El día de la masacre en Acteal:FRAYBA

EL DÍA DE LA MASACRE 

El lunes 22 de diciembre de 1997, un grupo de aproximadamente 300 personas de LasAbejas – en su mayoría eran desplazadas que habían llegado a ese campamento buscandorefugio- se encontraban reunidas en la ermita del campamento Los Naranjos o Acteal,

21 Declaración de Agustín Gómez Pérez, 12 de enero de 1998 ante el ministerio público federal.

22 Declaración de Heriberto Pérez Hernández, 29 de diciembre de 1997 ante el ministerio público federal dentro de la

Averiguación Previa número 601/I/997

23 Declaración de Javier Capote Sántiz, 31 de diciembre de 1997 ante el ministerio público federal. Causa penal 361/99,Tomo II, pág. 1063

24 Declaración de Lorenzo Pérez Arias, 29 de diciembre de 1997 ante el ministerio público federal. Causa penal 361/99,Tomo II, pág. 684

9realizando una jornada de oración y ayuno por la paz en el municipio de Chenalhó, dada laviolencia en la zona y los rumores de ataques por parte de paramilitares.

Alrededor de las once de la mañana, varios hombres con armas de fuego, incluyendo armasde uso exclusivo del Ejército, machetes y cuchillos, arribó a la ermita. Entraron a lacomunidad por varias direcciones: “entraron debajo de la Iglesia, frente a la comunidad deQuextic, otros en la carretera, al lado derecho de la Iglesia y arriba de la Iglesia y por debajode la escuela, en total entraron 4 grupos. (…)Vinieron muchos priístas de Quextic,Acteal, Chimix, Esperanza, Pechiquil, Canolal, Bajoveltic, Los Chorros, Tzajalucum,

eran como trescientos por todos”25.

Los paramilitares rodearon la ermita y dispararoncontra la gente que se encontraba afuera y en el interior, los desplazados salieron huyendo,alcanzando a esconderse en las zanjas y entre los árboles; sin embargo, los agresores losencontraron y los ejecutaron 26.

Los sobrevivientes narran: “Que el día veintidós de diciembre del año próximo pasado (1997)(…), y otras gentes de Acteal, municipio de Chenalhó, Chiapas se encontraban en la iglesiacatólica, en virtud que tenían dos días de estar en ayuno para la paz y evitar problemas demuerte para toda la población, entre las once o un poco más estaban inclinados rezandocuando escucharon disparos saliendo una puerta de atrás de la iglesia para esconderse yevitar que los mataran en una zanja grande las mujeres y al otro costado se escondieronhombres y mujeres y el declarante corrió a esconderse como a veinticinco metros másretirado de la zanja, en donde se tiró boca abajo en la vegetación para evitar ser visto ydesde esa distancia observé cuando los agresores (…) entre otros que se encontrabanregados por la distancia se acercaron a la zanja donde se encontraban las mujeres y como ados metros de distancia empezaron a disparar en su contra inicialmente y siguieron en dondese encontraba hombres y mujeres, después de la agresión regresaron a ver a quiéneshabían matado y se retiraron a saquear las casas del lugar y los llevaron a su comunidadretirándose las diecisiete horas aproximadamente (…)27

“Los agresores (…) empezaron a abrir fuego contra todos, las balas se veían como agua;más abajito hay un lugar para esconderse, ahí fuimos pero se veían cómo los tiros pasaban,levantaban la tierra donde pegaba. Los niños hacían mucho ruido, todos estaban llorando.

Fue cuando nos escucharon y los agresores fueron donde estábamos todos; dijeron “eso sí!”,

fue cuando nos empezaron a disparar por parejo todos los

que estábamos ahí, nos mataron

a todos.

Yo me salvé porque me escondí en un barranco con mi hermanito y todos los

muertos se nos vino encima (…)”

28

En los expedientes obran dictámenes periciales, tales como el Informe de ObservaciónCriminalística de fecha 26 de diciembre de 1997 realizado en Acteal por la Procuraduría

25 Testimonio del sobreviviente Alberto Ruiz Pérez, 27 de enero de 1998. Archivos CDHFBC.

26 Para más testimonios véase: CDHFBC, “…ésta es nuestra palabra”, testimonios de Acteal, 1998. Archivos CDHFBC.

27 Comparecencia de Antonio Gómez Pérez, 1 de enero de 1998, ante ministerio público federal. Causa penal 361/99, pág.1060

28 “…ésta es nuestra palabra”, op.cit.10

General de la República (PGR)29 en el que se hace constar la existencia de “Dañosproducidos por proyectil de arma de fuego” a la ermita católica del campamento de Acteal, taly como detallamos a continuación:

• 8 impactos en la construcción uno: en su cara oriente “los proyectiles causantes deestos impactos tienen una incidencia de abajo hacia arriba y de sureste a noreste”;

• Impactos 9 y 10: 2 impactos en la construcción uno con la misma incidencia.

