Militarización en la Sierra de Petatlán

El 9 de Junio subieron 500 elementos del Ejército y sitiaron dos comunidades de aproximadamente 40 habitantes en la Sierra de

Petatlán, Guerrero1. Durante cuatro días robaron comida, maltrataron a las mujeres y niños y torturaron a dos personas. En vista

de la gravedad de los hechos, integrantes de varias ONGs, la Comisión de Defensa de los Derechos Humanos del Estado de

Guerrero (Coddehum) y periodistas viajaron a la zona para documentar la situación. Juan Castro Castro del Centro de Derechos

Humanos de la Montaña Tlachinollan y Javier Monroy de Tadeco formaron parte de esta misión y en una entrevista con PBI

cuenta lo que encontraron:

¿Como se enteraron de lo que estaba pasando en Petatlán

y cómo se formó la comisión que se fue a Petatlán?

Javier Monroy: Nosotros tenemos tiempo trabajando en la

Sierra (…) desde el 2003 con diferentes proyectos de

desarrollo comunitario (…). Esta relación que hemos tenido en

la sierra nos mantiene vinculados con muchos pueblos. (…)

Cuando se dio el enfrentamiento, o más bien cuando llega el

ejército a Las Ollas y se habla de un enfrentamiento pues

nosotros nos pusimos en alerta y a las dos horas ya teníamos

comunicación. Nos hablaron compañeros de los afectados

para informarnos de lo que estaba pasando.

Juan Castro: El Colectivo Contra la Tortura y la Impunidad

(CCTI) nos enteraron que los militares estaban cometiendo

arbitrariedades y abusos de autoridades en la Sierra de

Petatlán. (…) Por el llamado de una comunidad hubo la

necesidad de subir a las comunidades de Las Ollas, Las

Palancas y Jiliero en el municipio de Coyuca de Catalán para

verificar y constatar si realmente estaba el ejército en las

comunidades o si sólo eran rumores. Subieron la Coddehum,

CCTI, Tadeco y Tlachinollan entre otros y por parte de los

medios de comunicación La Jornada, El Sur y otros medios

locales.

¿Cuál fue la situación que encontraron cuando llegaron?

Javier Monroy: (…) cuando nosotros llegamos el Ejército

acababa de salir de la comunidad, nos recibieron las mujeres.

Todas ellas estaban reunidas todavía esperando que iba a

pasar porque ellas se sorprendieron porque dicen que en

menos de media hora los soldados levantaron todo y se

fueron. Entonces quedaron con la expectativa de qué iba a

suceder, ellas pensaban que los militares iban a regresar a tirar

balas. (…) De inmediato cada una de ellas nos quería contar

así tuvimos que poner un poco de orden y pedirles que se

organizaran. (…) En primer lugar tomamos los testimonios, lo

que salió a “flote” como violaciones fue primero la manera

violenta en que llegó el Ejército, llegaron disparando hacia las

casas. {…} Llegaron gritando “viva Rogaciano” y preguntaban

por el comandante Ramiro del ERPI. De inmediato lo que

sucedió fue una ocupación muy violenta del poblado,

destruyeron cuatrimotos {…} agredieron verbalmente a las

mujeres, físicamente hubo empujones, saquearon la tienda

comunitaria, entraron a muchas casas a buscar

supuestamente armas. En este lapso de tiempo vaciaron un

costal con droga en la cancha del pueblo. {…} Las mantuvieron

prácticamente incomunicadas durante estos cuatro días,

durmieron en sus casas, ocuparon sus habitaciones, y

constantemente las amenazan de agredirlas. Hay que decirlo

ninguna de ellas comentó agresión sexual física. Esto fue en el

caso de Las Ollas. A 5 minutos está La Palanca, en esta

comunidad sucedió prácticamente lo mismo. (…) Insisto que

no es algo nuevo, es algo que ha venido sucediendo en toda la

sierra.

