«En México la muerte es fiesta»: Joseph Bergalló

Mientras en México la muerte es fiesta,

en Verges es silencio: Josep Bargalló

Josep Bargalló

Con ritmos y tambores, fuego y cantos, danzas y máscaras, habitantes de la comunidad catalana de Verges, presentarán por primera vez su insigne Dansa de la Mort de Verges, (Danza de la Muerte) fuera de su territorio. Una procesión que, a decir de Josep Bargalló, director del Institut Ramon Llull, mostrará cómo a pesar de la distancia y de ciertas diferencias culturales, México y Cataluña tienen puntos de coincidencia.

«Esta danza es una reliquia histórica que representa la pasión de Cristo, el momento de su juicio ante Poncio Pilatos y el recorrido de Jesús por las calles que lo llevarán al calvario dónde será crucificado», explicó Bargalló, quien en conferencia de prensa dio a conocer los pormenores de este ritual, junto con Toni Casabó, presidente de la Asociación la Processó de Verges, y Marta Payeró, alcaldesa de Verges y secretaria de la misma asociación catalana.

Se trata de una expresión cultural que ha permanecido inalterable desde su instauración, y que bajo esta ideología pagano-religiosa recuerda que polvo somos y en polvo nos convertiremos; que la muerte no perdona a nadie, mensaje cifrado en la guadaña que uno de los protagonistas de la procesión lleva en las manos.

A decir de Marta Payeró, la danza se finca con símbolos religiosos que fueron usados para evangelizar a la comunidad en los siglos XIV y XV, durante las guerras y plagas que azotaron Europa en el medievo; para inculcarles el miedo a la muerte y sembrar en la mente de esos creyentes la semilla que los librará de la angustia.

«La Dansa de la Mort de Verges es una joya de nuestra comunidad, que fue utilizada como instrumento de la Iglesia para inducir al arrepentimiento a cada uno de los feligreses, ante la implacable presencia de la muerte. Nuestro mayor intención es que agrade al público, sobre todo por las coincidencias cotidianas que nos entrelazan, a pesar de las diferentes formas de concebir a la muerte».

Dicha manifestación pagano-religiosa se efectúa cada jueves santo, a las 12 de la noche, en este pequeño pueblo catalán, donde cinco vergeianos: tres niños y dos adultos, se encargarán de alertar que en cualquier momento nos llegará la hora, explicó Payeró, quien además resaltó que el ambiente cervantino y las reminiscencias simbólicas que existen con la ciudad de Guanajuato, influyeron para que los miembros de la asociación aprobaran su salida, por primera vez, fuera de su territorio.

Los habitantes de Verges son muy celosos de esta tradición, explicaron tanto Bargalló, Payeró y Casabó. Para ellos es muy importante respetar tanto la estética como la ambientación originales, ya que todo el sincretismo que encierra esta danza pende semiótica y estructuralmente de ambas cosas.

Presentar este danza medieval que data del año 1306 fue un gran logro, sobre todo un proceso de convencimiento con la asociación de Verges que organiza esta procesión, debido a que desde hace algunos años tomaron la decisión de no salir de su comunidad, dijo Bargalló, sobre todo porque en alguna época quería ser utilizada no sólo como una manifestación cultural, sino como un estandarte de una doctrina política, como lo fue el franquismo.

«Cada uno de los elementos que configuran la representación -antorchas, tambores, cantos, máscaras, platos y el reloj que indica que en cualquier hora nos puede tocar la muerte- requiere de una afonía casi total para poder extender el espíritu que encierra esta danza macabra», dijo Toni Casabó, presidente de la Asociación la Processó de Verges.

El sonido binario del tambor es uno de los puntos medulares de esta manifestación, explicó Casabó, quien participa en esta tradición desde su infancia, ya que dentro de su familia ha sido una tradición heredada de generación en generación. «La guadaña simboliza que la muerte no perdona, los platos de ceniza que llevan dos niños representa aquella frase de que el hombre polvo es y en polvo se convertirá; el reloj que la muerte nos encuentra a cualquier hora».

Sobre la integración del elenco, Casabó informó que éste se renueva cada seis años, en el caso de los adultos y en el caso de los pequeños generalmente es cada año, debido a que su desarrollo fisiológico impide que participen por un largo tiempo. «No son actores profesionales, pero sí grandes artistas que desean proyectar las tradiciones de su comunidad».

Por su parte, la Alcaldesa de Verges y el Director del Institut Ramon Llull señalaron que el reto para estos depositarios de una tradición milenaria, será extender el silencio durante la procesión por la Plaza San Roque.

«Mientras en México la muerte es fiesta, en Verges es silencio», declaró Bargalló, quien además informó que para la escenificación el alumbrado público de la Plaza San Roque sufrirá algunos cambios, pues la Dansa de la Mort de Verges, requiere de un ambiente tenue, enmarcado por antorchas y momentos de afonía y sigilo.

La reverencia ante el cristo crucificado dará conclusión a la Dansa de la Mort, expresión que ha inspirado a diversos compositores como Berlioz, Liszt, Saint-Saëns, Honegger y demás. La Plaza San Roque será la sede de esta tradición de la alcaldía de Verges, los días 14 y 15 de octubre a las 21:00 horas, dentro de las actividades del 36 Festival Internacional Cervantino.

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