• Impactos 11 a 22 ubicados sobre la cara norte de la Iglesia: se trata de “impactosproducidos por proyectiles de arma de fuego con incidencia de abajo hacia arriba y denoroeste a suroeste”.

• Impacto 22 bis en la cara poniente de la Iglesia: “este daño fue producido por unproyectil de arma de fuego con una incidencia de norponiente a sureste y el cualocasiona un daño en el pizarrón que se describió en el interior de la Iglesia

• Impactos 22 a 27 en la cara sur de la Iglesia. “En la misma cara sur se observaronimpactos (2) pero que son la salida de los proyectiles que se impactaron en unprincipio en la cara norte de la Iglesia”.

“Nota: de los impactos observados en la cara oriente de la Iglesia, se extrajeron4 fragmentos de plomo conocidos como perdigones y que son componentes de 1cartucho de escopeta”Además de la Observación realizada por la PGR, existe en los expedientes peritaje30 del Dr.Enrique Sánchez Sánchez, perito en criminalística de la Comisión Nacional de DerechosHumanos (CNDH), quien en sus conclusiones señala:

“PRIMERA: a) Por la localización y las diferentes alturas donde se apreciaron 25 orificios deproyectil de arma de fuego distribuidas en los cuatro puntos cardinales respecto a la “ermita”marcada en el presente dictamen con el número 3, se establece que los sujetos queefectuaron dichos disparos se encontraban distribuidos en derredor de la misma y endiversas posiciones en relación a ésta.

b) Por el diámetro que presentaron los orificios localizados en la “ermita” marcada con elnúmero 2 en el presente dictamen, se establece que las armas utilizadas fueron de tipo ycalibre similar. Dado que originaron 2 orificios cuyas medidas se ubican en el rango de 0.5 y

 

 

1.0 centímetros de diámetro respectivamente, fueron muy probablemente producidos porarma de fuego de cañón corto y calibre .22.”Cabe resaltar que en el texto del Dictamen se menciona que se observaron 13 orificios cuyasmedidas están comprendidas entre 0.4 y 2.5 centímetros, los cuales fueron ocasionados porarmas de fuego de cañón largo, muy probablemente del tipo AK 47 y AR15.

29 Causa Penal 223/97 y su acumulada 201/97, Tomo II, páginas 1121 – 1126.

30 Causa Penal 223/97 y su acumulada 201/97 Tomo IV, Peritaje en Audiometría, páginas 2607 – 2635.11Las víctimasEl resultado de esta brutal agresión, fue la muerte de 45 indígenas tsotsiles (19 mujeres, 14niñas, 8 hombres, 4 niños) y 4 más que aún no nacían, así como 16 personas heridas (en sumayoría menores de edad). Ellos son:Adultos asesinados: Manuel Santiz Culebra (65 años), Daniel Gómez Pérez (35 años),Victorio Vázquez Gómez (25 años), Miguel Pérez Jiménez (40 años), Ignacio Pucuj Luna (68años), Alonso Vázquez Gómez (40 años), Lorenzo Gómez Pérez (30 años), Antonio VázquezLuna (30 años), María Pérez Oyalté (38 años de edad), Marcela Capote Ruiz (30 años),Marcela Pucuj Luna (65 años), Catalina Luna Pérez (65 años), Manuela Pérez Moreno oManuela Paciencia Moreno (35 años), Margarita Méndez Paciencia (23 años), Marcela LunaRuiz (22 años), Juana Pérez Pérez o Florinda Pérez Pérez (32 años), María Gómez Ruiz (20años), Verónica Vázquez Luna (25 años), Paulina Hernández Vázquez (26 años), SusanaJiménez Luna (30 años), Rosa Pérez Pérez (28 años), Antonia Vázquez Pérez (25 años),Marcela Vázquez Pérez (26 años), Juana Luna Vázquez (35 años), Juana Gómez Pérez (55años), María Capote Pérez (30 años), Marcela Capote Vázquez (de 18 años).

