No es responsable construir un “arca de Noé” que salve sólo al sistema económico, dice
Sumar esfuerzos, pide
evitar que la crisis derive en tragedia
humana
Las reformas globales se deben formular no en el G-8, sino en el “G-
David Brooks
La llamada “cumbre” mundial sobre la crisis financiera y económica de
Ésta es una disputa que gira en torno a quién debería determinar la respuesta a la crisis y las reformas –para algunos más bien cambios a fondo– del orden financiero y económico internacional. Para dirigentes de varias ONG como el economista premio Nobel Joseph Stiglitz, se trata de si es el G-8 o el Grupo de 192 (países miembros de
“En este momento crítico todos debemos sumar esfuerzos para evitar que la crisis global… se transforme en una tragedia socioambiental y humana… Ningún mejor lugar que esta sala de la asamblea general de Naciones Unidas para hacerlo. Ésta es por antonomasia la sala de la inclusividad democrática mundial, sede del G-
“No es humano ni responsable construir un ‘arca de Noé’ que salve solamente al sistema económico imperante y deje a la gran mayoría de la humanidad a su propia suerte, sufriendo las nefastas consecuencias de un sistema impuesto por una irresponsable aunque poderosa minoría. Debemos tomar colectivamente un conjunto de decisiones que atiendan a todos”, afirmó D’Escoto.
Agregó que “hay que reconocer que la actual crisis económico-financiera es el último resultado de un modo egoísta e irresponsable de vivir, de producir, de consumir, de establecer relaciones entre nosotros y con la naturaleza, que implicó una sistemática agresión a la tierra y a sus ecosistemas y una profunda disimetría social, una expresión analítica que disimula una perversa injusticia social planetaria”.
Por ello, dijo, no se puede sólo hacer “correcciones” al sistema. “El egoísmo y la codicia no se pueden remendar… si realmente lo que queremos es una paz estable y duradera, debemos estar absolutamente claros de que debemos ir más allá de controles y correcciones del modelo existente y crear algo que apunte hacia un nuevo paradigma de convivencia social”.
El secretario general de
esta crisis ha llevado a que millones más estén sumidos en la pobreza, que se podrían perder más de 50 millones de empleos este año y que mil millones de personas padecen hambre. Insistió en que los países más desarrollados tienen la responsabilidad de ofrecer mayor apoyo a los países pobres para enfrentar la crisis. “Si el mundo puede movilizar más de 18 billones de dólares para mantener flotando al sector financiero, puede encontrar más de 18 mil millones para cumplir con sus compromisos en África”.
El mensaje de los oradores en representación de los gobiernos que participan en la conferencia hicieron eco de esta retórica. Los del sur subrayaron que los países pobres que sufren las peores consecuencias de esta crisis que se originó en el norte.
La delegación mexicana fue encabezada por el secretario de Desarrollo Social, Ernesto Cordero Arroyo, quien habló a nombre del Grupo de Río y se sumó al llamado a una reforma del sistema financiero internacional “otorgándole mayor orientación hacia el desarrollo, así como mayor representatividad y legitimidad en sus estructuras”, entre otras.
Joseph Stiglitz, quien encabeza la comisión de “expertos” del presidente de la asamblea general, que aportó diagnósticos y recomendaciones para el documento que aprobará en esta cumbre, declaró que se deben abordar las crisis globales de manera “incluyente… no en el G-20, sino en el G-
Modelos fallidos
En comentarios ante una reunión de expertos y ONG, como parte de la conferencia de
Para reparar la crisis se requiere, indicó Stiglitz, reformar las desigualdades en el sistema internacional, y eso empieza por otorgar los fondos necesarios de los países ricos a los países pobres que no cuentan con los recursos para enfrentar la crisis, o que tienen limitadas opciones de políticas para hacerlo, ya que están bajo condiciones impuestas por sus acreedores, como el FMI. Criticó que se haya otorgado al FMI una función para enfrentar la crisis, ya que fue una de las instituciones que “promovieron las políticas que provocaron la crisis y la hizo global”.
Ante el peligro de que las reformas propuestas hasta la fecha impliquen cambios más bien “cosméticos”, y que los intereses financieros que participaron en crear la crisis hagan todo lo posible por detener los cambios a fondo, Stiglitz sostuvo que “es clave la participación de la sociedad civil… será sólo a través de los esfuerzos de grupos ciudadanos como las cosas van a cambiar”.
El Nobel insistió en que es un excelente momento para promover un cambio, ya que los argumentos de las últimas décadas han quedado descalificados. “La liberalización de los mercados financieros facilitó la crisis”, recordó, y quienes promovían eso ya no pueden sostenerlo, afirmó. Por otro lado, aquellos que promovían el “libre comercio” y la idea de “un campo de juego igualado” también carecen de credibilidad ante el masivo subsidio gubernamental para rescatar empresas financieras e industriales en el primer mundo, lo cual es nada menos que un gigantesco subsidio público al sector privado, destacó.
Los presidentes y ministros más poderosos del mundo y los directores de los bancos internacionales y las instituciones financieras multilaterales están ausentes (aunque enviaron representantes y observadores), ya que se preparan para