“AQUELLOS TIEMPOS”…
Por: Mario Rodríguez Estrada.
EDUCADORES SIN PAR.-Artículo dedicado a los excelentes amigos y educadores, uno en las aulas los otros en el periodismo: Don Agustín Jaramillo Valencia y Don Andrés Esteves Nieto y Don Juan Antonio Isla Estrada.
Las porras de los partidarios de los equipos contendientes, en el viejo campo de polo de la ciudad de Querétaro, atronaban el espacio…tratando de impulsar a sus jugadores a sacar “el resto”…pues ya casi al punto de la extenuación, apenas si podían correr o patear la esquiva pelota, que de lado a lado se paseaba sin acertar en la portería de alguno de los dos equipos finalistas del primer campeonato de fútbol, organizado por las autoridades deportivas correspondientes, y cuya copa con tres asas había donado el propio Gobernador, señor Don Constantino Llaca…transcurría ya el tercer tiempo extra, el marcador señalaba nueve goles para ambos equipos…y los grandes y fuertes, además de experimentados jugadores del Esparta…no atinaban a comprender como aquellos escuálidos, esmirriados e imberbes jovencitos del Colegio Centro Educativo les tenían ya casi contra la pared…y que siguiesen corriendo como jabatos, cuando ya a ellos les faltaba el aire y los zapatos, a cada momento se les hacían mas pesados…a punto de terminar el tiempo, en una acelerada descolgada, el ala izquierda del Centro Educativo, perseguido por un fuerte defensa que no acertaba a darle un buen golpe, soltó un colocado y rasante disparo que el portero espartano y algunos de sus compañeros juzgaron que iba hacía fuera, cuando una piedrita del terroso campo cambió la trayectoria de la correosa y pesada pelota, entrando lentamente ante la desesperación de unos y el regocijo de otros…no hubo tiempo para mas…se acabó …decretando el nervioso árbitro, la terminación del emocionante partido.
Para Don Emiliano Estrada Guerrero…aquella mañana del día 30 de agosto de 1925…le supo a gloria…pues el equipo deportivo de la escuela que él presidía…había conquistado un justo premio…debido al esfuerzo de sus jóvenes equiperos…lo consideraba un triunfo personal, ya que les había apoyado con todas sus fuerzas, incluso, el mayor de sus hijos: Francisco Javier, formaba parte de su aguerrida defensa…apoyándose en su joven entrenador y Prof.. de Educación Física, el Ing. Don José Trinidad López…Daba así cumplimiento a una de las tesis, que en su búsqueda de los mejores métodos para la educación de los niños y jóvenes había encontrado…siguiendo los pasos y caminos que el viejo educador inglés Thomas Arnold, tomó para transformar a la niñez y juventud de Inglaterra…en su vieja Universidad de Rugby…a cuya dirección llegó en 1828.
Don Emiliano, lo mismo que Arnold, desde sus primeros años como maestro normalista (ENEQ enero 1900), comprendió que al método pedagógico imperante, le faltaba “algo”…gran lector de Roseau, de Guts Muths y de Basedow …que se apoyaron en la naciente práctica deportiva…implantó sus métodos y fue su inspiración, casi a la par que a otro joven loco de nacionalidad francesa…Pierre de Coubertin…que imbuido de los mismos reinventó los ancestrales Juegos Olímpicos.
La clave…por si a algún neo educador quisiese seguirla es sencilla:…Apelar, en todos los casos, mas que a la severidad de los reglamentos, a la razón y a la rectitud de sus interlocutores…inculcando, por encima de todo, la lealtad y el desprecio a la mentira.
Al confiar a unos adolescentes la tarea de dirigir una asociación o un periódico, les acostumbra a reflexionar, a discernir los distintos aspectos de las cosas, a sopesar el mérito de los hombres…a ejercer la autoridad y a delegarla cuerdamente…a tomar conciencia de su responsabilidad, que es lo único que constituye la dignidad del individuo.
Educar…habrían podido decir Thomas Arnold, Don Emiliano Estrada y Pierre de Coubertin…”Es elevar los niños que me entregueis…devolviéndolos convertidos en HOMBRES”,…Les saluda…su centenario amigo de “Aquellos tiempos”: Mario RE.