El arte resiste tranquilamente la crisis
«Baño matinal».
Foto: Cortesía de TEFAF y Javier Eguiguren
Organización Editorial Mexicana
Ma. Esther Estrada
Ámsterdam- Aunque usted no lo crea, Holanda, este país tan pequeño, es la sede de la feria de arte más grande e importante del mundo. Este año, quienes tuvimos la oportunidad de recorrer los 30 mil metros cuadrados de exposición de obras de arte donde todo estaba a la venta, pudimos percibir que los coleccionistas siguen considerando que su dinero está muy bien invertido en este tipo de piezas que no pierden valor a pesar de la crisis financiera.
Mi sensación fue la de visitar alguno de los grandes museos, como el Louvre en París, el Tate en Londres o el Rijksmuseum en Ámsterdam, con la pequeña diferencia de que si algo le gusta y tiene el presupuesto, lo puede adquirir. Para ello se reunieron 239 galerías de arte y antigüedades de 15 países en TEFAF, que son las siglas en inglés de Feria Europea de las Bellas Artes.
Desde Alemania, Austria, Bélgica, Canadá, España, Francia, Hong Kong, Italia, Mónaco, Portugal, Reino Unido, Suiza y los Estados Unidos llegaron pinturas, esculturas, muebles, joyería, fotografías, cerámica y muchos más objetos valiosos a Maastricht, al sureste de los Países Bajos, para participar en la 22 edición de esta feria. Por supuesto que también estuvieron presentes muchas galerías de Holanda. Y para mi sorpresa me encontré con un expositor que hizo el camino desde Argentina, para ofrecer una gran cantidad de piezas de plata antiguas procedentes de toda América Latina.
Durante 10 días, coleccionistas privados y representantes de museos de todo el mundo se dieron cita en TEFAF. En el aeropuerto de Maastricht-Aquisgrán aterrizaron 130 aviones privados por este motivo. El resto de los visitantes llegaron en auto o en tren (desde el aeropuerto de Schiphol en Ámsterdam, son tres horas de recorrido por cualquiera de esos medios). Pero no piense en que vino poca gente, ya que los registros de la feria contabilizaron 65 mil personas (10 por ciento menos que el año pasado).
Otra característica de la feria es que parte de su decoración son los tulipanes, las rosas y los ranúnculos. Para esta edición se compraron en total 140 mil flores, que estaban en macetones a todo lo largo y ancho de la exposición.
La portavoz de los organizadores, Titia Vellega, compartió su satisfacción con los resultados obtenidos: «La feria estuvo menos llena que otros años, pero de esta manera fue posible apreciar mejor las obras. Lo más importante fue que la calidad de lo expuesto se mantuvo en los más altos estándares, lo mismo que la capacidad económica de los visitantes».
El primer día se abrieron las puertas a un grupo muy selecto de personas. La venta estrella de esa ocasión fue un cuadro que Rubens pintó entre 1610 y 1613, «Retrato de un joven», que cambió de sueño por la módica cantidad de cinco millones de euros (unos 96 millones de pesos mexicanos). Ese mismo día otro coleccionista pagó el equivalente a 23 millones de pesos por una obra de Vasíly Kandinsky. Y así podría seguir enumerando piezas en cualquiera de las siete secciones de TEFAF: Cuadros, dibujos y grabados; Antigüedades y objetos de arte; Arte moderno; Manuscritos iluminados, libros raros y cartas; Antigüedades clásicas y egipcias; Joyería y Diseño.
Según palabras de James Roundell, director de la galería Dickinson y miembro del comité organizador de TEFAF, la única manera de hacer frente a la crisis actual es con alta calidad y precios competitivos. Su stand en la feria corroboraba su planteamiento. Ahí se podían ver lienzos de Kandinsky, Renoir, Picasso y Klimt, entre otros. Incluso era él quien tenía a la venta la obra de mayor valor en toda la feria, una pintura de Van Gogh, «Vista del jardín del hospital de San Pablo», por la que pedía 25 millones de euros (cerca de 480 millones de pesos), de la que no tenemos noticia de que se haya colocado. Pero sí existe el registro de que le compraron un bellísimo dibujo al pastel de Edgar Degas, de 1864, titulado «Baño matinal».
Lo que es importante destacar es que no sólo los clásicos vendieron. Los expositores de las otras secciones sintieron cómo va creciendo el gusto por las obras modernas y contemporáneas entre los entendidos en el arte.
Desde sus inicios, en 1975, esta feria de arte se ha distinguido por la calidad de lo que en ella se expone. Actualmente hay 155 especialistas de reconocido prestigio internacional que forman los 25 comités que verifican la autenticidad y condiciones de cada obra que se presenta. Además, desde el año 2000 TEFAF está trabajando en contacto con el Registro de Arte Perdido (ALR, por sus siglas en inglés), que es una base de datos a nivel internacional donde se inscriben las piezas de arte robadas o perdidas. Esto da a los compradores en Maastricht la tranquilidad de que no están comprando problemas (ni piezas cuyo origen esté en duda).
Eso sí, después de un día en la feria, los visitantes pueden disfrutar de una tarde y noche llenas de actividad cultural, ya que durante esos días en Maastricht hay representaciones teatrales, danza, conciertos de jazz y de música clásica, exposiciones y conferencias, además de que los restaurantes de la ciudad se ponen de manteles largos para agasajar a sus comensales.
