? “En la de 1910 no hubo terror masivo contra los aristócratas”, expresa a La Jornada
Katz: Inviable otra revolución en México
Hoy existen condiciones para cambios pacíficos, como la democracia y el papel de EU, dice
El historiador austriaco participó en el contexto del coloquio auspiciado por el Colmex
Convencido de que la historia no es cíclica, Friedrich Katz discrepa de analistas políticos y comunicadores quienes equiparan varias de las condiciones actuales de México con las postrimerías del porfiriato, y rechaza la posibilidad de otro movimiento revolucionario en el país, cuando menos en el futuro inmediato.
En entrevista con La Jornada, el historiador austriaco (Viena, 1927) –uno de los más reconocidos especialistas a escala mundial en la historia mexicana, en particular del proceso revolucionario de 1910– sostiene que existen las condiciones para que, de presentarse, los cambios ocurran de manera pacífica.
Catedrático en la Universidad de Chicago y autor de los libros La guerra secreta en México y Pancho Villa, Katz participó este miércoles en el coloquio El arte de historiar, organizado por El Colegio de México (Colmex), como parte del homenaje nacional por los 80 años de Carlos Fuentes.
Al respecto, analizó cómo y porqué la antigua aristocracia del régimen porfirista logró sobrevivir a la Revolución de 1910, en contraste con lo que ocurrió en los casos de Francia y Rusia.
“Hay una enorme contradicción en que (los héroes revolucionarios como) Madero, Zapata, Pancho Villa, Carranza y Obregón hayan perecido de manera violenta, mientras (representantes de la antigua aristocracia porfirista), como Limantour, Olegario Molina, Creel y Terrazas fallecieron de muerte natural en sus camas y ricos; ésa es una enorme paradoja.
“En la mexicana no hubo terror masivo contra los aristócratas del régimen que se derrocó.”
Esperanza en Obama
Tras aclarar que no cree en los aspectos cíclicos de la historia, durante la charla con este diario Katz detalla en qué sustenta su convicción de la improbabilidad de una nueva insurrección armada en el país en el actual contexto.
Afirma que los procesos armados iniciados en 1810 y 1910 no tenían otra alternativa que la violencia, porque ni los españoles ni el régimen de Díaz dejaron otro camino.
“Hoy día existen en el país condiciones mucho mejores para cambios pacíficos: primero, la democracia, segundo, el factor externo, especialmente el papel de Estados Unidos, del cual puede decirse que ha cambiado en cierto sentido su política”, dice.
“Es muy raro para mí, e incluso representa una contradicción muy interesante, que bajo uno de los peores gobiernos que ha tenido Estados Unidos, el de George W. Bush, en América Latina se hayan podido establecer regímenes de izquierda sin que ese país buscara intervenir.
“No es que Bush se haya vuelto izquierdista, sino que estuvo tan involucrado en Medio Oriente que no tuvo el poder de hacer nada aquí. Siempre que Estados Unidos ha estado involucrado en otra parte del mundo, en América Latina ha habido una tremenda posibilidad de cambio.
“Con el gobierno de Obama, quien tiene una visión completamente diferente del mundo, creo que las fuerzas democráticas de América Latina y México van a tener, espero, un respaldo que nunca han tenido de Estados Unidos. Con Bush, ese país tuvo que tolerar el cambio; ahora, con Obama, espero que lo apoye.”
–¿En el México actual existen condiciones para un vuelco en su historia ante la profunda desigualdad social, los diferentes movimientos armados y el crecimiento del poder del narcotráfico?
–La ventaja de ser historiador es que uno tiene que ocuparse del pasado, no del presente ni mucho menos del futuro.
“Sobre el narcotráfico: es un problema para el que no tengo respuesta; no conozco precedente, excepto en la historia de Colombia, sobre cómo resolverlo, pues hay enormes discrepancias.
“La solución no depende exclusiva ni principalmente de México. El mercado principal para las drogas es Estados Unidos y en tanto no haya un cambio en ese país, será muy difícil resolverlo.
“Sobre la miseria: vivimos momentos económicos muy malos en el mundo. Que muchos mexicanos indocumentados regresen por no hallar trabajo en Estados Unidos agudizará la situación.”