Josefa Ortíz de Dominguez esposa del Corregidor de Querétaro en 1810
Su padre fue asesinado en su deber, cuando Josefa era apenas una niña. Su madre murió poco tiempo después.
De esta suerte, la que sería Corregidora de Querétaro quedó a cargo de su hermana mayor, Maria Sotero Ortiz, quien apoyó a Josefa para ingresar al prestigiado Colegio de las Vizcaínas de la ciudad de México.
Se casó con Miguel Domínguez, visitante frecuente del colegio, en el año de 1791. En 1802 Miguel Domínguez fue promovido por el virrey de Nueva España al cargo de Corregidor de la ciudad de Santiago de Querétaro.
Durante ese tiempo, doña Josefa quedó a cargo de las tareas domésticas y al cuidado de la educación de dos hijos suyos, habidos en un matrimonio anterior de su marido.
La pareja llegó a tener una docena de hijos en épocas posteriores.
Doña Josefa se identificaba con el abuso sufrido por la comunidad de criollos por parte de los gachupines, tal como llamaban a los españoles nacidos en la península: ella misma era una criolla.
Los criollos eran considerados como ciudadanos de segunda clase por el régimen colonial, en virtud de haber nacido en
Por ello, eran relegados a puestos de segundo nivel en la administración pública del virreinato.
Este hecho creó un gran descontento con el paso de los años, y los criollos comenzaron a organizarse en grupos literarios donde se difundían las ideas de la Ilustración, prohibidas por la Iglesia Católica.
Doña Josefa se integró en una de estas sociedades, y convenció a su esposo tiempo después, de integrarse también a ella.
En las tertulias queretanas se hallaban figuras de la talla de Miguel Hidalgo y Costilla, Ignacio Allende y los hermanos Aldama.