* Argentina en TEFAF
Para mí fue muy interesante entrevistar a Javier A. Eguiguren, el único expositor latinoamericano presente en TEFAF. Su galería, fundada hace 22 años en Buenos Aires, ofrece allá pintura y escultura civil y religiosa, platería y mobiliario en diferentes estilos, incluyendo distintos países, de México hacia el sur. Este año, su sexto en esta feria de Maastricht, la dedicó principalmente a ofrecer plata y arte gauchesco. Entre las piezas que tenía a la vista estaba una bellísima Virgen de Guadalupe en cobre, pintada por Joseph Guerrero en 1772, de la que me dijo no querer desprenderse. Obviamente, cuando recorrí con él las vitrinas de su stand, me hizo referencia a dos piezas de plata mexicana que trajo, una sopera de estilo neoclásico, elaborada entre 1819 y 1823 por el platero José Maria Martínez, al igual que una bacinica, también de plata hecha en 1830 por el mismo artífice. Muebles y aperos de cuero labrado, plata y oro completaban su oferta.
Eguiguren me compartió que su experiencia en esta feria siempre ha sido muy buena. Aquí aprende de sus colegas del viejo mundo y conoce de primera mano el mercado europeo. Pero, además, me recalcó que le toma todo un año prepararse para la siguiente edición de TEFAF, porque los organizadores son muy exigentes, aunque, por otro lado, dan todas las facilidades logísticas para traer y exponer las piezas. Para él, aunque este año los visitantes habían sido más prudentes y estudiosos al hacer sus compras, el poder adquisitivo seguía presente.
Yo pensaba en todos los empresarios mexicanos que tienen galerías y en lo interesante que podría ser para ellos estar presentes en la que es considerada la reunión más importante para los coleccionistas y marchantes de arte de todo el mundo. ¿Por qué no intentarlo? En palabras de, «vale la pena». Para quien esté interesado, la próxima edición de TEFAF se llevará a cabo del 12 al 21 de marzo de 2010.
* Desde curadores de museos hasta neófitos en la materia
Desde su inicio, TEFAF ha recibido a un millón 200 mil personas. Entre ellas, los principales marchantes de arte, anticuarios, coleccionistas privados que disfrutan del anonimato y amplia oferta de la feria, junto con curadores de los más de 180 museos de 29 países.
Así como para todos estos conocedores con chequeras llenas de ceros, también es un placer recorrer TEFAF para quienes gustamos del arte per se. Si hubiera tenido la posibilidad, les confieso que hubiera salido de ahí con por lo menos cinco piezas: un dibujo original de Rembrandt (los había desde 35 mil euros, es decir, algo así como 670 mil pesos); una escultura griega en mármol blanco de una mujer apoyada en una columna y la mirada perdida en el cielo; una de las esculturas que Rodin hizo de «El beso»; la escultura «El abandono», de Camille Claudel; y una pulsera estilo art deco, con diamantes, cristal de roca y platino. Pero bueno, una vez pagada la entrada, por ver no cobraban y soñar no cuesta nada.
* Historia de dos piezas
Muchas de las obras de arte que se exhiben en TEFAF tienen sus propias historias. Permítanme compartirles las de dos.
La primera, muy breve, es sobre una cama estilo Luis XVI, de madera dorada. Se dice que perteneció a María
Magdalena Guimard, la bailarina principal de la Ópera de París, famosa también por sus relaciones amorosas fuera del escenario. Esta cama se hizo especialmente para la casa que Claude-Nicolas Ledoux diseñó para ella. Estaba a la venta por un millón de euros (unos 19 millones de pesos).
La segunda es sobre la escultura titulada «El abandono» (Sakountala), de Camille Claudel.
Esta es una pieza de bronce que realizó la escultora Camille Claudel, inspirada en su apasionada relación con Auguste Rodin. Recordemos que Rodin ya era famoso cuando a sus 42 años conoció a la joven Claudel, de apenas 18, en 1883.
El tema está inspirado en la leyenda hindú del siglo V, en que la heroína, Sakountala, pierde el amor de su príncipe para recuperarlo más adelante. Nos muestra a un hombre de rodillas frente a una mujer sentada (es lo inverso a la obra de Rodin, «Primavera eterna», de 1881, en que la mujer es la que se encuentra de rodillas frente al hombre). Esta obra de Camille Claudel transmite ternura, igualdad y esperanza… así como las palabras que Rodin le escribió a ella: «Queridísima mía, me arrodillo para abrazar tu bello cuerpo».
Cuando terminó la relación entre ambos artistas, esta escultura siempre le recordó a Camille su deseo de que Auguste volviera a ella, lo que nunca sucedió.
Para ser el feliz poseedor de esta escultura, había que desembolsar algo así como 24 millones de pesos (1.2 millones de euros).
* Comentarios finales
Cada año, TEFAF incluye nuevas secciones o presenta alguna
exposición de especial interés para los conocedores del arte.
En esta ocasión, el día de la inauguración, el historiador de arte, Bas Dudok van Heel, expuso el resultado de muchos años de investigación sobre uno de los lienzos más famosos de Rembrandt, «La ronda de noche», que se puede admirar en el Rijksmuseum de Ámsterdam. Esta obra, que fue pintada en 1642, representa a una compañía militar a punto de salir a recorrer la ciudad en su misión de vigilantes del orden. En 1715 se le añadió un escudo en la parte superior donde se anotaron los nombres de los 18 personajes que ahí aparecen. Pero, ¿quién era quién? Tras muchos años de estudio, Dudok pudo ponerle nombre a cada rostro, pero además investigó sobre sus vidas, sus familias y muchos otros detalles.
Esta presentación, hecha por el propio historiador, fue uno de los momentos más importantes que tuvo la inauguración de
TEFAF 2009.
Si le interesa pasear por la feria, aunque sea de manera virtual, lo invito a visitar su web: www.tefaf.com. Estoy segura que se les irán las horas recorriendo las diversas secciones, o escuchando a los especialistas hablar sobre algunas de las obras expuestas… en fin, casi como haber estado ahí.