Los menores asesinados: Martha Capote Pérez (de 14 años), Rosa Vázquez Luna (17años), Loida Ruiz Gómez (13 años), Micaela Vázquez Pérez (9 años), Josefa Vázquez Pérez(8 años), Sebastián Gómez Pérez (4 años), Juana Pérez Luna (2 años), Roselina GómezHernández (4 años), Lucía Méndez Capote (4 años), Graciela Gómez Hernández (4 años),María Luna Méndez (15 años), Silvia Pérez Luna (9 años), Vicente Méndez Capote (5 años),Micaela Vázquez Luna (2 años), Juana Vázquez Luna (2 años), Alejandro Pérez Luna (15años), Juan Carlos Luna Pérez (12 años), Guadalupe Gómez Hernández (de 11 meses)

Los lesionados que fueron hospitalizados: Erasto Ruiz Pérez,

Catarina Pérez Quin oPérez Pérez, Efraín Gómez Luna, Lucía Vázquez Luna o Vázquez Gómez, Juan VázquezPérez, Martha Oyalte Vázquez, Jerónimo Vázquez Pérez, Hermelinda Ruiz Gómez, CatarinaMéndez Paciencia, Guadalupe Ruiz Pérez, Ernestina Luna Vázquez, Pedro Pérez López,Zenaida Luna Pérez, Mariano Vázquez Ruiz, Manuela Pérez Pérez, Rosa Gómez Pérez.

Los agresores fueron identificados por los sobrevivientes como integrantes de gruposparamilitares, militantes del PRI; casi todos vestían de negro o de azul, a la usanza de laentonces llamada policía de Seguridad Pública, los cuales llevaban paliacates rojos puestos

en la cabeza.

Esto también fue denunciado ante las autoridades.“ (…) en esos momentos llegaron a matarnos (…) ví quiénes mataron (…) todos ibanarmados, que no sé de armas y que unas eran largas y otras cortas y que los asesinosvestían ropa color azul, llevaban gorra y algunos pañuelo color rojo, que la ropa que vestíanera como las que usan los de seguridad pública (…)”31

31 Comparecencia de Victorio Gómez Pérez, 7 de enero de 1998, ante ministerio público federal.12Alonso Pérez Jiménez, testigo presencial de los hechos, declaró ante el ministerio público:

“…Que el día veintidós de diciembre de mil novecientos noventa y siete, cuando eran comolas once de la mañana el declarante se encontraba cerca del campamento indicado y vio quellegaron tres camionetas que conoce son de Los Chorros llevando gente a bordo y ademásllegaron gente caminando la mayoría de ellos armados con armas grandes sin saber elcalibre, y que de inmediato todas estas personas que eran aproximadamente cienempezaron a rodear el poblado de Acteal con sus armas en las manos pero principalmentese dirigieron a donde se encuentra el templo que es donde existe un campamento de unaasociación civil denominada Las Abejas, aclarando que también vio una camioneta de colorazul de doble rodada igual a la que había visto que usa la policía o seguridad pública delpoblado de Los Chorros, en la que también iban personas armadas al parecer policías yaque se notaba la ropa como uniformes de los policías, pero que esta camioneta el declaranteno vio que se detuviera solamente vio que iba atrás de los otros vehículos muy cerca deellos; y que de inmediato estas persona armadas empezaron a disparar sus armas defuego(…) pero aproximadamente a las dos de la tarde se escucharon muchos disparos mássin precisar cuantos pero fue una serie de disparos mas seguida y más fuerte que losdisparos que se estuvieron escuchando de las once de la mañana hasta las cinco de la tarde,o sea que a las dos de la tarde es cuando el declarante considera que privaron de la vida alas cuarenta y cinco personas y lesionaron a todas las demás (…).”32

“… que el declarante también quiere agregar que de las personas que llegaron al poblado deActeal el día de los hechos recuerda que en su mayoría vestían pantalón y camisa en coloresazul y negro o sea algunos usaban la camisa azul y otra negra y otros el pantalón azul onegro pero a todos les vio que llevaban amarrado un pañuelo de color rojo ya sea amarradoen alguno de los brazos o en la cabeza; (…) que vio una camioneta de doble rodada decolor azul con números amarillos en los costados y torreta en la parte superior de lacabina, con redilas azules de madera espaciada y con redilas en la parte superior queel vehículo es igual a la que utiliza la policía de Los Chorros que circulaba atrás de losotros tres vehículos en que viajaban los agresores el declarante manifiesta queefectivamente iban personas a bordo de esta camioneta y que eran personas que parecíanpolicías ya que la distancia que los vio iban uniformados y llevaban armas de fuego y quedespués de las cinco de la tarde que se retiraron los agresores a bordo de las camionetasque llevaban también vio el declarante que atrás de estos vehículos circulaban la mismacamioneta de la policía de Los Chorros pero que el de la voz no supo si estos policías sebajaron de la camioneta en el poblado de Acteal, así como tampoco se dio cuenta sidispararon o no sus armas de fuego…”33La violencia contra las mujeresDebido a los rumores de ataques y violencia, muchos de los hombres desplazados en elcampamento de Acteal habían salido de ahí, creyendo que los paramilitares no atacarían a

32 Declaración de Alonso Pérez Jiménez, 25 de enero de 1998. Causa penal 46/9833 Idem13las mujeres y a los niños. Sin embargo la reacción de los paramilitares fue contraria: lasmujeres fueron incluso vejadas después de muertas.

