¿Queremos restaurar nuestra sociedad?

¿Queremos o no restaurar nuestra sociedad?

Comunicado de Prensa

 

No pocas veces constatamos que, a pesar de las acciones emprendidas, varias de las necesidades fundamentales y graves problemas sociales no se resuelven en sus causas y, por lo mismo, las soluciones propuestas sólo detienen temporalmente los males pero no los erradican. A veces falta voluntad y la decisión coherente de afrontarlos; otras veces suelen ser equivocados los enfoques o cortas las soluciones propuestas.

 

Respiramos un mundo donde es común juzgar mal al prójimo, donde se rechaza sin más la opinión ajena, donde la libertad del otro se atropella sin respeto, donde algunos ya creen que “quien no tranza, no avanza”. No es raro que los enfoques y soluciones que se proponen prescindan de la verdad, del bien común y de la unidad como base de cualquier consideración humana y social; de aquí que se empañen y se desvíen por la corrupción o por intereses egoístas que mucho siguen dañando a la sociedad.

 

La situación que afrontamos nos exige hacer una reflexión profunda y tomar una decisión valiente comenzando con nosotros mismos, convencidos de que “si yo mejoro un poco cada día, este mundo será mejor”. No es fácil decidirse a mejorar personalmente cuando no vemos que otros lo hagan, cuando al hacerlo nos sentimos solos y remando contra corriente; decidirse exige retomar el camino de la verdad, de la reconciliación y del amor con perseverancia No es fácil, pero tampoco es imposible.

Esta fuerza de decisión no depende de la capacidad física, económica, material o política de cada persona, sino de la voluntad de emprender el camino de luchar por mejorar cada día reconociendo las propias debilidades y ejercitando las cualidades. Es bueno preguntarnos en serio ¿Qué mundo podríamos heredar a los niños y a la siguiente generación si todos lo que vivimos en Oaxaca nos uniéramos contra el mal?. Es un hecho que el número de personas que buscan y quieren el bien para sí, es mayor que las que están decidiendo por el mal.

Cuando juntos busquemos el bien común, nos beneficiaremos todos y siempre encontraremos el bien personal, pero será imposible cuando su búsqueda obedece a impulsos egoístas y menos cuando se daña a otros. Nunca debemos renunciar en la lucha por el bien común aunque el ambiente mediocre o destructivo parezca presagiar nuestra derrota. Los católicos tenemos un antídoto y un arma infalible: el amor de Dios. Allí están los frutos ya palpables de Santo Domingo Teojomulco y San Lorenzo Texmelucan. El que ama en serio no sólo se supera y se realiza, sino que contribuye a construir a su alrededor un mundo cada vez mejor.

 

¿Queremos en serio restaurar nuestra sociedad? ¿Queremos que las injusticias y el mal no nos dañen tanto?. Busquemos juntos el bien común actuando con amor.

 

Con nuestra oración y bendición para todos.

 

+ José Luis Chávez Botello
Arzobispo de Antequera-Oaxaca

+ Oscar Campos Contreras
Obispo Auxiliar de Antequera-Oaxaca

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