¿Según la prensa, todos los hombres se fueron a la

montaña cuando llegaron los militares y las mujeres y los

niños se quedaron solos en la comunidad, como supieron

los habitantes que estaba llegando el ejército?

Juan Castro: Bueno, las familias estaban en sus casas. En Las

Ollas viven como 50 familias. Y se dieron cuenta que llegó un

convoy de militares porque los señores llegaron disparando –

entonces los hombres de la comunidad se escondieron en el

1 Información recopilado de la prensa. El Sur, 15 de junio de 2009

monte para que no les hicieran nada. Y las mujeres se

quedaron en las casas con los niños porque ellas no pudieron

correr. Se quedó también un hombre que tiene problemas de

salud […] a él le agarraron, le torturaron, preguntaban por

personas que se dedican a la delincuencia. Le picaron con un

cuchillo la espalda y con una aguja la uña, le pusieron una

bolsa en la cabeza y le empezaron a pegar en los oídos. Pero

no sacaron ninguna información de él.

¿Que intentan hacer con esta información?

Juan Castro: [La Coddehum] canalizó las quejas a la CNDH.

Tlachinollan presentó un documento en cual lamentamos la

situación que se dio en la Sierra de Petatlán. También pedimos

a la Coddehum que se otorguen medidas cautelares a los

señores que están en riesgo sus vidas y además los niños y

las mujeres que están en las casas.

¿Que análisis general de la situación tienen de la Costa

Grande?

Juan Castro: Yo veo que en la Sierra de Petatlán viene una

situación muy complicada porque por primera vez se atreven a

denunciar ese hecho tan lamentable. Mucha gente del estado

al nivel nacional ya lo sabe que estas personas están sufriendo

agresiones por parte de los militares. Pero para poder reprimir

o desintegrar las comunidades y las organizaciones sociales el

gobierno mexicano está utilizando los militares.

Y sobre los supuestos enfrentamientos entre ERPI y el

Ejército?

Javier Monroy: Nosotros no los tenemos confirmados, a mi me

sorprende mucho que el ERPI hable de enfrentamientos, pero

si lo hace sabe porque lo dice. Lo que si nos parece importante

es el manejo mediático que han hecho el ERPI y el Ejército de

esto. Nos alerta a que tenemos que movilizar a la sociedad

civil, para evitarlo. (…) Nosotros ya estamos hablando de la

necesidad de que se apliquen los acuerdos que a nivel

internacional existen para estos casos. Hemos venido

exigiendo al gobierno del estado que tome su papel como

autoridad civil y que restablezca el estado de derecho en

Guerrero. Que regrese el Ejército a sus cuarteles y que la

autoridad civil retome el control del estado. De otra manera

Guerrero regresará a vivir lo que vivimos en los años 70. Y eso

no se le desea a nadie. (…)

En que manera ve que esta situación pueda afectar al

movimiento ecologista ?

Javier Monroy: Yo creo que para todos los ecologistas

organizados que viven en la sierra el mensaje es muy claro. El

mensaje que les manda los caciques que pretenden

despojarlos es: “o se van o se mueren!”. Esto tiene a riesgo

toda la gente de la sierra de estas comunidades. Tal vez el

agravante para ciertos compañeros es que están ya conocidos

y se han enfrentado a los caciques. Yo allí veo que los

compañeros ecologistas Felipe y su esposa corren riesgos

porque son símbolos (…) Los caciques se han encargado de

generar un divisionismo muy fuerte, les han confrontado, les

han hecho competir, les han mal informado, y es muy común

en la Sierra encontrar que un pueblo es enemigo del vecino,

los ecologistas hasta donde sabemos han tenido problemas de

este tipo. . Nosotros el mensaje que le queremos dar desde La

Morena es la necesidad de que superen pequeñas diferencias

y que se puedan crear grandes proyectos comunes. Yo creo

que esta es la mejor forma para protegerse (…)

Esta entrada fue publicada en Mundo.