Teatre Romea traspasó las líneas del tiempo
en un desfile de excesos, prejuicios y anhelos del hombre
Delirante de principio a fin; festiva, perturbadora, brutal y a veces un poco enternecedora, es la versión teatral de Tirant lo Blanc que, la compañía Teatre Romea de Catalunya, presentó esta noche en el Auditorio del Estado en Guanajuato, donde el trazo escénico de Calixto Bieito, conjugó el espíritu épico del medievo con el de la sociedad actual, sobre una pasarela de modas por la que desfilaron los excesos, los prejuicios y los anhelos del ser humano contemporáneo.
Aparentemente frágil e incapacitada para desplazarse por si misma, una mujer de cabellera azabache da inicio a esta juerga escénica inspirada en la novela de Joanot Martorell, donde el juego por defender la vida se desarrolla sobre una plataforma alfombrada que lo mismo funge como campo de batalla, que como salón de banquetes o una alcoba, donde hombres y mujeres dan rienda suelta a su lujuria y pasión exacerbadas.
Para contar la historia, el dramaturgo Marc Rosich, utilizó cuatro narradores, quienes desde diferentes ángulos cuentan las hazañas de Tirant lo Blanc, aquel joven caballero del linaje de Roca Salada, quien según este insigne texto catalán liberó a Constantinopla de los turcos. Por una parte, Flor de Caballería (Àngels Bassas), cual ángel guardián, es encargada de acompañar al guerrero, y pregonar los ideales y la filosofía de la caballería, tanto en los referentes de guerra como en el fanatismo religioso.
Diefebus (Lluìs), primo de Tirant, aporta la mirada cínica que el escritor valenciano le imprime a su texto; es quien se convierte en el punto hilarante e irónico, a través de sus ocurrencias y proposiciones promiscuas. La Doncella Plaermavida es el puente para entrar a las lujuriosas batallas carnales que cada uno de los personajes sostiene.
Por su parte, Eliseu, la mujer invidente de cabellos oscuros, es quien tiene el camino entre el pasado y el presente, es a través de su mirada que Tirant, con su pesada armadura logra saltar en el tiempo y enfrentarse a visiones de su tiempo y las actuales. Esta organista es quien nos entrelaza en el tiempo, mediante el video y la teatralidad, por ello la enorme pantalla que se ubica como telón de fondo ayuda al espectador a traspasar las líneas del tiempo.
En diversas ocasiones, Bieito ha declarado que su objetivo para esta obra radica en proyectar al hombre en todo su esplendor, brutalidad e inocencia, a través de una galería de personajes, quienes gesto a gesto, palabra a palabra, evocan todo el saber bélico, político, amoroso, gastronómico y lingüístico del medievo.
Es así como Tirant lo Blanc, encarnado por Joan Negrié, deambula por el escenario junto con el Duque de Macedonia (Mingo Ràfols), Hipólito (Dafnis Balduz), el Señor de Agramunt (Josep Ferrer), el Emperador (Carles Canut), Carmesina (Beth Rodergas), Plaerdemavida (Roser Camí), la Viuda Reposada (Victòria Pagès), la Emperatriz (Begoña), Estefanía (Gretel Stuyk), Flor de Caballería (Àngels Bassas), la Bella Inés (Alina Furman) y Eliseu (Alicia Ferrer).
A través de la puesta en escena, nos podemos dar cuenta que el gusto por el buen comer, el luchar, el comer, el matar y el fornicar que distinguió a esta época de caballeros, es similar al espíritu del hombre contemporáneo.
El trazo escénico de Bieito dejó en segundo plano el ir y venir de los personajes por una laberíntica trama repleta de rincones esquivos y reiteraciones, y trazaron una dramaturgia en línea recta, para centrarse en lo sustancial de la novela y en el mundo jerarquizado que nos presenta.
La compañía Teatre Romea, con su puesta en escena Tirant lo Blanc, se presentará en el Auditorio del Estado, este viernes y mañana 11 de octubre, a las 20:00 horas.