Sobre la antigua Coyatocmoc

Coyatocmoc, la tierra de Tarumba

José Félix Zavala 

“Quiero quemar en tus altares

Estoraque en astillas

Quiero aspirar el aroma del chucamé florido

Quiero saborear el jucané de hierba santa

Y el sispolá de los zoques. 

Roberto Chanona 

Dice el poeta desde el barrio del Jocotal, mientras te repartes tú Coyatocmoc, en capillas, barrios y fiesta.  Olor y  sabor del jocote curtido, la mistela y el tamalito de milpa nacapitú y de puctzatzé, lo mismo que a los pumpos de la marimba. Te distinguen. Siempre estas vestida de juncia y somés. 

Cada día suenan menos por tus calles “El Rascapetate” y “Noche de Cerro Hueco”, a medio día se extraña en las gargantas los tragos de pozol de cacao, en jícara achiotada, los mordiscos de jucané en tus mercados. 

Coyatocmoc, mi Tuxtlán, te distribuyes en barrios como el Calvario, San Francisco, San Roque, Los Milagros, San Jacinto, San Pascualito, Juy Juy, El Cerrito, El Jocotal, Colón, El Posito y Barrio Nuevo. 

Son tus guardianes La Casa de La Luna –Copoya- y el Cerro de Las Once Estrellas –El Matumactzá-. 

Acuérdate Coyatomoc de tus primeros hombres llegados bordeando el río Quishimbac – Los Sabinos- volviendo tus tierras de algodón y grana. Regresaron río abajo, por el Río Grande, con tus frutos, hasta el Golfo. Eran el algodón vuelto huipil y la cochinilla color. 

Coyatocomoc, eres toda zoque, “…gente muy noble y de muy honrados señores, de muy buen orden y concierto y policía…” Así lo dijeron de ti los frailes: Tomás Casillas, Alonso de Villalba, Tomás Gage, Alonso Ponce, al caminar entre los tuyos. 

Llegó el siglo XVl, con él los invasores españoles -1524- ya entonces eras tributaria de los Chiapas y los Mexicas -1462-. A tu linaje lo obligaron a congregarse en barrios, en ellos nacieron las capillas y los patronos, como San Roque, Santo Domingo,  San Miguel, San Jacinto y la de la iglesia principal –San Marcos-.  

Te cambiaron tu nombre, te llenaste de fiestas y cumplimientos todo el año. Escondiste tus dioses para festejarlos a escondidas, con música de jarana y danzas. Allí estaban las vestales trenzadas con listones que bailan incansables. 

Eres cálida y fértil para tus moradores. Te entregas dos veces al año. Alguien dijo de tus hombres: “…los indios zoques hacen ventaja a todas las demás tierras…” 

“…la gente de ese país es aguda, ingeniosa y de cuerpos bien formados…” –dijo Desideré Cherney. Pero Orgullosos de su pasado  “… desdichado quién pretenda burlarse de ese vizarro espectáculo, pues solo una sonrisa podría herir la celosa susceptibilidad y costarle muy caro el risueño…” 

Entre el Jobo y Copoya, entre Cerro Hueco y Matumactzá esta Coyatomoc –Tuxtlán- ciudad jardín, más que jardín fulgor, más que poblado ambiente. Flor de Zospó, flor de Candocs, flor de Siquité, hoja de Cupapé.  

Sesto 

…Ayer las chozas limpias y honorables

Las puertas entreabiertas

Confiables… 

Tu nombre Coyatocmoc me suena a viejo

Porque tú eres veloz como el conejo 

Cuando llega la fiesta y se incendia la flor del sospó

Danzas entonces

Eres pueblo y marimba 

Mellanes 

Tus hijos estuvieron lejos de conformar un pueblo sumiso. Reorganizar su poder dispersado por los invasores españoles para enfrentarse a la nueva situación colonial. Mantuvieron como objetivo la conservación de su identidad. Así nacieron los priostes y mayordomos, los cargos, quedando estos en medio de la comunidad y el nuevo poder colonizante. 

