Jesús Jauregui
Arqueología Mexicana
El simbolismo de la tarima-mariache aborigen quizás explique por qué el “sonido mariachi“ estuvo destinado para acompañar a los mexicanos desde el bautismo –pasando por las bodas, cumpleaños y parrandas– hasta los funerales y la tumba.
Para el lingüista Ignacio Guzmán Betancourt (1949-2002), “…la palabra [mariachi/mariache] era, durante la segunda mitad del siglo XIX, un término de uso eminentemente local, un regionalismo […] limitado a […] la costa noroeste del país, desconocido todavía para el resto de los mexicanos. […] era una especie de “neologismo” en el lenguaje común de los mexicanos [de tal manera que en el caso de Barrios de los Ríos se presenta el] empleo de cursivas […], pero sobre todo la preocupación […] por definir el significado de la palabra, o en explicar […] qué debe entenderse exactamente por ella cuando aparece por primera vez en un párrafo” (Guzmán Betancourt, 1992, p. 44).
“A pesar […] de que sólo en [cuatro] casos se empleara la palabra [mariache] para expresar el concepto de “tarima” (y, a decir verdad, sólo en uno de ellos de manera clara y directa) tenía éste en cambio varias ventajas. Entre otras, la de aparecer de manera espontánea, no forzada por las circunstancias ni –lo más seguro– inventada por el autor para cumplir con determinados propósitos. La obra de Barrios de los Ríos, [Paisajes de Occidente] en que se asocia la palabra mariache con ‘tarima’ […] no tiene más fondo que el literario. Su argumento principal consiste en la narración autobiográfica, en la narración más o menos detallada de los lugares que el autor frecuentó durante su estancia en [el Territorio de Tepic]; así como de los objetos, modos de vida, acontecimientos que presenció en esos lugares, y que, como fuereño, llamaban su atención” (Guzmán Betancourt, 1992, p. 46-47).
La edición original de la obra se realizó, con un tiraje modesto, en una imprenta de Sombrerete, Zacatecas, dentro de
“Por otra parte, es digna de tomarse en cuenta la seguridad con la que este escritor define el significado de un vocablo regional […], igual que la admirable descripción que hace del objeto designado por la palabra. […] Si bien la asociación de esta palabra ‘tarima’ está documentada sólo en la obra de este autor, y a pesar de que dicha relación no ha vuelto a encontrarse en documentos posteriores, ciertos estudios de carácter etnográfico realizados por antropólogos principalmente en la región nayarita [a lo largo de un siglo], mencionan la presencia de una ‘tarima’ que emplean coras, [mexicaneros] y huicholes en sus danzas rituales” (Guzmán Betancourt, 1992, p. 47).
Hoy en día está claro que la palabra mariachi es originaria de varias lenguas de la familia yutoazteca sureña y que la variante alofónica y alográfica más antigua y más difundida es mariachi y no mariache (Jáuregui, 2006, 2007).
Los “tambores de pie” también fueron extensamente documentados entre los indígenas de
Estos “tambores de pie” californianos se fabricaban generalmente con madera de sicomoro –una especie de ficus-higuera– y tenían una longitud de entre 2.40 y tres metros (Johnson, 1978, p. 358) y se decía que su sonido era semejante al emitido por el oso (Ridell, 1978, p. 384). Paul Kirchhoff había reconocido, con base en el Handbook of the Indians of California de Alfred L. Kroeber (1925), que el tambor de pie era un elemento cultural de las tribus de cazadores-recolectores correspondientes al culto kuksu de la región central de
Con base en estos testimonios, deben ser cuestionadas las conjeturas sobre un supuesto origen africano o proveniente de Oceanía durante la epoca colonial (Contreras, 1988, p. 119) para el instrumento tarima.
Se ha registrado la difusión de la tarima, entre los indígenas amerindios, desde
Recientemente ha sido registrado su uso en el poblado mayo de Mochicahui. Entre la población mestiza y afromestiza mexicana, tiene vigencia desde la costa norte de Nayarit hasta la costa de Oaxaca; en zonas hacia el sur, recibe el nombre de artesa y en
Queda como un programa de investigación el aclarar los puntos de fusión de la tarima aborigen con el tablado español y sus diferentes resultados tanto organológicos como funcionales y simbólicos a lo largo y ancho del territorio mexicano.
Simbolismo de la tarima
En la mayoría de las comunidades coras, el baile sobre la tarima corresponde a la etapa final de los festejos en los espacios exteriores –de la temporada de secas–, cuando ya es permitido ingerir bebidas embriagantes y hay licencia para el desfogue corporal. Sin embargo, en la comunidad norteña de Santa Teresa (Kueimarutse´e), Maira Ramírez (2004) ha encontrado que el baile de tarima constituye también una plegaria dancística que tiene lugar en el contexto religioso de las fiestas de Santiago Apóstol –en plena temporada de lluvias–, al interior de las casas del poblado. Por lo que la tarima manifiesta una polisemia ritual.
En este sentido, según Agustín Lamas Pizano, cora nativo de San Pedro Ixcatán y quien vive desde 1952 en Presidio de los Reyes (en la bocasierra nayarita), la tarima constituye una variante del lecho mortuorio, para los coras que fallecen fuera de su cabecera comunal: “Cuando se muere alguien en un rancho, se le avisaba al Gobernador [de la cabecera comunal]. El Alguacil iba adelante a preparar las andas. Luego cuatro personas lo van a levantar y en equipo de cuatro se van turnando, cuando se cansan, para traerlo. Lo llevan a
Con este testimonio se explica por qué las dos variantes principales de tarima –la que tiene la caja de resonancia sobre la tierra (un tronco ahuecado) y la que la tiene abajo en la tierra (hoyo cuadrangular cubierto con un tablón)– son términos simbólicos metonímicos, de tal manera que si la segunda se equipara con una tumba –los coras costeños han continuado practicando la técnica de tumbas de tiro–, la primera es sinónimo del lecho mortuorio.
El punto intermedio es danzar sobre el suelo, ya que la vida sobre la tierra sólo ha sido posible porque, en el principio de los tiempos –cuando sólo existía un mundo acuático–
La tarima –junto con el cántaro– es el único instrumento musical nativo del complejo musical del mariachi y constituye un tropo en el que se conjuntan elementos de significación que se refieren al mundo de abajo: árbol del agua (chalate), de cuyo tronco se elabora el tambor de pie; cántaros de agua en el pozo de la tarima; sonido metafórico de los bramidos del toro (venado marino, para la cosmovisión aborigen); permiso de
Los instrumentos cordófonos del conjunto mariachero tradicional (arpa, violín, vihuela, guitarra y sus variantes) son de importación mediterránea, en tanto que la trompeta de pistón –el toque característico del mariachi moderno– es un instrumento de
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