“AQUELLOS TIEMPOS”….
Mario Rodríguez Estrada.
JARDIN OBREGON…¡COMO TE EXTRAÑO!…
“LOS HOMBRES SON HOMBRES; LOS MEJORES A VECES OLVIDAN”.-Shakespeare.-
Naciste al fragor de horrendos cañonazos, con que triunfantes fuerzas liberales en 1861, pretendieron borrar de la enclaustrada mente de tus paisanos queretanos, la conventualidad que por mas de tres cientos años, dominó, para bien o para mal, su vida física y espiritual…derruyendo tus coloniales capillas, convirtiéndote en la mal llamada “Plaza de los escombros” o del recreo(¿?)…en tianguis o en plaza de toros…que para todo tenías cabida, pues tus antiguos espacios iban desde la calle del Serafín, hoy primera de Independencia, hasta la actual 16 de septiembre…flanqueando tus costados las antiguas calles de Los cinco señores, hoy avenida Juárez…y la de Vergara, hoy avenida Corregidora…permaneciendo así por varios años…incluso por los meses de terror sufridos por tu ciudad en 1867, al ser elegida por un príncipe extranjero, como último bastión de su malhadado espurio imperio…cuyo colofón se escribió, en de ti, no muy lejano Cerro de las Campanas.
Después de las batallas, se compadeció de tu aspecto, el primer Gobernador liberal, Don Julio M. Cervantes…a quien le tocó lidiar con la tarea de reconstruir la ciudad…dividiéndote en tres partes…la más al sur la cediste para crear el antiguo “Mercado Escobedo”…la central fue vendida al empresario español Don Miguel Bueno, que con gran visión, empezó a levantar lo que hasta hoy se conoce como: “Gran Hotel”, y tu parte norte se convirtió en bellísimo jardín…cuya pulcra hermosura final te la dio el joven Gobernador Don Benito Santos Zenea…cuyo nombre te cedió, después de su extraña y misteriosa muerte, ocurrida un 15 de septiembre de 1875…ante el asombro y pesar de los queretanos…envolviéndola en la obscura capa del misterio…achacándole a una tal Leonarda, un macabro y deportivo “score” de
La familia de Don Cayetano Rubio, queriendo quedar bien contigo y con la sociedad queretana, mando hacer al “ove der”, al otro lado, una hermosa y metálica fuente de grácil aspecto, coronada por la diosa Hebe, hija muy querida de Zeus y Hera, escanciadora del néctar a los dioses, cuya virtud era proporcionarles la eterna juventud…simbolizando con esto a los queretanos el otorgamiento de ese tan ansiado don.-Para 1924 cambiaron tu antiguo nombre por el de “JARDIN OBREGON”…mismo con el cual tuve la dicha de conocerte, a partir del sacrosanto año de 1938…paseándome, aún en pañales, al lado de mis orgullosos padres, por tus antiguas calzadas…tapizadas con verdosos mosaicos divididos en cuadratines, que al paso de carritos de bebés y rítmicas pisadas de bellas damas, causaban un ruido muy especial…y no se diga cuando surgieron los patines…parecía el paso del tren…adornaban algunos de tus prados cantarinas fuentes amarillas y azules de vidriados mosaicos, en cuyo centro lucían enormes ranas verdes…tus metálicas bancas eran ocupadas principalmente los jueves y domingos, por la sociedad queretanensis, disfrutando de la paz de tus entrañas, adornadas tus tardes con bellas piezas musicales, cuya municipal banda fue por muchos años dirigida por el eterno maestro Rivas…nos asombraba a los chicos que el Kiosko, fuese el receptáculo de variados y extraños instrumentos musicales…que antes de cada función abría sus amplias fauces, tragándose a los hombres que salían felices y risueños con aquel de su preferencia, el mas esperado era el sousafon, que marcaba con su rítmico pr-pr-pr, el compás de todas ellas.
