Espejos; Una historia casi universal.
De Eduardo Galeano
De acuerdo con las palabras del propio escritor, la obra Espejos pretende contar la “Historia Universal” desde el punto de vista de los Nadie, de los Sin Voz, aquellos seres que la historia oficial ha dejado de lado tapándoles la boca, los ojos y los oídos.
Entre los personajes principales de Espejos se encuentran las Mujeres, que aun hoy, ya a punto de concluir la primera década del siglo XXI siguen siendo consideradas como parte de las minorías oprimidas.
Aunque no lo expresó de manera abierta, Galeano, realizó una reivindicación de las conquistas que a lo largo de la historia han realizado las mujeres con el objetivo de ser ellas mismas las forjadoras de sus propios destinos.
Esto a pesar de que la historia, siempre vista desde la perspectiva masculina, las ha confinado a los espacios privados del hogar.
Mencionó, que tanto las tres principales religiones que comparten al mismo dios, así como las revoluciones laicas, tal es el caso de la francesa, han maltratado a las mujeres, negándoles el papel que les corresponde como agentes activos del cambio social.
En Espejos también están presentes aquellos personajes que por cuestiones raciales han sido confinados al olvido y se les considera merecedores de odio y desprecio.
A los pueblos nativos de América Latina, a quienes no solamente les arrebataron sus tierras, les arrebataron también su historia, les taparon los ojos y los han obligado a callar por 500 años.
Primero fueron los europeos que cruzaron el océano Atlántico, hoy son los vecinos del norte, quienes no se han conformado con arrancarles sus sueños y sus vidas, si no que además, crean muros para cerrarles el paso a aquellos que envueltos en la desesperación pretenden llegar a “aquella tierra prometida”.
Habló de los Muros como un triste signo de nuestros tiempos.
A pesar de que al Muro de Berlín se le consideró “de la vergüenza” y se celebro a nivel mundial su caída, hoy por hoy tenemos otros muros de los que nadie habla.
Muros que son más altos y más largos que el de Berlín, como el que separa a México y a Estados Unidos, el muro en Cisjordania, o en Ceuta y Melilla o los alambrados de Marruecos. Estas son fronteras de dolor y que realmente deben producir vergüenza, sin embargo, ante esto muchos callan hoy.
La obra de Galeano rinde tributo a la diversidad humana, y en esta diversidad no podían faltar los sectores que han sido despreciados por sus preferencias sexuales.
Los cuales no solamente fueron despreciados y perseguidos, si no que también han tenido que ser borrados de la historia oficial, y aun hoy en día algunos sectores pretenden mantener en las sombras, como si de se tratasen de seres de los cuales tenga que avergonzarse la humanidad.
“Los verdaderos héroes de
Tras cuatro años, Galeano publica esta nueva obra en la cual revisa la historia de la humanidad hasta hoy, y lo hace desde la óptica de los hechos y de las personas menos conocidas, de los que no figuran en los diarios ni en las fotos.
Como dice el subtítulo del libro, se trata de una historia casi universal, de un inventario general del mundo que aparece iluminado por este escritor capaz de enlazar lo cotidiano, lo poderoso y la denuncia con lo más sencillo, con el humor o con la más exquisita ironía.
En este libro se entremezclan los relatos que nos llevan, como sus propios títulos indican, desde la
«Fundación del machismo»,
la «Resurrección de Jesús»,
«Las edades de Juana
«La educación en tiempos de Franco»
«Los derechos civiles en el fútbol».
“Espejos. Una historia casi universal de Eduardo Galeano:
Cada día, leyendo los diarios, asisto a una clase de historia.
Los diarios me enseñan por lo que dicen y por lo que callan.
La historia es una paradoja andante.
La contradicción le mueve las piernas.
Quizá por eso sus silencios dicen más que sus palabras y con frecuencia sus palabras revelan, mintiendo, la verdad.
De aquí a poco se publicará un libro mío que se llama “Espejos”.
Es algo así como una historia universal, y perdón por el atrevimiento”.
“Yo puedo resistir todo, menos la tentación”, decía Oscar Wilde, y confieso que he sucumbido a la tentación de contar algunos episodios de la aventura humana en el mundo, desde el punto de vista de los que no han salido en la foto.
Por decirlo de alguna manera, se trata de hechos no muy conocidos.
Aquí resumo algunos, algunitos nomás.»
Eduardo Galeano presentó su libro Espejos, una historia casi universal
El miércoles 1º de abril,
Espejos, una historia casi universal .
El evento, organizado por el Consejo Nacional para
La directora general del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), María Teresa Franco, hizo una breve presentación del escritor, en cuya obra –dijo—
“podemos encontrar narrativa, ensayo, poesía y crónica; profundos estudios del alma, de la sociedad y de la historia”.
En su nuevo libro, expresó, se refiere al nacimiento de la escritura como huellas de pájaros dibujadas por manos maestras en tablillas de barro, perpetuadas por el fuego.
El maestro Galeano dedicó la sesión a Adolfo Gilly y a otros personajes, para después referirse al contenido de su nuevo texto Espejos, una historia casi universal (editado por Siglo XXI).
Ahí el narrador hace un acercamiento a la historia desde varias perspectivas, en una descripción vertiginosa y, al mismo tiempo, profunda del acontecer humano. Libro en mano, leyó:
Los espejos están llenos de gente.
/ Los invisibles nos ven.
/ Los olvidados nos recuerdan.
/ Cuando nos vemos, los vemos.
/ Cuando nos vamos, ¿se van?
“Este libro ha sido escrito para que no se vayan.
En estas páginas se unen el pasado y el presente.
Renacen los muertos, los anónimos tienen nombre, y describe a sus personajes.
Se trata, dijo Galeano:
“de aquellos que hicieron la historia, pero que no aparecen en ésta en el lugar que se merecen.
Espejos quiere dar la palabra a quienes siempre quisieron decir algo, pero nunca se les permitió”.
Eduardo Galeano se refirió a temas diversos del acontecer mundial en el que llamó la atención el énfasis que puso sobre la juventud, la sexualidad y la política
Eduardo Galeano nació en Montevideo, en 1940.
Allí se inició en el oficio periodístico publicando dibujos y crónicas en el semanario El Sol.
Entre 1959 y 1963 fue jefe de redacción del semanario Marcha y director del diario Época entre 1964 y 1966.
Desde principios de 1973, durante los años de la dictadura militar uruguaya, estuvo exiliado en
A principios de 1985 regresó a Montevideo, donde actualmente vive, camina y escribe.
Es autor de varios libros, traducidos a numerosas lenguas.
Galeano comete, sin remordimientos, la violación de las fronteras que separan los géneros literarios.
A lo largo de una obra donde confluyen la narración y el ensayo, la poesía y la crónica, sus libros recogen las voces del alma y de la calle y ofrecen una síntesis de la realidad y su memoria.
En dos ocasiones fue premiado por
Fue el primer escritor galardonado con el premio Aloa, creado por los editores de Dinamarca, y con el Cultural Freedom Prize, otorgado por