«No fue sacerdote, sino simplemente un laico, y fue el primer apologista cristiano. Se llama apologista al que escribe en defensa de algo. Y Justino escribió varias apologías o defensas del cristianismo. Sus escritos ofrecen detalles muy interesantes para saber cómo era la vida de los cristianos antes del año 200 y cómo celebraban sus ceremonias religiosas. |
Las actas que se conservan acerca del martirio de Justino son uno de los documentos más impresionantes que se conservan de la antigüedad. Justino es llevado ante el alcalde de Roma, y empieza entre los dos un diálogo emocionante:
Alcalde. ¿Cuál es su especialidad? ¿En qué se ha especializado?»
Querida Ana Onoana Ana:
Imprimí y leí pacientemente las 18 páginas del texto que me mandó:
«Selección de textos de las obras de San Justino».
Abrí el corazón pero la razón lo cerró a media lectura.
El primer diálogo me gustó sobre todo por su forma de diálogo, precisamente; mas luego las prédicas y los sermones y la palabra Dios en cada párrafo me aburrieron.
Lo siento.
Desperté en la página 13, «No se debe condenar a los cristianos sin oírles», y sólo cambié el nombre de «cristianos» por el de ¡Federico Ruiz Lomelí!:
–Por llevar un nombre no se puede juzgar a nadie bueno ni malo.
–De un nombre no puede en buena razón originarse alabanza ni reproche, si no puede demostrarse por hechos algo virtuoso o vituperable.
–Lo que se debiera hacer es examinar la vida lo mismo del que confiesa que del que niega, a fin de poner en claro, por sus obras, la calidad de cada uno.
Así es. Estoy totalmente de acuerdo en esto. Fue mi ganancia de su lectura, gracias.
¡Pero mejor dígame usted, Ana Onoana Ana, lo que sintió en su corazón en su lectura, y estoy seguro que su corazón dirá más a mi corazón, de corazón a corazón!
Y así regresamos a la enseñanza del simple Trifón ante el sabio San Justino:
–Aun en el caso de que saliese beneficiado sólo uno de los dos, ya sería un bien para ambos.
De acuerdo. ¿Comprende? ¡Así que dígame qué le dijo a su corazón San Justino!
A mí la verdad no me dijo mucho, desgraciadamente, pero respeto y quiero conocer su sentimiento.
–El acto de escribir es un acto de voluntad hacia otros, pero también es el imposible acto de compartir la soledad.
En estos días de muertos van dos textos próximos:
–Día de muertos, día de vivos: Elías Canetti y el Kikín Queretano.
–Julio Scherer y
Saludos de luz, gracias por compartir su apasionada lectura y seguimos en contacto.
Fraternalmente,
Julio.
Qro. Qro.
31-X-2008.