Alberto Ruiz Pérez, sobreviviente de la masacre narra:

“Cuando murieron las mujeres, unhombre les quitó su nagua, su ropa y lo echaron palo en su nalga a las mujeres (…). Habíauna mujer embarazada María Gómez Ruiz de Quextic y ya muerta lo cortó su estómago,

tenía un cuchillo, lo abrió la panza y murió el niño ahí dentro de la panza de la mujer”.

34Es necesario hacer énfasis en el hecho de que 4 de las mujeres muertas en Acteal, seencontraban embarazadas, entre 10 y 37 semanas.35. La violencia con que los autoresmateriales cometieron la masacre, particularmente en contra de las mujeres, se haceevidente en las necropsias realizadas a los 45 cadáveres36.De estos 45 cuerpos, 20 presentaron lesiones producidas por armas blancas cortocontundentes, punzo cortantes, contuso cortantes, cortantes y contusas; 15 de los 20correspondían al sexo femenino y 5 al masculino. 12 de estas muertes fueron aconsecuencia de dichas lesiones, incluyendo en algunos casos machacamiento de cráneo, yuno de los cuatro cadáveres de las mujeres embarazadas, presentaba como causa demuerte la exposición de víscera abdominal al medio ambiente a través de herida cortocontundente penetrante a cavidad abdominal37.A pesar de estos datos, la PGR aseguró en su informe lo que no vio38: que ninguno de loscuatro cadáveres femeninos que presentaron embarazo tenían lesiones cortantes de origentraumático en la región del abdomen ni en los genitales39; versión que siguen repitiendoquienes no han tenido un acercamiento objetivo y minucioso al expediente40, incluyendo ladefensa de los presos acusados de la masacre.Sobre las armas de fuegoAhora bien, en lo que respecta a las armas, existen aseguradas al menos 5 de ellas: una AK-47 calibre 7.62 x 39 mm, 2 rifles calibre .22, 1 escopeta calibre 16 y un revólver calibre .22; aello debemos sumar 1043 cartuchos calibre .22 (la mayoría expansivos), 8178 cartuchoscalibre .22, 1778 cartuchos calibre 7.62 x 39 mm, 1450 cartuchos calibre .22, 40 cartuchoscalibre 44, 61 cartuchos para escopeta calibre .20, 64 cartuchos calibre 16, 145 cartuchos

34 Testimonio de Alberto Ruiz Pérez, 27 de enero de 1998. Archivos CDHFBC

35 Necropsias de ley realizadas dentro de la Averiguación Previa AL7C/SJI/657/997. Causa Penal 361/99, pág. 52, 57, 58 y78.

36 Idem, pág. 42 – 87

37 Idem

38 En si misma una declaración sospechosa, dado que las investigaciones deberían consignar lo que ven, no lo que no ven,amen de ser contradictoria a la fe ministerial del levantamiento de cadáveres y a la necropsia misma, éstas, más coincidentescon los testimonios de los sobrevivientes.

39 Libro Blanco, op. cit. Pag 104

40 TURATI, Marcela. “Acteal, la injusticia que no termina”. Revista Gatopardo. Diciembre de 2007.14calibre .410, 47 cartuchos calibre .36, 5 cartuchos calibre 9 mm y 1 cartucho calibre 7 mm.,entre otros41.Es decir, el reducido número de armas de fuego, no significa que no se hayan empleadootras más en la masacre; la simple existencia de tal cantidad de cartuchos de diferentescalibres, evidencia la necesaria existencia de múltiples armas. Valga decir que precisamenteuna de las denuncias que este Centro de Derechos Humanos y la Sociedad Civil Las Abejashemos venido haciendo a lo largo de estos 11 años, es que las armas utilizadas seencuentran en las comunidades; que la Procuraduría de Justicia del Estado de Chiapas(PGJE)42 y la PGR no realizaron debidamente las investigaciones; que el hecho de que no sehaya preservado debidamente el lugar de los hechos propició la pérdida de pruebas, y queello solamente obedece a la propia negligencia de las autoridades. Prueba de ello es que endiligencias de mayo de 2007, los presos confesos condujeron a las autoridades al lugardonde escondieron dos armas más, tipo AK-4743.

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