En Chiapas, indígenas convertidos
al islam
denuncian explotación de ex líder
El español emir Nafia Aureliano Pérez Iruela «nos hacía trabajar jornadas de ocho de la mañana hasta la una de la madrugada del otro día sin pagarnos», aseguró en conferencia Mustafá Carlos Arturo Gómez, indígena tzotzil.
Afp
San Cristóbal de las Casas. Indígenas de México convertidos al islam denunciaron el sábado pasado a su ahora ex líder religioso, el español islamista Aureliano López, por haberlos explotado durante 15 años, con largas jornadas laborales sin pago.
El español emir Nafia Aureliano Pérez Iruela «nos hacía trabajar jornadas de ocho de la mañana hasta la una de la madrugada del otro día sin pagarnos», aseguró en conferencia Mustafá Carlos Arturo Gómez, indígena tzotzil.
«Aureliano nos trataba con la punta del zapato, es un tirano, peor que Hitler. No nos dejaba hablar nuestra lengua materna, vestirnos con nuestras ropas tradicionales, no nos dejaba comer las tortillas de maíz, ir al médico, ni ir a la escuela», relató Gómez, vocero de unos 50 indígenas.
«Los integrantes del movimiento Muratibum musulmán desprecian el salario porque lo que se establece (es) una relación laboral no formal con los indígenas convertidos al islam que con los años, en efecto, se traduce en explotación», dijo el domingo el antropólogo Gaspar Morquecho, radicado en Chiapas y especialista en indígenas convertidos al islam.
Los indígenas denunciantes dijeron en conferencia de prensa que se convirtieron del protestantismo al islam en 1994, convencidos por Pérez Iruela.
La familia de Carlos Arturo Gómez fue la primera en convertirse al islam en la región de los Altos de Chiapas. Unos 500 indígenas son musulmanes en esta zona, de los cuales todos se han separado de la comunidad de Aureliano López en un proceso de denuncias que inició en 2000, explicó el antropólogo.
«Los últimos que quedaban en la comunidad de los muratibunes fueron estas 50 familias que hicieron pública su denuncia ayer (sábado)», añadió el experto.
Gómez narró que Aureliano Pérez, junto con otros seis españoles, montó una escuela musulmana, una fábrica de muebles, una pizzería, y un restaurante, en los que trabajaban los indígenas musulmanes, quienes antes de ser evangélicos eran católicos.
«Mientras los hombres trabajaban en la panadería o la carpintería, las mujeres recibían clases de cocina o construían artesanías y los niños memorizaban el Corán en la lengua original», añadió el vocero indígena.
El español les prohibía comer maíz bajo el argumento de que ese grano «es solo para los caballos, los animales», prosiguió Gómez, quien dijo que a sus representados no les interesa por el momento hacer una denuncia penal y que el objetivo de desnudar los maltratos del español de manera pública es alertar al resto de los indígenas chiapanecos convertidos al islam.
Los indígenas denunciantes seguirán profesando el islam, añadió Gómez.
De acuerdo con otros antropólogos locales, Aureliano Pérez Iruela creó la primera madraza (escuela religiosa musulmana) en América Latina.