Primera Misión Jesuita en México
En 1589 fundaron en San Luis de
Gracias a su perseverancia, preparación, habilidad de lenguas y amable trato, lograron realizar una tarea considerada casí imposible: evangelizar y pacíficar a los indómitos guerreros Chichimecas.
Fue tanto el cariño que San Luis les tuvo, que al ser expulsados de
Los jesuitas llegaron a
Eran valientes, orgullosos de su dignidad y muy celosos de su territorio.
Representaban una barrera infranqueable para los intereses de los españoles en la ganadería, el comercio, la explotación de las minas y la evangelización.
Causaban grandes estragos en las estancias de ganado mayor; era tanto el temor que provocaban, que varias estancias se despoblaron. Asaltaban los caminos y mataban a muchos españoles e indios aliados a los españoles. Interrumpían el trabajo de las minas. Destruían los pueblos de paz y no permitían el paso de los misioneros.
Los conquistadores por interés de amasar riquezas, los despojaban de sus tierras, los mataban y los esclavizaban, violaban a sus mujeres y les quitaban a sus hijos.
Por defender lo que era suyo no se rendían, atacaban a horas inciertas y se escondían en los montes.
Como la guerra no iba a tener fín de seguir ese camino, el Virrey Luis de Velasco hijo, decidió actuar de otra manera. Ya que los misioneros franciscanos no habían tenido éxito en pacíficarlos, determinó enviar a los jesuitas para que por la vía de la paz, les doctrinasen y prometiesen que no les harían daño en sus bienes y personas.
El lugar que se escogió para establecer la primera misión fue San Luis de
No estuvo exento de dificultades el establecimiento jesuita en San Luis de
El Provincial jesuita rn
Comprensiblemente, él decía no tener gente suficiente para hacerlo.
Como casí acababan de llegar al país, los jesuitas no llegaban a 100.
Con ellos apenas estaban empezando a organizar los colegios.
Además no tenían experiencia misionera.
Algunos padres habían hecho viajes para doctrinar pero siempre regresaban a los colegios.
Ejemplo de ello fue Francisco Ramírez, que en 1588 estuvo unos meses por estas tierras. Pero en general, no tenían misiones propiamente organizadas.
La orden asimismo tenía escasos recursos porque era relativamente nueva.
En 1589 fue mandado el padre Gonzalo de Tapía, el primer misionero jesuita en México. Gonzalo de Tapía nacido en León, España en 1561.
Llegó a México sin ser sacerdote en 1584. Se le comisionó ir al colegio de Pátzcuaro a estudiar lenguas indígenas; en mes y medio ya hacía un sermón en tarasco. Al final de su vida, llegó a saber 6 lenguas a la perfección.
Se ordenó sacerdote en
Gonzalo era de baja estatura, barba poblada y corto de vista; pero era vivo de ingenio, de inagotables recursos prácticos, memoria fenomenal, atrevimiento de conquistador y abnegación a toda prueba.
Era el hombre más indicado para la empresa con los Chichimecas.
A principios de 1589, se dirigió de Pátzcuaro a nuestra ciudad. Recorrió Puruándiro, Pénjamo, Irapuato, Guanajuato y San Felipe, entrando en amistad con los principales jefes Chichimecas. En menos de 17 días aprendió su lengua.
Al llegar a esta región comenzó a dar doctrina en la pequeña comunidad de San Luis de
El que a los 20 días ya se pudiera comunicar en su lengua, probablemente el vejaban, les cayó de maravilla a los Chichimecas. Ello y su trato amable y cariñoso ganó su corazón. A partir de entonces, mediados de 1589, inició pacíficamente la reducción de nuestra tierra. Fue sin duda una gran hazaña.
La reducción jesuita es un concepto diferente al tradicional de misión. En las misiones tradicionales, se construye una iglesia a la que asisten los convertidos, pero que después regresan a sus lugares de origen.
En cambio en las reducciones de
Las viviendas se realizan para que los nuevos cristianos tengan un lugar donde puedan vivir dignamente. La organización económica es para que puedan mantenerse y conseguir su sustento. Ello se lleva a cabo a través de la enseñanza de distintos oficios como artesanías, agricultura, ganadería y minería.
En cuanto a la parte civil y política, existe un juez, un fiscal y un jefe de manzana para poder llevar una vida pacífica.
Aparte de esto, hay escuelas donde se les enseña a los naturales a leer, escribir, español, aritmética y canto.
