indígenas queretanos y corresponde a la «Tonanzin Agosto», la maduración de la siembra y el apogeo de las cañas frescas de maíz y de la estación de lluvias. Dicha obligación la preside Imelda Mendoza Hurtado. Una peregrinación que viene de La Cañada a San Francisquito es acompañada por concheros que encabeza la señora Natalia Becerra.

Los Rodríguez

El Capitán General Manuel Rodríguez Campos (finado), de la Mesa de la Santa Cruz de la Misión de los Milagros, descendiente de un sobrino nieto de Conin, según un documento de 1558, afamado como curandero, llevó la «conquista» a Los Ángeles, California, en EUA, e incluso hasta España. Fue premiado en 1951 por la prensa nacional como el mejor danzante de la República Mexicana y actuó en la película «Rondalla». El presidente Ávila Camacho lo abanderó cuando viajó como representante de las danzas autóctonas y participó en los grupos de coreografía de Amalia Hernández. Varios concheros del D.F. y de Guanajuato han tenido también este tipo de intervenciones.

Por su parte, su heredero, Capitán General Manuel Rodríguez Colchado, de la Unión de Danza Azteca de Querétaro, participó en enero de 2008 en un encuentro de los «Patrocinadores Internacionales de los Pueblos Indígenas» que incluía conferencias como: identidad cultural y globalización, derechos indígenas y metodología y estrategias efectivas. También hubo danzas y rituales ceremoniales. Dentro de los patrocinadores se enlistaban: Ford Foundation, Mitsubishi International Corporation Foundation, Levi Strauss Foundation, Appleton Foundation y otros más. Hubo asistentes de México, Centro y Suramérica, con participación del Grupo Ecológico de la Sierra Gorda de Querétaro.

Otro General, Manuel Rodríguez González, de la Mesa de la Santa Cruz de los Milagros del Espíritu Santo, muestra como prueba de su ascendencia conchera un documento de 1772. Recibió la presea municipal «Fray Isidro Félix Espinoza» en julio de 2004 de manos del presidente municipal de Querétaro, Armando Rivera. Tiene relación con grupos de poder y asiste a eventos oficiales como La Guardia de Honor en el Monumento Ecuestre del Apóstol Santiago el 25 de julio de 2008, en el 477 Aniversario de la Fundación de Querétaro, donde entregó el bastón de Mando al presidente municipal, Manuel González Valle, en el lugar donde fueron vencidos los indios chichimecas. El 21 de marzo asisten al equinoccio en La Peña de Bernal para «cargarse de energía» y fomentar el turismo, y no acuden a la tradición indígena de Tolimán y Bernal, de subir a la Peña el 3 de mayo, día de la Santa Cruz, inicio de la temporada de lluvias, en forma semejante al IV Hueytozoztli nahua, la ida al cerro de Tlaloc.

El primogénito de este General, que también se llama Manuel, habla de la Era de Acuario, siguiendo las ideas de la Nueva Mexicanidad de tipo New Age. Declara su sincretismo diciendo que practica la religión de los mexicanos y el catolicismo, como se hablan dos idiomas.

Los Sánchez

Son descendientes de Ignacio Teodoro Sánchez, que aparece con este mismo nombre en los siglos XVI y XIX, en el XVI, como cabeza de la danza junto con los primeros que bailaron ante la Santa Cruz de Piedra, Juan Bautista Criado y Juana Chichimeca Criado. Posteriormente su prole sostuvo la palabra y dirigió La Cuenta. En 1840 proclamó: «¡Viva la Independencia! Vivan para siempre nuestras tropas chichimecas, a la dirección del caudillo general, al mando y voz de Don Ignacio Teodoro Sánchez, primer promotor en el año 14. Sedle todos sumisos y obedientes y estad siempre alerta con vuestro carcaj, arco y flecha, vigilando y sosteniendo la santa independencia».

Adelantándose un siglo a la guerra cristera declaró: «La religión de la América Septentrional es y será la católica, apostólica y romana sin mezcla de ninguna otra, a costa de nuestras vidas hasta derramar la última gota de nuestra sangre cuando haya otra nación que quiera destruirla».

Recientemente algunos afirmaban que la Mesa de los Sánchez, que estaba en la calle 21 de marzo del Barrio de San Francisquito, ya no existía. Sin embargo, hasta nuestros días se encuentra la Mesa del capitán Manuel Sánchez Mateos a la que afirma pertenecer la Capitana autorizada para la conquista en Altos y Bajíos y la Gran Tenochtitlan, Ana María Álvarez Gutiérrez, heredera de la Mesa de la Virgen de San Juan de los Lagos, de Lomas de Casablanca, Querétaro, que preside el grupo de danza Quetzalcóatl Querétaro. El Bastón de Mando se lo dio el general de generales, Ramón Aguilar Badillo, el 20 de agosto de 2006.

