La poesía enmarcó el homenaje
al escritor Rubén Bonifaz Nuño
por sus 85 años
Arturo Jiménez
El poeta y académico Rubén Bonifaz Nuño, flanqueado por Teresa Franco, directora del INBA, y José Narro, rector de
Subrayan su talante de explorador profundo del México antiguo y humanista comprometido
Cuatro poetas, un narrador, una pianista, un rector y una funcionaria cultural intervinieron en el homenaje al poeta Rubén Bonifaz Nuño para celebrar sus 85 años de vida, en una ceremonia en la que la poesía fluyó tanto desde el festejado como desde las voces de Juan Gelman, Eduardo Lizalde y Marco Antonio Campos, lo que por momentos se convirtió en un recital.
Durante el tiempo para la prosa, en el salón principal del Museo Nacional de Arte todos destacaron la pasión por la vida y la trayectoria de Bonifaz Nuño (Córdoba, Veracruz, 12 de noviembre de 1923), como traductor de los clásicos griegos y latinos, como explorador profundo del México antiguo, como humanista comprometido con el país, la sociedad, la cultura popular y la defensa de la dignidad, como académico de
Pero sobre todo, hablaron del poeta innovador y singularísimo que es Bonifaz Nuño –sin renunciar nunca a su vertiente clásica–, pues ha logrado crear una obra que conjuga, como pocas, una apariencia de sencillez con un trasfondo de complejidad, perceptible sólo por los más profundos conocedores del arte de la poesía.
Luz que sombras no conoce
Es “un clásico que ha estudiado a los clásicos”, sintetizó el rector de
El propio poeta manifestó su alegría por el “regalo” que le significaba el homenaje de
Y durante el tiempo para la poesía, Gelman dijo: “No conozco en lengua castellana otra (poesía) que interrogue de manera tan genial esa materia de oscura necedad que somos”, y luego leyó un poema en el que le dijo a Bonifaz Nuño “¡Salud hermano!” y habló de la palabra “donde el fulgor es más dolido”.
Eduardo Lizalde, luego de llamarlo brújula de una generación, de destacar su “irrepetible ritmo verbal” y el “variadísimo lenguaje de su habla libérrima”, así como su potencia y originalidad, leyó de su libro La zorra enferma un poema que habla de una luz en la mano, una “luz que sombras no conoce”.
Marco Antonio Campos evocó un simpático viaje a Nueva York con Bonifaz Nuño y otros escritores como Carlos Montemayor, recordó que
Sandro Cohen afirmó que Bonifaz Nuño ha enseñado que el oficio de la poesía es “sagrado”.
Con el poeta Alí Chumacero entre el público, en la mesa de los poetas también estuvo el narrador René Avilés Fabila, quien agregó: “Rubén no es un poeta fácil, sus versos encierran claves y enigmas, y una secreta alquimia, cada verso tiene dos o tres lecturas. Sin embargo, sus lectores aumentan, su arte tiene adeptos”.