El lamento no es el dolor

El canto no es el pájaro

El libro no soy yo, ni es mi hijo

El libro es solo el tiempo

Un tiempo mío

Entre todos los tiempos 

Jaime Sabines 

La tierra Zoque está extendida desde el Este del Río Grijalva y la sierra de Pantepec hasta Oaxaca, Veracruz y Tabasco, a base de un poder personificado, territorial, político e impositivo. 

  Fábregas Puig 

A Ella perteneces tú Coyatocmoc, Tulum, Tuxtlán, Tuxtla. Eres antigua, precolombina, pero también, para desgracia colonial. Sabemos que existías aunque tus detractores querían ignorarlo. Tuviste un carácter bien definido, de época. 

Tarumba

Voy a donde vas

De donde vienes, vengo 

Tarumba, parece que va llover 

Te distinguía el ábside en la fachada del templo de San Marcos, tu patrono sustituto, tan igual al la iglesia Grande de Chiapa, había en tus calles portones tachonados con clavos de bronce, parteluces de madera labrada, puertas en ángulo en tus esquinas, rejas torneadas de madera en tus ventanas, viejos puentes en los ríos de San Roque y El Sabinal, casas solariegas. 

Dejas de ver mujer cuatro días

Porque te gusta desear

Te gusta quemarte y revivirte  

Hace menos de treinta años que esto ya no se ve. Los viejos recuerdan los llmadores de bronce de las puertas del Casino. 

El cojo le dice al idiota: Te alcancé

El boticario llora por enfermedades

Yo los miro a todos desde la puerta de mi casa 

Tuviste una traza como toda ciudad colonial. Casas Reales, Parroquia, Una Fuente surtidora de agua monumental. Llevaste rango de Alcaldía Mayor y a orillas del río Sabinal se ven pinturas rupestres  que hablan de la expresión de un pueblo. 

Solo tu me gustas Tarumba

Que quieres café y que llueva

Algo te tiene que decir el nombre de Juan de Oliver, tu primer Alcalde mayor, nombrado por Pedro Salazar, Presidente de la Audiencia de Guatemala en 1769 y ratificado por El Consejo de indias en 1770, con un sueldo de mil pesos anuales, administraba los partidos de Chiapa, de los zoques, además de los pueblos de Ixtapa, Soyaló y San Gabriel. 

Tarumba ¿En dónde estás?

Podrías ser mi hermano o yo mismo

O el nieto de alguien que no existió nunca 

Eres prospera, dabas en abundancia grana, cacao y achiote y sobre tus calles pasaron los frailes fundadores de los conventos dominicos de Tecpatan, Chiapa, y Ciudad Real, a fin de creerse buenos. 

Quién sabe en que rincón

A que horas pensaste

Que la vida era maravillosa 

Habías escondido a Chinax  -El Dios Murciélago-  para festejarlo en abril de acuerdo con el nuevo calendario. Ahora lo llaman San Marcos. 

Miras pasar a los amantes separados

A los sabios del odio

A los dueños de la soledad 

Hay fechas que se marcan para recordarse, estas son el año 1813 cuando te nombraron Villa, 1829, ciudad en 1848 Tuxtla Gutiérrez en 1893 cuado te convertiste en la capital de Las Chiapas y El Soconusco.  

Estoy perdido y quebrado

Y no tengo nada ni a nadie 

No puedo hablar, ni sirve  

N.B. Coyatomoc forma parte del libro “La Costumbre” de mi autoría y que fuera presentado por el Instituto de Cultura de Chiapas, en el auditorio del Museo  del INAH, en compañía de Miguel Alvarez Del Toro. Los miembros del la Asociación de poetas Chiapanecos, Eliseo Mellanes Cronista de Tuxtla Gutiérrez, la marimba “Claro de Luna y el Ballet de la U A CH en febrero de 1991.