Ella dice que busca formas de conquista más apegadas a nuestras tradiciones ancestrales (como los grupos de la mexicanidad) respetando y rescatando nuestra tradición.

El 19 de marzo de 2007 entrega un Bastón de Mando al presidente municipal de Corregidora, Germán Borja García. Llevó a cabo una escenificación y adaptaciones coreográficas, el día del equinoccio de los años 2007 y 2008, realizando un culto en la pirámide prehispánica del Cerrito, un lugar donde se «cargan de energía» junto con los grupos New Age; sin embargo, no siguen la tradición indígena de «El Pueblito» en el municipio de Corregidora que tiene sus fiestas en febrero, en el inicio del año nahua, cuando se da a luz al sol, llamado I Atlcahualo.

Otras Danzas

En otros barrios de origen indígena en Querétaro existen también grupos de danzantes, como en La Cañada, donde existen varios grupos; por ejemplo, La Danza Guerreros Aztecas que dirige Gerardo González. En El Pueblito hay danzas en las fiestas de febrero. En barrios del siglo XX como Lomas de Casablanca hay diversos grupos con vestimentas aztecas que bailan en la fiesta de La Virgen de San Juan de los Lagos, patrona de dicha colonia.

Por otra parte, hay también grupos de «apaches» en lugares como San Sebastián, (La Otra Banda de la época colonial ), o en zonas suburbanas como Menchaca o Peñuelas. Los apaches que retoman la tradición de los «Moros y cristianos»; se trata de grupos sin linaje de ancestros concheros. En Querétaro luchan contra los invasores franceses, reivindicando la soberanía indígena. Un grupo quiso hacerlo contra los norteamericanos y las autoridades municipales en turno se los impidieron.

Folklore

Hay puestas en escena como espectáculo, presentando las costumbres musicales y dancísticas de varias regiones del país y del estado, incluyendo danzas prehispánicas, derivadas de una investigación mimética no original, pero que pueden tener valores estéticos y creatividad.

En México desde hace varios años el ballet folklórico, las grabaciones en disqueras, la participación en películas e incluso la influencia de estas danzas en la música contemporánea de diverso tipo, como el rock, han tenido un efecto positivo en los jóvenes que revaloran nuestras raíces.

En el caso de Querétaro, hay un taller de danza folklórica y bailes de salón, como servicio social, en la Universidad Tecnológica de Querétaro, que dirigen los hermanos Gerardo y Flor Cruz Oros, incluyendo lo prehispánico.

Esoterismo

El 8 de marzo de 2008 Bernardo Ríos Rodríguez Bueno, Comendador de la Comandancia de Santiago Andamaxei (nombre otomí de Querétaro); miembro de la Orden Suprema Militar del Templo de Jerusalem, que está extendida en Europa, América y Medio Oriente, llevó a cabo la Investidura Templaria de Postulantes a Damas y Caballeros Templarios para México.

Incluyeron en sus actividades una ceremonia prehispánica en la Zona Arqueológica El Cerrito con elementos rituales como incienso (sic), teponaxtle y caracoles, donde el copal nahua y el incienso del viejo mundo se fusionaron.

Conclusión

¿Nos encontramos frente a la muerte de la palabra Él es Dios? Los Aguilar son guardianes de la tradición; los Rodríguez hacen un viaje a la posmodernidad y la globalización; los Sánchez van de la primera danza de la conquista, la santa independencia, hasta llegar al new age; otras danzas sin abolengo ni alcurnia reivindican la soberanía indígena; en el folklore aparece la danza como espectáculo; con el esoterismo se da el encuentro de los caballeros de las cruzadas con los bailarines incansables otomí-chichimecas.

Según esto, en Querétaro no hay mexicanidad radical, que quiera renegar de todos los elementos derivados de la religión católica y de la cultura hispana, como la veneración de los santos y el uso de conchas y mandolinas, para ser «puramente» mexicas.

Es claro como en estas celebraciones y sus ritos se dejan ver no solo las actuales creencias y esperanzas del pueblo, sino sus raíces ancestrales, como un todo donde el tronco y las ramas del catolicismo popular no podrían vivir sin la savia milenaria que lo alimenta.

Así que, durante el siglo XXI todavía escucharemos el saludo «Él es Dios, compadrito».