En la iglesia se les da educación religiosa y la fe. A partir de la tercera generación, las reducciones jesuitas se distinguen por la valoración de la cultura de los nativos.
Durante su estancia en San Luis de
El padre Tapía realizó el primer bautismo en noviembre de 1590 y el último en junio de 1591. En esta última fecha salió de San Luis de
En 1594, en Toboropa, murió a hachazos a manos de indígenas del área.
Para recordar a este célebre misionero, existe en la parroquia de San Luis Rey de nuestra ciudad un cuadro que relata su martirio.
De misma manera, en el atrio parroquial hay una estatua de él.
Finalmente, el colegio mínimo y una calle de la colonia
Pasaron 3 años desde que se fue Tapía y llegaron los jesuitas que finalmente se establecieron en San Luis de
Con el paso del tiempo llegaron y se fueron varios padres hasta que finalmente fueron expulsados de
Antes de la llegada de los jesuitas, la tradición cuenta que los franciscanos se instalaron en lo que hoy es la colonia de
La casa desapareció pero la capilla aunque un tanto olvidada se conserva.
Los jesuitas establecieron su primer hogar en la colonia de
A mediados del siglo XVII, les donaron un terreno donde construyeron un templo, una casa y una huerta. El templo es la presente Parroquia de San Luis Rey.
Es cuestionable que el inmueble que se encuentra en la esquina de Allende con Michelena haya sido su vivienda, ya que los religiosos acostumbraban construir su hogar junto a la iglesia y este edificio se encuentra a una cuadra.
Tal vez, solo ahí eran oficinas administrativas como su nombre lo indica:
Muy de acuerdo a su idea de como debería ser una misión, los jesuitas realizaron varias actividades y empresas durante el periodo que vivieron en San Luis de
* En el Mineral de Pozos, enseñaron a los indígenas técnicas europeas de extracción y beneficio de metales. Tomaron a su cargo la mina de Santa Brigida y edificaron 3 colosales hornos cónicos; estos últimos aun existen.
* Construyeron acueductos aprovechando los manantiales que quedaban entre
* Fundaron una escuela en la actual esquina suroeste de Mina y Guerrero. El día de hoy es de propiedad privada y se encuentran ahí las oficinas del Partido Acción Nacional.
* Tenían una casa de ejercicios espirituales en un terreno que abarcaba desde los arcos del Jardín Principal hasta la calle Allende. El frente es hoy ocupado por el banco Banorte y la parte trasera es una casa partícular.
* Construyeron varias capillas para evangelizar a los pobladores.
Algunas a través del tiempo fueron destruidas como por ejemplo: la capilla de
* Ciertas capillas de ese tiempo permanecen en su tamaño y forma original como la de San Luisito, Loretito y
* Algunas capillas se convirtieron más tarde en templos. Ejemplo de ello es el Santuario de Guadalupe, Señor Ecce Hommo, San Francisco y la parroquia de
Quizás los jesuitas construyeron muchas capillas, porque como en el poblado vivían de distintas etnías y lenguas, que ellos invitaban a establecerse en la misión, pero no deseaban que se pelearan entre sí.
Probablemente cada grupo tenía su propia colonia y capilla.
En el año de 1767, después de residir 195 años en México y 178 años de tener su Misión en San Luis de
El motivo fue el temor y envidia que causaba a todos los gobiernos católicos de Europa por su inmenso poder. Poder que se basaba en sus inmensas riquezas, conocimientos y perfecta organización.
Carlos III, rey de España, los expulsó de todos los dominios españoles incluido México. Así es que el 26 de julio de ese año salieron de San Luis de
Partieron a escondidas por la madrugada en un carruaje de viaje, con las cortinas cerradas y bajo una fuerte escolta militar. Huyeron de ese modo porque sabían que los pobladores los querían mucho y temían que causarán un alboroto.
El objetivo no se cumplió porque la gente, en especial la más humilde como los indígenas, al enterarse se amotinaron para protestar su expulsión. Quemaron el edificio del ayuntamiento, amenazaron a los funcionarios del gobierno e hicieron otros destrozos.
Como represalia a muchos de ellos los desterraron y a otros los colgaron y los fusilaron. Los fusilamientos se llevaron a cabo en un jaguey (zanja llena de agua) que estaba en la esquina de Hidalgo y Bravo a un costado de la capilla del Señor de
La Misión de San Luis de