El Cine Goya te acompañó desde 1929 y hasta el 28 de marzo de 1948 brindó las mejores películas con que gozamos los queretanos de “Aquellos tiempos”…mi asombro no tuvo límites, y me extasié con la primera película de largo metraje en caricaturas y a todo color: “Blanca nieves y los ocho enanos”…bueno si, eran siete, pero yo me convertí en el octavo al quedarme todos los dias desde el inicio hasta el final de la función…hasta que me sacaba, casi arrastrándome mi espantada madre, pues aunque sabía de mi entrada al cine, jamás me puntualizó cual era la de salida…Mas tarde, al abrir tu calle del 16 de septiembre, en 1948, te lo desaparecieron…entregándote en cambio, a partir de noviembre de 1947, una real joya arquitectónica de gran belleza…el “Cine Teatro Plaza”…cuya gran presencia contribuyó a que tu entorno luciera mas bello, pues parecía que te habían dotado de un gran marco…y así lucías cuando mis años juveniles paseaban por tu renovado piso, girando en contrasentido de mis bellísimas paisanas, las que nos regalaban con su presencia, apostando a veces a ver quien aguantaba mas vueltas…casi siempre eran ellas las vencedoras…tímidamente mirábamos hacia el interior del restaurant del “Pavo Real” de las recordadas hermanas Holguin, hermanas, a su vez, de mi recordada maestra Doña Paz , cuyas hijas y ella misma a veces se aparecían para darles una manita a sus consanguíneas , sobre todo los domingos que funcionaban a mesas llenas, casi siempre ocupadas por muy propios y linajudos queretanotes…los jóvenes nos llenamos de alegría cuando la “Mariposa” abrió sus puertas en un nuevo local, la esquina de Juárez y 16 de septiembre, siendo ampliamente concurrida, con largas colas para ocupar una mesa que “pobretones” estudiantes ocupábamos con tan solo un refresco o un café, que nos duraban por largas horas, tan solo por ver a través de sus amplios ventanales la gente y sobretodo las “chavas” que pasaban…crecí y tuve que trabajar con mi plaza de profe en otras latitudes, cuando de pronto, perdiste un mucho de tu encanto, pues en 1981, un tonto gobernador permitió que derrumbaran el “Cine Plaza” y volara la “Mariposa” a su actual pequeño reducto…te volviste triste…los desfiles de todas las fechas patrias cambiaron sus rutas y ya nadie quería verte, por un tiempo te volviste una nueva Plaza de los escombros…y ni la erección de una horrorosa tienda departamental logró restaurar tu antiguo esplendor…solo quedó la petrea mole del templo de San Francisco, cerraron varias de tus calles aledañas convirtiéndolas en andadores y se multiplicaron negocios de comidas y artesanías…pero, ¿sabes?…TE EXTRAÑO…te extraño, mi viejo JARDIN OBREGON…ahora ya los conservadores han vuelto y te cambiaron de nuevo el nombre…ahora eres de nuevo Jardín Zenea…y ahora cobijas cada miércoles mi vejéz; aguardando a mis igualmente viejos camaradas, junto al eficiente bolero Don Casimiro, su llegada, para partir cansinamente hacia el famoso Restaurant de los Bisquetes en la vieja calle de Pino Suárez …donde su eterno dueño Don Miguel nos atiende y recibe con un cariñoso : ¡Aguas!…ya llegaron los Chicos Malos…al principio pensé que nos decía así porque efectivamente teníamos aspectos de malosos y fieros…cuando la verdad es que nos llama de este modo, porque el que no está malo de algo está malo de lo otro…y casi hacemos par con otro grupo que asiste otros días, formado por solamente damas…que conforman “Las chicas tuvo”…y es que alguna tuvo belleza, otra tuvo buena pierna. Y así ellas tuvieron…Me despido de ti, viejo amigo, canturreándote aquella vieja canción llamada : “Las golondrinas Yucatecas”…”así en la mañana cordial de mi vida/vinieron en alas de la juventud/
Amores y ensueños, como golondrinas/como golondrinas bañadas de luz/ mas trajo el invierno su niebla sombría/ la rubia mañana llorosa se fue/ se fueron los sueños, y las golondrinas/ y las golondrinas se fueron también/(Luis Rosado y Ricardo Palmerín)…