Por indolencia institucional, en Guerrero
se
denigra y deshumaniza la migración jornalera. · A pesar de las reiteradas denuncias, los jornaleros siguen sufriendo violaciones a sus derechos humanos laborales.· Se estima que por crisis económica y sequía, aumente a 20 mil el número de indígenas que saldrán en la temporada alta de migración.· Se presenta hoy documental “migrar o morir: Jornaleros Agrícolas en los campos tóxicos de Sinaloa que evidencia el drama que viven los jornaleros de Guerrero en las agroindustrias del norte del país. Chilpancingo, Gro a 31 de agosto del 2009. El retiro de los apoyos gubernamentales al campo, la falta de oportunidades de empleo, el acoso del hambre y la negativa de las autoridades para asumir el compromiso de promover y defender los derechos de los pueblos originarios, han orillado a unos 15 mil indígenas a migrar cada año de Guerrero, para enrolarse como jornaleros agrícolas en los estados del norte del país, bajo condiciones inhumanas. Sin embargo, se estima que para la Temporada Alta de Migración 2009 que hoy inicia, la cifra aumente a 20 mil jornaleros, a consecuencia de la actual crisis económica en que se encuentra sumido el país así como por la pérdida de los cultivos de temporal ante la sequía que azota a la región de la Montaña. Debido a que el problema de la migración se ha vuelto común en la entidad y se ha permitido acrecentarse, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) ha reportado que anualmente salen del estado 73 mil guerrerenses (hacia el interior del país como a Estados Unidos), mientras que la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol) en sus informes da cuenta de que año con año, migran cerca de 40 mil jornaleros de las zonas indígenas y campesinas en la entidad. Estos datos que ubican a Guerrero en el primer lugar nacional en migración interna y en la quinta posición por su migración externa, revelan que las autoridades en sus tres niveles de gobierno, reducen su actuación sólo a contabilizar a la población jornalera y fungen únicamente como meros espectadores del drama que vive ese sector en las empresas agrícolas, obligados a encontrar ingresos que les permitan mal comer de regreso a sus comunidades, porque aún cuando la prioridad es acceder a la alimentación, este derecho no se obtiene en la región de la Montaña de Guerrero. El documental Migrar o Morir: Jornaleros Agrícolas en los campos tóxicos de Sinaloa, que hoy se presenta en Guerrero en el contexto del inicio de la Temporada Alta de Migración, retrata parte del vía crusis que enfrentan los indígenas na savi (mixtecos) me´phaa (tlapanecos), nahuas y amuzgos de la Montaña y Costa Chica, en su odisea hacia los campos agrícolas el norte del país, en donde enrolarse como jornalero agrícola ha implicado siempre maltratos, engaños y múltiples abusos por parte de los dueños de las empresas. A través de dicha cinta, Promedios Comunicación comunitaria en Chiapas, el Proyecto de Derechos Económicos y Culturales (Prodesc) con sede en el DF y Tlachinollan, buscan generar conciencia entre la población sobre esta problemática de la migración interna y al mismo tiempo hacen un llamado a las autoridades tanto estatales como federales a involucrarse en la diversidad de demandas que tienen los jornaleros así como a destinar el presupuesto necesario para atender situaciones de emergencia. Es preocupante que más allá de que se revierta este problema, hoy se le reste importancia al desaparecer el Programa de Atención a Jornaleros Agrícolas que operaba la Sedesol federal. Dicha medida ha comenzado a tener una serie de repercusiones negativas en la Montaña de Guerrero, pues en el inicio oficial de la Temporada Alta de Migración, las autoridades determinaron desaparecer la mesa de registro de jornaleros en Tlapa y con ello también deja de existir el apoyo de despensas que entregaban a los indígenas migrantes que les servían para paliar sus necesidades de hambre en el trayecto hacia Sinaloa y durante los primeros días de su estancia en ese lugar en tanto recibían su primer pago. De esta determinación sólo se ha informado que los recursos que se habían venido destinando a Guerrero ahora se van a canalizar hacia los estados receptores de mano de obra como Sinaloa. Con esta decisión queda claro, que en lugar de proteger los derechos de los jornaleros agrícolas, las autoridades se obstinan en seguir reproduciendo modelos empresariales, promocionando las creación de agencias de colocación para ordenar el peonaje y consentir las condiciones esclavizantes de los indígenas de Guerrero. Este video además de documentar la tragedia de miles de familias que se encuentran sumidas en el olvido quiere ser un instrumento de denuncia sobre las condiciones denigrantes que arrastran por siglos los trabajadores del campo. Llamamos a las autoridades para que salgan del marasmo y dejen de seguir implementando políticas que son contrarias a los derechos básicos de los pueblos originarios, hacemos también un llamado a los medios de comunicación para que le den voz a las familias que son víctimas de estos abusos y que hagan visible una realidad indignante de lo que no podemos ser cómplices. La clase política tiene que aprender a mirar hacia abajo y a comprometerse con las causas de la población indefensa, los diputados también tienen que legislar para no seguir tolerando graves violaciones a los derechos humanos, y las dependencias públicas tiene que desburocratizarse y atender los problemas en lugares donde no hay escritorios pero si hay seres humanos.